La decisión coincide con la deportación de Peñaloza

Licitará Bancomext dos concesiones en Chile que embargó a Tribasa

VICTOR CARDOSO Y JUAN ANTONIO ZUÑIGA

La deportación a México del empresario David Peñaloza Sandoval, ex presidente de Tribasa, y acusado de fraude contra Nacional Financiera por 29.5 millones de dólares, coincide prácticamente con la decisión del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) de sacar a licitación las dos concesiones de carreteras chilenas que esta institución embargó a la constructora mexicana.

De acuerdo con informes oficiales de Bancomext, a más tardar a finales de julio se emitirán sendas convocatorias para licitar la concesión de 23 años de la autopista de 218 kilómetros Santiago-Los Vilos, así como el tramo de 75 kilómetros conocido como Acceso Norte de Concepción.

Aunque las fuentes de Bancomext declinaron precisar el monto del crédito otorgado a Tribasa para la construcción de autopistas en Chile, informes de la empresa precisan que a esa institución gubernamental le adeudaba al menos 824 millones 256 mil pesos, cifra que representa casi una quinta parte de los 4 mil 406.6 millones de pesos de deuda contratada con instituciones bancarias.

Cenit y ocaso

En la cúspide de su éxito durante el periodo privatizador en México, completado con un verdadero alud de contratos en el mercado de la construcción, Tribasa inició un proceso de expansión hacia el extranjero. Así, en 1997 obtuvo en Chile la concesión para construir y operar durante 23 años la autopista Santiago-Los Vilos.

Sin embargo, el fracaso del programa carretero en México y la crisis económica del país dejaron mal parada a esa constructora, que se vio obligada a vender activos para cubrir sus adeudos. En ese contexto, en julio de 1999 la empresa anunció la venta de 81.25 por ciento de otro de sus proyectos en Chile, la carretera Cillan-Collipulli, al grupo francés GTM por 50 millones de dólares.

Pero la situación no mejoró y en octubre de 2000 Bancomext tuvo que asumir la concesión de la autopista chilena ante la posibilidad de que Tribasa incumpliera la construcción, además de asegurar la recuperación del financiamiento que se había otorgado a la empresa para llevar a cabo la obra cuya operación se inició en diciembre pasado.

Fuentes de Bancomext afirmaron que esta institución tuvo que asumir la conclusión de los trabajos de construcción de la autopista, porque además de la recuperación de los recursos económicos comprometidos se tenía el objetivo de que el gobierno chileno no vetara a otras empresas mexicanas en futuras licitaciones.

Como complemento, a principios de este año el Bancomext también asumió el control del Acceso Norte de Concepción, tramo que de igual modo será licitado en breve.

De hecho, las fuentes de Bancomext afirmaron que la participación de este banco en Chile permitió que otras empresas mexicanas participaran en ese mercado. Entre otras están Tradeco, que participó en la construcción de los segundos pisos en la ciudad de México; Altec, del presidente de la Asociación de Industriales Ecologistas, Carlos Sandoval Olvera, así como Tucán, especializada en la construcción de carreteras.

Aunque Tribasa se fundó oficialmente en 1969, fue durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari cuando se convirtió en un verdadero emporio que le permitió al presidente de su consejo de administración, David Peñaloza Sandoval, acumular una fortuna personal estimada en más de mil 100 millones de dólares en 1994 y figurar en la selecta lista de millonarios publicada por la revista Forbes.

Tan espectacular fue el crecimiento de Tribasa, que de una pequeña empresa constructora y fabricante de tubos de albañal (de cañería) se encumbró hasta ser considerada la segunda del país en el mercado de la construcción.

Pero esa empresa no sólo construía. Extendió sus operaciones hacia la administración de autopistas, de terminales portuarias, de aeropuertos, de ferrocarriles y de servicios públicos como agua, drenaje y basura. También estuvo a cargo de grandes obras de energía como la reconversión de la refinería de Cadereyta de Pemex, donde su planta laboral llegó a ser de 10 mil trabajadores.

Al mando de esa empresa, Peñaloza Sandoval fue, en síntesis, uno de los principales beneficiarios de la ola privatizadora emprendida por el gobierno salinista y protegido de la administración de Ernesto Zedillo.