.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
CineGuía
Lunes en la Ciencia
Suplementos
Perfiles
Fotografía
Cartones
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo electrónico
Búsquedas

E S P E C T A C U L O S
..

México D.F. Viernes 5 de diciembre de 2003

Leonardo García Tsao

El viejo y el río

Hace poco más de un año, en mi crítica sobre Deuda de sangre encontré admirable la forma en que Clint Eastwood se había mantenido fiel a su concepto del cine, sin preocuparse por la moda. El estreno de Río místico confirma que estamos ante el último autor hollywoodense a quien podemos llamar clásico.

Aclamada en el pasado festival de Cannes, donde el jurado hizo caso omiso a sus virtudes, Río místico se aparta del acostumbrado enfoque de Eastwood sobre un héroe individual para narrar la historia de una comunidad bostoniana trastornada por el crimen: a mediados de los años 70, un niño es secuestrado en presencia de sus amigos por un par de pederastas disfrazados de policías. Ese acto brutal de corrupción ha dejado secuelas indelebles: en la actualidad, David (Tim Robbins) no ha podido mantener un trabajo fijo y vive afligido por el trauma. Mientras que Jimmy (Sean Penn) es un volátil ex convicto que trata de mantenerse en la ley administrando una abarrotería, y Sean (Kevin Bacon) se desempeña como detective policíaco.

Cuando la hija mayor de Jimmy aparece asesinada, los principales sospechosos se reducen a su novio, persona non grata a los ojos del suegro, y a David, quien la noche del crimen regresó herido y sangrante a casa, ante su nerviosa mujer Celeste (Marcia Gay Harden). Al tiempo que Sean y su compañero Whitey (Laurence Fishburne) investigan el caso, el padre de la víctima manda a su propia gente a poner presión sobre el vecindario en su propia operación de vigilantismo.

El hábil guión de Brian Helgeland -buen adaptador de novelas policíacas, como se vio en Los Angeles al desnudo, pero pésimo realizador a la fecha- resume el voluminoso texto original, novela de Dennis Lehane, sin perder su esencia. Sin embargo, es Eastwood quien le da al asunto una dramática gravedad con su sobria solvencia narrativa. Nunca dado a florituras formales, el cineasta demuestra cómo un relato lineal puede acumular fuerza y, al mismo tiempo, permanecer ambiguo. (La comparación con otras dos cintas hollywoodenses en cartelera, Kill Bill y 21 gramos, pone en evidencia qué tanto la alteración cronológica se ha convertido, a veces, en un innecesario tic de moda. En el caso de González Iñárritu, los rebuscados saltos de tiempo no consiguen disfrazar la superficialidad melodramática de su historia. De haber usado la misma estrategia, Río místico quizás habría guardado el abuso infantil de David para una posterior -y efectista- revelación.)

Los temas habituales del cine de Eastwood aparecen aquí en una versión aún más pesimista que en Los imperdonables (1992) o Un mundo perfecto (1993), sus dos obras previas de similar estatura. Nuevamente, se establece cómo los hechos penosos del pasado -con su carga de culpa y dolor- no tardan en pasar la factura.

Y si bien el tema de la amistad masculina ha sido una constante en el autor, en Río místico es una de las instancias que adquiere otra resonancia, al situarse en el contexto de una vida doméstica. No recuerdo otra película suya en que el papel de la esposa haya cobrado una dimensión tan importante de complicidad o abandono. Así, Eastwood lanza una mirada interrogante al tejido mismo de su sociedad. Por lo pronto, el soliloquio final de Annabeth (Laura Linney), dirigido a su esposo Sean, le enmienda la plana a Lady Macbeth en su escalofriante justificación de una moral contemporánea. (Por cierto, el desempeño de Linney corona el extraordinario nivel interpretativo de la película).

Ni modo. Clint Eastwood no filma de manera chida. No realiza cortes ni tomas vertiginosas, no juega con el tiempo, no deslava el color de su fotografía, no ejerce la violencia gratuita o chistosita, ni siquiera usa canciones pop en su banda sonora sino que se atreve a componer su propia y estupenda partitura. El estilo de Eastwood consiste simplemente en contar su historia de forma eficaz, directa, conmovedora. Por ello, Río místico me parece de lo poco memorable que ha ofrecido el cine este año. Si eso me vuelve un anciano prematuro, así sea.

RIO MISTICO

(Mystic River)

D: Clint Eastwood/ G: Brian Helgeland, basado en la novela de Dennis Lehane/ F. en C: Tom Stern/ M: Clint Eastwood/ Ed: Joel Cox/ I: Sean Penn, Tim Robbins, Kevin Bacon, Marcia Gay Harden, Laurence Fishburne, Laura Linney/ P: Malpaso Productions. EU, 2003.

[email protected]

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4329 y 4110
Email