México D.F. Lunes 7 de julio de 2003
Niño pide ayuda para que su mamá conserve
el trabajo
Señora directora: Le suplico publique la
siguiente solicitud de ayuda.
¡Hola, señor Presidente!, le escribo para
pedirle ayuda para que le devuelvan el trabajo a mi mamá y le paguen
su dinero. Porque a mi mamá la quieren correr injustamente. Ella
trabaja en el SAT.
Yo estudio la primaria en la escuela SPP de la SHCP y
tengo 11 años, pasé a sexto con promedio de 8.9 y me preocupa
no seguir estudiando si mi mamá no tiene trabajo.
Estoy triste, porque no quiero que nada malo le pase a
mi mamá y a su trabajo, lo único que pido es que mi mamá
tenga otra vez su trabajo y podamos vivir felices, yo pueda seguir yendo
a mi escuela, donde están mis amigos y maestros, y seguir viviendo
en mi casa.
Espero, señor presidente Fox, que usted pueda hacer
algo por nosotros, porque yo estoy muy pequeño y no puedo ayudar
mucho a mi mamá. Gracias por leer mi carta y le mando un saludo.
Atentamente
Isaac Marín Batana
Renuncia Gilberto López y Rivas al PRD
Señora directora: Por este prestigiado medio
hago pública mi renuncia al Partido de la Revolución Democrática,
del cual fui miembro fundador. Tomo esta decisión dolorosa por considerar
que el PRD se ha alejado cada vez más de los principios éticos
y la plataforma programática que le dio origen, como demuestra el
voto de su bancada en el Senado a favor de la contrarreforma en materia
de derechos indígenas, la antidemocracia en los métodos de
elección interna para los puestos de elección popular, el
divorcio de su accionar cotidiano con las causas y los movimientos populares,
nacionales e internacionales; el nulo apoyo, interés y seguimiento
partidario a sus gobiernos locales y, sobre todo, la actividad disolvente
y pragmática de grupos de interés clientelares y corporativos
en el interior del PRD, erróneamente definidos como "corrientes",
así como la orfandad de ideas y espacios para su discusión.
Todo ello ha desdibujado la identidad de izquierda que
le otorgó el voto mayoritario de su congreso.
Mi renuncia es una decisión estrictamente personal
que no cambiará el rumbo de mi gestión gubernamental en Tlalpan,
ya en su última etapa, claramente definida por la participación
ciudadana, la transparencia, la rendición de cuentas y la concepción
del gobierno como servicio a la comunidad. Esta renuncia no es expresión
de resentimiento alguno ni búsqueda de un cargo público por
otras vías.
Reconozco el valor de la lucha por el cambio interno del
partido que están dando compañeros como Salvador Nava, Julio
Moguel y Marcos Rascón, así como la pertinencia de posiciones
críticas como las de Adolfo Gilly. Coincido plenamente con su diagnóstico
sobre la situación del PRD, pero difiero de ellos en la posibilidad
real de su reconstitución a corto plazo, dado el control de sus
estructuras por una burocracia que tiende a reproducirse y perpetuarse.
Con todo, hago votos por el éxito de esa labor
titánica que se realiza por la transformación del PRD en
consonancia con los grandes problemas nacionales y la grave amenaza que
representa para la humanidad el actual grupo gobernante de Estados Unidos.
A los militantes del PRD, en especial a Cuauhtémoc
Cárdenas, a mis compañeros cercanos que durante años
han aportado sus esfuerzos para el cambio democrático que significó
la caída del régimen de partido de Estado, capitalizado por
el gobierno entreguista de Vicente Fox, les agradezco su ejemplo de compromiso
y dedicación.
Por mi parte, seguiré participando políticamente
en otros espacios de la sociedad civil, siempre por un socialismo libertario
y en contra del imperialismo. Uno mi voz a la de millones de mexicanos
que bregan por una patria justa y digna para todos. Por ello, no abandono
la esperanza de una organización nacional unitaria de izquierda,
que retome las luchas por la liberación nacional y social, que no
se detenga exclusivamente en los mecanismos formales de la democracia electoral
y se conduzca con un alto perfil ético en la construcción
de un mundo mejor.
