Se le revirtió la guerra sucia a Fernández Garza, señala ex líder del blanquiazul

El PAN perdió NL por aplicar modelo gerencial, dice investigador del Tec

DAVID CARRIZALES CORRESPONSAL

Monterrey, NL, 9 de julio. La debacle del Partido Acción Nacional, que por 24 puntos y más de 300 mil votos perdió la gubernatura, la mayoría del Congreso local y los principales municipios metropolitanos, donde se asienta 80 por ciento de la población del estado, debe verse como un voto de castigo a la falta de sensibilidad política de los gobernantes del blanquiazul para atender las necesidades de los habitantes, ya que quisieron llevar a la función pública su modelo gerencial de administración, consideró el investigador del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), Tomás Sánchez Cabrieles.

Para el ex presidente estatal del PAN, Alfredo Corella Gilsamaniego, la explicación de la derrota es que los principales asesores del candidato panista a gobernador, Mauricio Fernández Garza, como José Luis Salas Cacho, Carlos Domínguez Ahedo y Gustavo Valdez Madero, nunca se comprometieron con su causa debido a que provenían del grupo del ex gobernador Fernando Canales Clariond, a quien el ahora ex candidato enfrentó y por fin derrotó en noviembre pasado después de 20 años de pugnas y confrontaciones públicas.

Recordó que el enfrentamiento entre los dos líderes de las principales corrientes del blanquiazul en el estado fue tal, que después de la contienda interna de 1997, en la que Canales le ganó a Fernández Garza la candidatura que luego lo llevó al gobierno estatal, hubo una purga de los principales operadores "mauricistas", como el coordinador de la campaña, Jorge Padilla Olvera, que ahora en el Partido Verde Ecologista derrotó al PAN en el tercer distrito local, como parte de la Alianza Ciudadana impulsada por el PRI.

Corella Gilsamaniego señaló además que en el comité estatal y nacional del PAN se decidió la estrategia de la guerra sucia contra el abanderado priísta, José Natividad González Parás, pero el mayor perjudicado fue Mauricio Fernández, porque se le creó la imagen de bravucón y poco serio, por lo tanto no confiable para gobernar.

En cambio, señaló, el partido blanquiazul no quiso impugnar la candidatura de González Parás, que en opinión de Corella era inelegible, dado que el artículo 82 constitucional establece como uno de los requisitos para ser candidato a gobernador la "separación absoluta" de cualquier puesto público, y el priísta sólo había solicitado licencia a su cargo de senador, porque ese puesto es irrenunciable.

Por su parte, Tomás Sánchez Cabrieles, jefe del departamento de matemáticas del ITESM, con el apoyo de un equipo de estudiantes realizó la encuesta que más se acercó a los resultados de las elecciones del 6 de julio, pues en el muestreo levantado durante la última semana de mayo le dio a González Parás 56.6 de las preferencias, el mismo de los resultados oficiales, mientras que a Mauricio Fernández la encuesta le asignaba 31.3 y el resultado oficial fue de 33.9 por ciento.

Entrevistado por La Jornada, dijo que al realizar el muestreo se percataron de que había un gran malestar entre la población por la forma en que ha gobernado el PAN, pues hacía comentarios de que había resultado peor que los priístas.

Y lo que más le "pegó" al PAN fue que los gobiernos panistas hicieron campañas que generaron muchas expectativas y la gente esperaba un cambio que nunca ocurrió. "La población nunca sintió que se le tomara en cuenta; los gobiernos del PAN tienden a ser eficientistas en el mejor de los casos, pero son poco políticos y sin ninguna consideración si lo que hacen es lo más adecuado para la población, a lo que habría que agregar las actitudes personales prepotentes", dijo.

En opinión de Sánchez Cabrieles, la forma en que se hicieron las campañas, con un intercambio de ataques e insultos, provocó que un gran sector de la población decidiera no votar, porque sentía que ninguno de los candidatos merecía su confianza.