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P O L I T I C A
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México D.F. Lunes 7 de julio de 2003

La apatía marcó la jornada electoral en distintas zonas del Distrito Federal

"Lo que pasó es que a ningún candidato le agarramos aprecio"

BLANCHE PETRICH

A las cinco de la tarde las nubes están a punto de dejar caer su carga de agua; la jornada electoral está por concluir y en el Centro Histórico el telón de cristal de Bellas Artes comienza a levantarse para dejar que la eterna Carmen, de Bizet, agasaje a los fieles de la ópera. Uno de ellos, Mariano Rodríguez, acecha a los músicos que entran por la puerta trasera taloneando un boleto de cortesía. Parece que no va a tener suerte esta vez.

Pero su domingo no fue tan malo, porque hizo algo que tenía muchas ganas de hacer. ''Fui a votar -afirma y muestra el pulgar entintado- para anular mi voto''.

No es, asegura, falta de interés en la política. ''Al contrario, me interesa, pero me parece que esta vez los políticos están dejando un gran hueco a la vista de los ciudadanos''. En seis años, Mariano sólo se ha perdido una ópera, Fausto. Su tía formaba parte del coro y siempre la esperaba en esa puerta trasera para conseguir entrada gratis. Ahora que la tía se jubiló recurre a otros músicos para no perderse el gusto de oír lo que más le gusta en la vida: la ópera. Ingeniero químico y empleado en una trasnacional, en ocho años siempre votó por alguien. Hoy votó, pero por nadie.

ƑVotar?, šya parece!

En la avenida San Pablo, por el rumbo de La Merced, los funcionarios de la casilla 4755 califican la afluencia de votantes ''de regular a poco''. A las cuatro de la tarde el aburrimiento los atosiga, porque los peatones pasan sin cesar, pero sin cruzar el umbral para cumplir con el ritual cívico. Es el portal de un pasaje comercial, frente a una sede de Neuróticos Anónimos. Ante las cortinas metálicas de los comercios aledaños, jovencitas de tacones y minifalda hacen guardias melancólicas, con sus historias y sus dramas a mil años luz de los contenidos políticos de la jornada electoral. A unos cuatro metros, Ana, madre soltera, tiene un sitio para bolear zapatos. Le encarga el changarro a una amiga y hace señas de que se va a echar un taco.

-ƑAprovechará la pausa para ir a votar?

-šYa parece! -dice y corre con su crío en brazos.

urna-votosCruzando la calle, en el templo de San Pablo, a esa hora decae el flujo de devotos de la Virgen de Juquila y San Judas Tadeo. La señora que vende estampitas y milagros en la puerta de este ''templo de las desamparadas'' observa el tráfico humano y comenta: ''Todo es como siempre. La gente viene a misa y va a votar. La devoción no le da ni le quita nada a la política''.

ƑY ella, ya votó? "šUuuhh! Desde tempranito, antes de las seis ya había pasado a votar ahí por mi casa".

-ƑTan temprano?

La doña mira imperturbable el pavimento y esconde el dedo pulgar bajo el delantal. Para qué dar más explicaciones.

Candidatos sin aprecio

Explicaciones que en Ixtapalapa Olga Victoria Barrera está encantada de brindar. "ƑSabe qué pasa? Que a ningún candidato le agarramos aprecio. Nos entró una apatía bien grande, una como flojera. ƑY sabe por qué? Porque ningún candidato nos convenció. No es que uno no atienda las campañas, no, al contrario, estuvimos bien pendientes, pero nos queda la duda. ƑPor quién será bueno votar? Por el PRI no. Por el PAN tampoco. Por el PRD tampoco. Ya no nos preguntamos quién será el bueno, sino quién será el menos pior".

Ella ha tenido un buen domingo, como siempre. Jueves y domingos, en los mercados de chácharas de Ixtapalapa, ella vende ropa usada "de primera calidad", arrugada y con olor a humedad, pero a muy buen precio. Vive en la colonia Zacahuiztla, no lejos de La Viga, donde los fines de semana chachareros de todo tipo ofrecen zapatos prehistóricos, juguetes de otras épocas, tornamesas y electrónicos de los 70, sartenes y cazuelas discontinuadas y montañas de ropa de segunda, tercera y hasta décima, como doña Olga, que continúa con su análisis político: "Lo que pasa con los que ya fueron diputados y los que quieren ser diputados es que uno siente como que se andan con mucha mentira, Ƒno? No se oyen sinceros, no se ven preparados, bien educados como debería ser. ƑO a poco usted cree que está bien que se pongan de candidatos los artistas para jalar votos?, pues no, está mal, ellos sirven para otra cosa, no para gobernar. Ora que no todos son sinvergüenzas, Ƒverdad? Algunos no lo son, pero la mayoría sí". En suma, concluye: "Que gane el que tenga más saliva".

