Encendido debate; votan en contra 251 legisladores; en favor, 234

Embate opositor derrota la propuesta fiscal elbiazul

Apuros del presidente de la mesa directiva para controlar la sesión

ROBERTO GARDUÑO, ENRIQUE MENDEZ Y ROBERTO GONZALEZ AMADOR

En el pleno de la Cámara de Diputados fue rechazada este jueves la propuesta de cambios fiscales promovidos por el gobierno federal, Elba Esther Gordillo, el PAN y un grupo de legisladores del Partido Verde, que buscaban aplicar un gravamen a alimentos y medicinas. A pesar de un ofrecimiento de última hora de la fracción priísta leal a la profesora, de no cargar un tributo a prestaciones sociales, transporte público, insumos agrícolas y compra de vivienda, así como elevar el déficit público para aumentar el gasto, 251 legisladores impusieron un revés a la iniciativa oficial, que era defendida también por grupos empresariales de México y el extranjero.

En menos de tres horas, los 489 legisladores que asistieron a la sesión escenificaron uno de los debates más encendidos, y por momentos atropellado, que culminó con el rechazo a la iniciativa y con la euforia de los ganadores. Entre los más entusiastas, el perredista Julio Boltvinik avanzó hasta las curules panistas para decirles, mientras les ponía cuernos con la mano derecha: "Con este voto los salvamos a ustedes de tener una política económica que les acarrearía la derrota en 2006. Evitamos que cavaran su propia tumba". El legislador y académico recordó: en 1995, Humberto Roque nos hizo la roqueseñal cuando se aprobó elevar el IVA de 10 a 15 por ciento. "Ahora yo les hago la boltvinikseñal".

El dictamen aprobado el lunes pasado por la Comisión de Hacienda, principalmente con el voto de panistas, los priístas leales a Gordillo y el coordinador del Verde, Jorge Kahwagi, no resistió la prueba del pleno. Votaron a favor 234 legisladores: 150 panistas, 71 priístas leales a la maestra y 13 verdes. En contra se manifestaron 141 del Revolucionario Institucional, una del PAN (Regina Vázquez, del distrito 20 de Acayucan, Veracruz), 94 del PRD, 4 del PVEM, 6 del PT y 5 de Convergencia. Hubo cuatro abstenciones de legisladores del tricolor: María Ramón, Angel Aguirre Rivero (ex gobernador de Guerrero), Eduardo Bailey Elizondo y Mayela Quiroga Tamez.

El debate en torno a la eventual reforma del IVA comenzó con los signos más desesperanzadores para quienes la promovían. El presidente de la Comisión de Hacienda, el panista Gustavo Enrique Madero, presentó el proyecto de decreto para reformar la ley del IVA y uno nuevo llamado impuesto a la enajenación y la importación. El argumento del legislador panista giró en torno a que la reducción del IVA de una tasa de 15 a otra de 13 por ciento mejoraría la eficiencia en la recaudación de este gravamen.

En el pleno, las voces opositoras lo comenzaron a presionar. Le gritaban: "No al IVA, no al IVA". La respuesta de Madero fue un exhorto a no defraudar al país. "Hago un respetuoso llamado a dejar de lado todas las diferencias y trabajar por México, cumpliendo con la responsabilidad de posibilitar el acceso a los servicios de salud con calidad, en educación para nuestros hijos, en infraestructura y promover el crecimiento de los recursos para abatir la pobreza". Aun así, el desorden continuó y los abucheos provocaron la primera intervención del también panista Juan de Dios Castro, presidente de la mesa directiva.

Enseguida, Jesús Martínez Alvarez, coordinador de Convergencia, puso sobre la mesa la propuesta de regresar el dictamen a la Comisión de Hacienda, después de dejar claro el rechazo a cualquier gravamen a alimentos y medicinas. "Desde luego, no estamos de acuerdo en que se graven y por eso proponemos una tasa cero. Los exhortamos a una reflexión, a que votemos de cara al pueblo, sin demagogias y sin simulaciones".

