| México D.F. Lunes 7 de julio de 2003
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Triunfador y perdedor, a la vista de todos
"...Y NO lo dejes caer en tentación." El rezo no llegaba a susurro. Era una voz bajita, de una anciana que seguramente pedía por un ser querido, por alguien en peligro de verse seducido, de verse vencido por una atracción insuperable.
EL DOMINGO apenas calentaba y sobre la banca del patio de una iglesia del Centro Histórico el rezo parecía tomar senderos insospechables. Era domingo de elecciones.
NO ERA muy necesario saber cuáles serían los resultados oficiales. El jefe de Gobierno y el PRD, en ese orden, refrendaban la vocación clara de los defeños por un gobierno alejado de las corrientes de derecha, hoy ramificada, vestida de todos colores, pero a fin de cuentas derecha.
PERO NO todos cayeron en la trampa. La gran mayoría no se dejó engañar por el canto de las sirenas -y los sirenos- que aparecían con la tonada de hace tres años, con la promesa ahora envejecida del cambio que ellos apoyan, pero que no caló en la conciencia de la gente.
DE CUALQUIER forma los confundidos no fueron a las urnas. Para no cometer otro error, como en 2000, se quedaron en sus casas sin mayor remordimiento, algunos sin siquiera estar atentos al correr de la elección. Fueron los propios partidos -reconocen buena parte de ellos- los que robaron la intención de sufragar a una cantidad importante de ciudadanos -más de la mitad, según los primeros datos del Instituto Electoral del Distrito Federal-, que esta vez no votó.
ENTONCES LOS resultados electorales, aun con los intentos de engaño de todo tipo, no habrán de señalar sorpresas, por el contrario, se confirmaron las tendencias que todo el mundo conocía; inclusive en los lugares donde se presentaron problemas, la sangre no llegó al río.
DE ESA forma, más que al triunfo perredista se tiene que atender la responsabilidad del jefe de Gobierno, de los diputados locales y de los jefes delegacionales por establecer un buen gobierno que responda a las aspiraciones del electorado.
POR ESO cuando la anciana oraba parecía que elevaba su plegaria para que el gobierno, ahora muy mayoritariamente perredista, no se convierta en un bloque insensible que a partir de esta elección se suponga con todo el poder para dejar de escuchar a los gobernados, hubieran votado o no.
MAS QUE nunca, Andrés Manuel López Obrador ahora deberá aguzar su sentido político para no caer en la tentación de crear ámbitos autoritarios de conducción gubernamental.
DE ESA manera, ahora empieza la verdadera prueba para el gobierno de la ciudad. El ejercicio del poder que se ha conferido al gobierno deberá ser encaminado a formas más identificadas con la corriente política en la que se ha inscrito: la izquierda.
POR ESO hubo quienes, embozados en esa misma ideología, buscaron dañar al PRD y en algunos casos lo lograron. El mejor ejemplo es el que dio Ricardo Pascoe, quien compitió, y lo sabía, para robarle votos al candidato perredista en Benito Juárez, porque esa era la consigna, la verdadera posibilidad que buscaba su partido.
ASI, AYER hubo dos referentes: uno local y uno nacional. Triunfador y perdedor están a la vista de todos.
La transparencia enturbiada
LA LEY nació muerta. Diputados de PAN y PRI se dieron a la tarea de matarla incluso antes de que naciera. Nos referimos desde luego a la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública en la que, para no variar, Federico Döring, el panista que donde se mete todo lo vuelve lodo y sus aliados del PRI y de México Posible, en una jugada digna de la prepotencia a la que nos tiene acostumbrados, nombraron a los miembros del consejo responsable de hacer posible la ley sin ninguna convocatoria y con base en el tan odiado dedazo. Pero de esto ya hablaremos largo y tendido.
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