.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
CineGuía
Lunes en la Ciencia
Suplementos
Perfiles
Fotografía
Cartones
La Jornada en tu PALM
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo Electrónico
Búsquedas

P O L I T I C A
..

México D.F. Miércoles 9 de julio de 2003

Arnoldo Kraus

Hospital Juárez: la realidad

En México todos somos bretonianos o kafkianos. Mientras que algunos miembros de la plebe contamos con los genes del surrealista francés, el resto de la ciudadanía nació con la carga genética y la influencia checa de uno de los grandes del absurdo. En cambio, los políticos son bretonianos y kafkianos al mismo tiempo. Grandes dosis de conductas absurdas e interpretaciones surrealistas de la realidad han dominado y continúan "edificando" muchos renglones de la cotidianidad mexicana. La situación actual de nuestra medicina refleja, en muchos ámbitos, esa tergiversación de la verdad. Tergiversación que impide mamar sin protestar las opiniones establecidas desde el poder.

En los últimos meses, algunas opiniones -en Comitán los bebés murieron por exceso de nacimientos (cito a las autoridades) y no por epidemias-, algunas conclusiones -en México la gente ya no muere por diarrea y la desnutrición empieza a disminuir- y algunas decisiones -asignar la dirección del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias a un médico ajeno al hospital- reflejan ese siniestro y arcaico atavismo de la política mexicana que brega por deformar la realidad y sepultar la gleba que otros médicos han sembrado.

Un ejemplo "vivo" de esas malformaciones es el Hospital Juárez de la ciudad de México, donde las percepciones de los residentes son distintas de las de los funcionarios de la Secretaría de Salud (Ssa). Y digo "vivo" porque la situación de ese nosocomio es, sin duda, semejante a la de muchos de los hospitales del país, incluidos los del Distrito Federal, los de los estados, los del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), los de primero, segundo o tercer nivel -gracias a Dios aún no hay cuarto nivel-, los del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores al Servicio del Estado (ISSSTE), los muy buenos y los no tan buenos, los que resisten los temblores, los que aguantan los discursos políticos, e incluso, Breton dixit, los que apenas empiezan a construirse.

El Hospital Juárez, a pesar de que es considerado de tercer nivel -muy especializado y dotado de tecnología moderna, grandes laboratorios y apoyo "casi irrestricto"-, no cuenta, desde hace mucho tiempo, con los elementos necesarios para atender con dignidad y seguridad a los enfermos.

En medicina las carencias no sólo resultan en servicios inadecuados, sino que pueden mermar la salud del afectado o, incluso, poner en riesgo su vida. Debido a esas restricciones los residentes del Hospital Juárez -médicos jóvenes que se capacitan para mejorar su formación-, que en los hospitales de gobierno son el alma mater y los responsables de que éstos funcionen, han pasado de las peticiones, al paro y a la atención de los enfermos sin costo.

De acuerdo con los inconformes, el hospital trabaja sólo al 30 por ciento de su capacidad: faltan medicamentos, no funciona la tomografía computarizada ni otros aparatos de rayos X, y en los quirófanos es frecuente que no haya material de sutura ni anestesiólogos. No debe soslayarse que la mayoría de los enfermos que acuden a esos hospitales son pobres, lo que implica un reto mayor y más complejo para los médicos.

Lo que demandan los residentes es que se les permita trabajar en buenas condiciones, que se cumplan los ofrecimientos de la Ssa, que los discursos de las autoridades se vinculen con lo que palpan sus manos y escuchan sus estetoscopios y que no se les mienta.

A las peticiones de los residentes, el director de Enseñanza de la Ssa, José Luis Luna, dijo: "Tengo la instrucción de terminar con esto en una hora y aquí tengo los documentos suficientes para que a partir de mañana se vayan a la institución que quieran". A su vez, el director del Hospital Juárez, Heriberto Pérez Terrazas, afirmó que "las asambleas permanentes de los médicos de base y de los residentes forman parte de un sabotaje político instrumentado por partidos". Difícil tarea espera a Luna y a Terrazas. De no demostrar qué institución albergará a los residentes y de no revelar qué partido político inflama las almas de mis colegas, tendrán que recurrir a Breton y a Kafka para salvar su honor.

El discurso y la realidad de los residentes no se entrecruza con el de las autoridades. Como en tantas otras ocasiones, y para no proseguir en entresijos hediondos ni en palabrerías inútiles, propongo el siguiente duelo académico: para sopesar quién tiene razón, sugiero recorrer al azar, estetoscopio en mano contra dictámenes cuadriculados, algunos nosocomios en los que se evalúe, tanto por las autoridades como por los médicos que no compartimos la opinión del poder, la calidad de la atención en enfermos hospitalizados. Yo, por mi parte, tengo listo el estetoscopio y declaro que no recibo sueldo de ningún partido político, aunque acepto que no sólo admiro a Kafka y a Breton, sino que estoy seguro de que ambos también son "un poco mexicanos".

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4445 y 4110
Email