El embate contra la propuesta elbiazul se agudizó porque el priísta oaxaqueño Héctor Pablo Ramírez Puga, contrario al grupo de Gordillo, desconoció a Baltasar Hinojosa, miembro de la Comisión de Hacienda, como representante de su partido a la hora de fijar el posicionamiento de defensa a favor del proyecto de dictamen: "Con respeto, le solicito al compañero Hinojosa se abstenga de hablar a nombre de nuestra fracción y ruego a usted, señor presidente, que para cualquier trámite relacionado con nosotros se dirija a Emilio Chuayffet".

Desde ese momento se vislumbraba la derrota del paquetazo, que fue defendido por sus creadores con más chantajes de catástrofe económica que argumentos. El petista Oscar González Yáñez arremetió contra "el sistema neoliberal" porque, dijo, sólo ha socializado las pérdidas y privatizado las ganancias. "Lo que nos están proponiendo es quitar dinero a los pobres a través de estos impuestos, para luego regresárselos a través de programas sociales. Eso es corporativismo, una práctica contra la que se ha luchado en el país por muchos años", apuntó el petista.

También acusó de cobardía a los cinco diputados del PRI que firmaron el dictamen la noche del lunes (Roberto Campa, Baltasar Hinojosa, Francisco Suárez Dávila, Tomás Ruiz y Jesús Vizcarra). "šSon unos cobardes! E incurren en una grave irresponsabilidad al plantear que los efectos de gravar alimentos y medicinas no tienen importancia, e incurren en actos de cinismo al señalar que lo recaudado servirá para compensar el efecto de tales medidas".

El coordinador de la bancada del PRD, Pablo Gómez, argumentó que aplicar un impuesto al consumo, como es el caso del IVA, cuando la economía se encuentra estancada, es un intento de convertir el ingreso familiar en gasto público. Definió lo que, en su opinión, era la propuesta del gobierno y la fracción elbista del PRI: "Quieren cobrar a los que menos tienen un impuesto por comer. Por México, hay que cobrar a los que no tienen seguridad social y que son pobres, quieren cobrar un impuesto por tratar de sanar".

El legislador del sol azteca demandó al pleno dar la pelea fiscal con pautas de justicia y desmintió que el gobierno subsidie a los ricos, como es el argumento de los panistas para proponer un IVA a alimentos y medicinas. No es verdad, dijo, "una familia pobre dedica más de 50 por ciento, quizá 80 por ciento de su ingreso a la compra de alimentos. Y una familia muy rica destina de 5 a 10 por ciento de su gasto a alimentos. ƑQuién va a pagar más proporcionalmente? šLos pobres de este país! Los pobres que son mayoría, sí señores de la derecha, y ellos no quieren el impuesto a alimentos y medicinas". También aseguró que el gobierno es incapaz de cobrar, como lo demuestran las altas tasas de evasión. Como no puede cobrar, agregó, busca que el Congreso aumente impuestos que ocultan la incapacidad de Hacienda para hacer una eficiente recaudación.

Con su estilo áspero, el panista Juan Molinar Horcasitas manifestó que la responsabilidad social de su partido lo obliga a emprender una batalla contra la evasión, los regímenes especiales y las exenciones. Sólo que la propuesta que defendía afectaba los intereses de los más pobres y aun así lo reconoció: "Proponemos introducir de manera gradual y prudente un impuesto de control a los bienes y servicios que actualmente están gravados con tasa cero de IVA (alimentos y medicamentos)".

Esa confesión de parte le acarreó el disgusto de la mayoría de legisladores. Incluso, dos perredistas fijaron en el atril, desde el que Molinar hablaba, cartelones con las leyendas "traición a la patria" e "impuesto elbista intransitable". Castro interrumpió al orador y exigió respeto. Y también ordenó a los guardias de seguridad que retiraran los mensajes. Otra vez, como hizo hace dos semanas, Molinar se mofó de sus adversarios políticos: "En el caso del cartel que se acaba de poner, lo acepto como uno de los métodos de base que eligen algunos de mis colegisladores". Desde ese momento, el panista no pudo continuar.

