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México D.F. Viernes 24 de octubre de 2003

El bando, firmado al vapor, impide saber cuánto dinero se destinó a la represión

Goni dejó un decreto que exime a su gobierno de dar cuentas a la contraloría

Políticos bolivianos marcan su distancia de Sánchez de Lozada; Paz Zamora se dice "liberado"

XIMENA ORTUZAR ENVIADA

La Paz, 23 de octubre. Horas antes de presentar su renuncia, Gonzalo Sánchez de Lozada firmó el decreto supremo 27213 que exime a su gobierno de rendir cuentas ante el contralor general de la república acerca del destino de los "gastos reservados" ejecutados durante septiembre y octubre, meses en que se verificó la guerra del gas que dejó más de 70 muertos y al menos 400 heridos.

La nueva norma establece: "Se autoriza, de manera excepcional, que el control de los gastos específicos de la administración central será efectuado ante el presidente de la república, por lo que los mecanismos de rendición de cuentas determinados en el artículo 6, del decreto supremo 27055, quedan suspendidos en su aplicación."

La medida, explica el mismo texto, se autorizó por "una situación de emergencia originada por la conmoción interna que sobrepasa la capacidad normal del manejo administrativo del Estado."

Este decreto supremo de última hora amplía y complementa al 27055, vigente desde el 30 de mayo pasado, que regula la asignación de recursos provenientes de la partida de gastos específicos de la administración central. En su artículo 3, ese decreto determina que el manejo discrecional de dichos recursos se autoriza para cubrir los gastos en que incurra el gobierno exclusivamente para preservar la soberanía nacional, la seguridad interna, las relaciones internacionales y la estabilidad del estado de derecho.

El flamante ordenamiento argumenta: "(...) los últimos acontecimientos suscitados en el país ponen en riesgo el normal desenvolvimiento de las actividades ciudadanas, originando conmoción interna y graves perjuicios económicos y sociales, por lo que es necesario incurrir en un mayor número de gastos específicos de la administración central, los mismos que no podrán contar con el respaldo y seguimiento necesario." Es decir, el gobierno incurrió en mayores desembolsos, pero no dispone de los documentos de descargo necesarios para presentar una rendición de cuentas.

La infalible corrupción

El artículo 6 del decreto supremo 27055, ahora suspendido por la norma de última hora, establece la fiscalización de los gastos reservados: trimestralmente el titular del Ministerio de Gobierno debe presentar ante el fiscal general de la república un informe oral y escrito acerca del monto y destino de dichos gastos. Y otorga confidencialidad al informe.

El decreto 27055 surgió de un cúmulo de denuncias referidas a un pago extra a autoridades del Ejecutivo, con cargo a la partida de "gastos reservados", realizados durante la primera administración del ahora dimitido presidente, entre 1993 y 1997.

La normativa considera que el contralor rechace el informe del ministro de Gobierno si en él se incluyen gastos no autorizados en el decreto o que no estén debidamente respaldados.

El decreto "al vapor" firmado por Sánchez de Lozada y su equipo ministerial horas antes de partir a Estados Unidos deja tal procedimiento en suspenso, lo que impide conocer cuánto se destinó a sofocar la protesta social y, eventualmente, a otros fines.

Las reacciones fueron rápidas: el senador del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Morgan López, dijo que todas las acciones del gobierno deben dirigirse a darle transparencia al uso de los gastos reservados del aparato estatal.

El jefe de bancada de Nueva Fuerza Revolucionaria (NFR), John Antezana, señaló que el presidente Carlos Mesa debió haber anulado ya dicho decreto, al que calificó de "actitud vergonzosa de Sánchez de Lozada."

La diputada del MNR Teresa Paz consideró un despropósito haber restado fuerza a la contraloría de la república para conocer el estado de los gastos reservados.

El senador del Movimiento al Socialismo (MAS), Filemón Escobar, opinó que se debe poner un alto a este tipo de manejo arbitrario de las normas, característico de los gobiernos, o de lo contrario Bolivia seguirá hundiéndose.

Paz Zamora, "liberado"

En tanto, la inmensa mayoría de los políticos marca distancia con el ex presidente, incluyendo miembros de su propio partido, el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR).

El líder nacional del MIR y ex presidente de Bolivia, Jaime Paz Zamora, va más lejos: se declara "liberado" tras la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada.

"Al abandonar la residencia presidencial el pasado 17, tras pedirle la renuncia a Sánchez de Lozada y mostrarle la puerta ancha del Congreso para su salida constitucional, junto con el aire fresco de la calle sentí un sentimiento de liberación interior. A partir del 17 de octubre somos otra vez nosotros mismos, el mirismo de siempre, que ya pasó el desierto, que ya saldó cuentas con todo el mundo y que de ahora en adelante podrá retomar su historia como cabeza de proyecto", asegura.

Lamenta: "Fueron 10 años de atravesar el desierto, donde teníamos la voz embargada y no podíamos hacer lo que realmente queríamos."