Por el México que queremos

En otro puesto se anuncian "cortes de pelo". Tres plásticos azules, una silla y los utensilios necesarios del oficio son la peluquería de Juan Hernández. Para él, el abstencionismo "está mal, muy mal". Además no se ajusta al análisis que él ha hecho a partir de lo que platica con su clientela de este domingo, que no cesa de pasar por su silla de barbero callejero. "La mayoría me dice que ya fue, que antes de venir al corte ya pasó por la urna. Otros clientes me dicen que van a ir después de la peluquera. Yo mismo haré lo propio una vez que concluya mi trabajo", promete.

ƑY por qué?

Diligente, va esquilmando a un chamaquito de gruesa cabellera dejándole una peloneada "grado dos", muy moderna y lucidora. Responde como eslogan de campaña: "Para participar en el México que todos queremos, porque si no participamos, dígame usted, Ƒcómo vamos a exigir? Para que no gane el abstencionismo, para no dejar de ejercer ese derecho que todos los mexicanos tenemos".

La clientela cae en un goteo constante en la peluquería de Juan. A 13 pesos la peluqueada, Ƒquién no?

Lo normal, que el candidato se olvide de uno

En el mercado de mascotas y peces vivos, en la colonia Magdalena Mixuca, la hilera humana apenas avanza entre los puestos que venden bolsas de agua llenas de gupis de colores, carpas doradas, ángeles, iguanas verdes y tortugas japonesas. Siempre es un buen paseo dominical para jalar con la prole, sobretodo cuando no hay presupuesto más que para mirar, como el chinito. Eso hacen Edgar Peña, taxista, y su esposa con sus dos hijitas. Por suerte, a la entrada del mercado hay también una casilla infantil para que Soni Lucía y Elda Belén pinten sus boletas con las crayolas de colores que les proporcionan. Los progenitores "ya fueron a cumplir con su deber", dicen.

-ƑY?

-Pues, le diré -comenta Edgar- por nuestra casa pasaron todos los candidatos: PRI, PAN, PRD, el Verde y otros más. Todos repartieron juguetes y nos estrecharon la mano. Todos prometen que cuando ganen van a regresar a darnos la mano otra vez, pero yo sé que no es cierto. Y es lógico Ƒno? Nadie cumple, es la tradición. Prueba de ello es que los que han ganado como delegados luego ni se asoman a la ventana a ver a la gente. Así son los políticos".

Danzar, no votar

Si el agua venerable lo permite, los danzantes del grupo Mázatl levantan su ofrenda, su "copilli", humeante en el corazón del Zócalo capitalino, a las siete de la noche apagan el copal; se reparten los pesos recolectados a lo largo de la jornada; guardan sus atuendos azteca-chichimecas y regresan de donde vinieron, de Tulyehualco, tierra del amaranto, el huantli. El domingo es día de agradecer con la danza los dones de la madre tierra, dice el jefe del grupo, quien se hace llamar Mixcóatl. Así que los nietos de los concheros no van a votar este domingo; no por apatía, sino por estar ocupados con esta mezcla de devoción, chamba -porque sí se juntan los centavos, cómo no- y rutina de fitness.

Aunque ahí nomás, debajo de los portales, hay una casilla especial para los viajeros y peregrinos de Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, Morelos y también de otras latitudes del Distrito Federal, a quienes la hora del ejercicio del derecho cívico les agarre fuera de base, en el viejo centro de la ciudad.

Los danzantes no carecen de visión política, pero tienen otros compromisos, han hecho otras promesas y como muchos otros, están desencantados con los partidos y sus abanderados: "Por ejemplo, juramos no lucrar con el ritual; no escribir la sabiduría que se hereda por tradición oral, ayunamos para mantenernos puros, tenemos vocación de servir. De eso los políticos no tienen nada. Los candidatos se han olvidado de los valores y bienes ocultos, no tienen cosas buenas en el corazón, anteponen el interés personal".

Con estas ideas y al ritmo de los caracoles, los danzantes del grupo Mázatl navegan en la corriente de la abstención.

Por eso en las casillas del centro, en las de Ixtapalapa e Ixtacalco, por las colonias de Tulyehualco y Tláhuac, la afluencia estuvo, como dicen, "de regular a poco".

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