El priísta Baltasar Hinojosa fue desconocido por sus propios compañeros de bancada, mientras que con dificultad leía la defensa del dictamen preparado el lunes pasado. En medio del escándalo, que no pudo ser controlado por el presidente de la Cámara, el legislador intentó hacer un desglose del IVA disfrazado a alimentos y medicinas. A esto le siguió un coro de reprobación: "esquirol, fuera, mentiroso, títere, junior, cínico, elbista, rastrero, renuncia, vete del partido, traidor".

Juan de Dios Castro no tuvo más remedio que suspender momentáneamente la intervención: "Señoras y señores, la injuria daña más a quien la profiere, que a quien la recibe, decían los romanos". A continuación, y ante la ausencia de una defensa clara, los del tricolor que nombraron a Emilio Chuayffet como su coordinador emprendieron una estrategia discursiva para enterrar el paquetazo. El líder campesino Pedro Avila Nevares invitó a los priístas y panistas firmantes del dictamen a que fueran a las colonias populares para que observaran las condiciones de hambre y miseria de sus habitantes: "No podemos por ningún motivo, ni por acuerdos en las cúpulas del poder, imponer a la sociedad medidas fiscales cuyo fin es empobrecer aún más a la clase trabajadora".

Enseguida, el ex secretario de Finanzas del gobierno de Manuel Bartlett en Puebla, José Luis Flores, aseguró que el impuesto a la enajenación y a la importación era altamente inflacionario y propuso regresar el dictamen a la Comisión de Hacienda. Armando Neyra, diputado del sector obrero del priísmo, advirtió que los 15 millones de trabajadores en el país no aceptan un incremento en productos básicos, llámese como se llame, por eso "yo les digo, por qué exponernos a que se deseche este dictamen por una votación mayoritaria, si ya aquí hemos hablado que somos la mayoría en contra y la minoría a favor. Hagamos las cosas con tiempo y en serio".

Siguió Julián Nazar, priísta chiapaneco, quien se refirió al impuesto de enajenación e importación, que según los panistas y elbistas no afectaría a los más pobres: "Alguien me argumentó que ese no es un impuesto, pero bien decía un compañero de Tabasco: si camina como pato, nada como pato y caga como pato, šes pato! Esto es un impuesto y grava a los más necesitados".

La defensa del proyecto panista corrió a cargo de Francisco Suárez Dávila, del PRI, quien en 1995, cuando se aprobó el aumento del IVA de 10 a 15 por ciento, presidía la Comisión de Hacienda. Aun cuando firmó el dictamen donde se gravan prestaciones sociales, insumos agrícolas y se crea el nuevo impuesto, afirmó que los priístas rechazarían recaudar ingresos por esas vías. Eso sí, defendió el impuesto de enajenación e importación y frente a las pancartas y los gritos de perredistas, petistas y sus compañeros de bancada, dijo: "Esos cartelones no le hacen llegar medicinas a los hospitales y no resuelven los problemas. Aquí lo que cuenta es quién defiende mejor a los pobres. ƑLos defendemos con camisetas muy bonitas que cuestan dinero, pero que no les hacen llegar medicinas a los hospitales? šYo sí les voy a decir quién los defiende! Nosotros no queremos un Estado anémico, sino un Estado fuerte, con recursos, que resuelva las necesidades de la gente".

Tenía la voz ahogada y los papeles con la ley de ingresos que defendía le temblaban en la mano. Los gritos de "traidor" lo exacerbaban. A la pregunta del perredista Emilio Serrano de si suscribió o no el dictamen para aumentar el precio de los medicamentos y medicinas, exclamó: "ƑSabe qué, compañero? Las mentes no son tan primitivas como su pregunta".

El debate terminó. La votación confirmó el rechazo expresado a gritos y con los puños en alto de priístas, perredistas, petistas, verdes y de Convergencia, que sellaron su alianza coyuntural con el coro de "México, México" y "Sí se pudo, sí se pudo". A partir de hoy, la Comisión de Hacienda comenzará a trabajar desde cero un nuevo proyecto de dictamen, sin los elbistas que apoyaron los impuestos. Depuesta Elba Esther Gordillo, el coordinador del PT, Gonzalo Yañez, concluyó: "De aquí en adelante, ésta será la casa de los espíritus".