Atentamente
Gilberto López y Rivas
El proyecto de la UCM destaca sobre otras universidades,
opinan
Señora directora: Nos dirigimos a usted
para hacer comentarios sobre el artículo de Ilán Semo "Educación
superior: territorio baldío", publicado el 9 de junio.
Coincidimos con él en su crítica a las universidades
patito y al abandono de la universidad pública por el Estado.
Sin embargo, queremos señalar lo ina- decuado de la crítica
a la Universidad de la Ciudad de México (UCM), la cual se considera:
"Repite el síndrome de sus actuales congéneres privadas:
una fachada sin contenido". Es fácil ajusticiar en siete líneas
un proyecto. Sin embargo, la UCM tiene un gran valor, en tanto surge de
la iniciativa de un gobierno local en oposición a la tendencia del
gobierno federal. Durante los últimos 30 años, éste
ha favorecido la privatización que Ilán Semo critica. En
razón de tal situación, la UCM requiere y recibe ya el apoyo
de numerosos sectores progresistas y académicos de la ciudad.
En poco ayuda al fortalecimiento de la universidad pública
la crítica desinformada del único proyecto emergente en las
últimas décadas. Al contrario, para contener la desagregación
pública hay que impulsar todos los proyectos universitarios valiosos,
empezando por la UNAM, la UAM y el IPN.
No se puede poner en un mismo saco a la universidad pública
y a la privada. La UCM se distingue por su responsabilidad social y académica
que le dan profundo contenido y digna fachada:
Es la única universidad pública que recibe
a un sector de los miles de excluidos del sistema de educación superior,
sin profundizar en el clasismo implícito, en el proceso de filtración
de la pirámide educativa. Para ello, desde su ubicación misma,
se plantea ir adonde la población más necesitada requiera
de servicios universitarios.
También es la única universidad pública
que mediante un curso de integración, un ciclo básico y talleres
de habilidades, se construye para tratar de sacar adelante a todos los
estudiantes que recibe, sin distingo de su formación previa, cuya
deficiencia no es su culpa, sino de un sistema social y educativo fraudulento
que les otorga el certificado de bachillerato sin respaldarlo en los conocimientos
y habilidades debidos.
Sostiene un proyecto académico que a través
de asesorías y tutorías atiende de manera personalizada a
sus estudiantes, lo que permite sacar adelante a personas que otros sistemas
desechan y hacer mejores profesionales a los más capacitados.
La UCM tiene programas de estudio interdisciplinario que
se enfocan en necesidades sociales y académicas urgentes y de vanguardia:
v.gr. la promoción de la salud, la ingeniería en transporte,
la maestría en sistemas complejos y dinámicos no lineales
en colaboración con la UNAM, el estudio de la filosofía más
allá de la sola tradición occidental, la creación
literaria (caso único en toda América Latina), etc.
Además cuenta con un sistema de evaluación
colegiada de los estudios que garantiza la real competencia de los estudiantes
que certifican un determinado curso, ciclo o grado. La UCM está
abierta a la certificación de estudios por cualquier ciudadano que
tiene competencias universitarias y es el único caso en México
en el cual se construye un proyecto universitario a partir de la plena
colegialidad de las academias. A pesar de ser un proyecto naciente, empieza
ya a fincar las bases para ligar docencia e investigación, así
como para vincularse a su entorno y evitar que la universidad sea una isla
en la vida social urbana.
La UCM está abierta a la cooperación y a
los proyectos conjuntos con otras universidades y diversas organizaciones.
En fin, nuestra fachada es noble y nuestro contenido está
respaldado por el más alto nivel académico y la evaluación
colegiada para contribuir al conocimiento interdisciplinario y resolver
los problemas científicos y sociales de la ciudad y el país
en el siglo 21.
Atentamente
Doctor Pedro Reygadas, coordinador Colegio de Humanidades
y Ciencias Sociales; Eduardo Mosches, coordinador de Publicaciones
El
Correo Ilustrado
|