El "cruce del desierto" lo inició Paz Zamora -y con él el MIR- a finales de 1993. Explica: "Intentaron matarnos con la conjura de los narcovínculos, que intentó destruirme y destruir al partido, tanto dentro de Bolivia como desde el exterior."

En efecto, Paz Zamora y el MIR fueron acusados de tener vínculos con el narcotráfico; a partir de esas denuncias, Estados Unidos retiró la visa de entrada a ese país al líder mirista.

Como "medida de supervivencia", Paz Zamora y el MIR -ya dividido- apoyaron al segundo gobierno de Hugo Bánzer entre 1997-2001, que alcanzó la presidencia con su apoyo cuando el Congreso debió definir entre las dos primeras mayorías. Bánzer había gobernado de facto entre 1971 y 1978 y el MIR había sido su acérrimo opositor; Paz Zamora lo combatió desde la clandestinidad y desde el exilio.

Ese apoyo dejó estupefactos a muchos dentro y fuera de Bolivia, pero tenía un antecedente: cuando Paz Zamora se postuló a la presidencia en 1989 y obtuvo el tercer lugar, Bánzer, que también fue candidato y obtuvo el segundo lugar, le endosó los votos de su partido, Acción Democrática Nacionalista (ADN). Así, Sánchez de Lozada, que obtuvo el primer lugar en las urnas, fue desplazado. El MIR y ADN conformaron el acuerdo patriótico que cogobernó hasta 1993.

En julio de este año y también "obligados por las circunstancias", Paz Zamora y el MIR se aliaron al gobierno de Sánchez de Lozada.

La dimisión de este último marca ahora "la liberación" para el MIR y su líder.

Las declaraciones de Paz Zamora tuvieron reacciones. Oscar Sandoval, diputado y jefe de la bancada del MNR, opina: "Creo que se trata de una reflexión política íntima y no referida a la coyuntura política reciente. Hay que comprender lo que él siente, porque tanto el MNR como Sánchez de Lozada lo perjudicaron en 1993, denunciándolo de vínculos con el narcotráfico". Luego Paz Zamora debió aliarse con (Hugo) Bánzer, para lo cual había que 'cruzar los ríos de sangre', lo que se refería a los muchos muertos que separaban a Acción Democrática Nacionalista (ADN, de Bánzer) y el MIR. Porque la sangre de esos ríos la puso siempre el MIR. "En la coyuntura actual, el MIR hubo de aliarse otra vez, ahora con el MNR, porque fue uno de los cuatro partidos más votados y había que preservar la democracia. Pero ni a ellos ni a nosotros nos gustó en lo más mínimo esa alianza. Mientras al MIR y a ADN los separaban 'ríos de sangre', al MNR y al MIR nos separan diferencias ideológicas. Por eso, reitero, entiendo la declaración de Paz Zamora en el sentido de una reflexión íntima. Pienso que verdaderamente él se siente libre por primera vez en 10 años."
Jaime Solares, líder nacional de la Central Obrera Boliviana (COB), es más tajante: "Jaime Paz Zamora es un hipócrita, un politiquero que ayudó a la capitalización -mediante la cual se privatizó gran parte de las grandes empresas bolivianas-, mecanismo de rapiña en favor de las trasnacionales. Ahora, como se le va el poder de las manos, empieza a zapatear. A Paz Zamora y al MIR ya nadie les cree. El MIR es desde hace mucho tiempo un antro de corrupción."

Hugo Carvajal, del MIR, ex ministro de Educación de Sánchez de Lozada es extremadamente parco: "No comentaré la declaración de Jaime Paz Zamora." A la pregunta de si la comparte o rechaza, responde: "No tengo nada que decir."

Felipe Quispe, diputado del Movimiento Indígena Pachakuti (MIP) y líder de la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), es conciso: "Lo que declara hoy Jaime Paz Zamora es una salida rápida, sin pensarla. Pero nosotros conocemos al MIR desde los años 70, cuando nació como un movimiento de izquierda revolucionaria, pero de línea socialdemócrata. Con el tiempo, Paz Zamora y el MIR se juntaron con sus enemigos políticos, se hermanaron y vivieron como uña y carne, oprimiendo y masacrando al pueblo. No es reciente. A ellos ya no les importa la posición política ni la ideología. Ellos piensan con el estómago y buscan siempre su propia conveniencia."

A su vez, Samuel Doria Medina, empresario militante del MIR y líder de la fracción democratizadora de ese partido, señala: "El MIR de Jaime Paz Zamora está muerto y éste tiene las manos manchadas de sangre. No sólo de los ríos de sangre de los tiempos de Bánzer, a quien él apoyó, sino también de la derramada en la guerra del gas. Mientras esto ocurría, Paz Zamora permaneció junto a Sánchez de Lozada. El país ya lo sabe. Paz y el MIR están políticamente muertos".

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