El rechazo al proyecto de Fox, PAN y Gordillo obligará a trabajar a marchas forzadas

Aumentar recursos fiscales a través de gravámenes al ingreso, posible solución

La reforma rechazada habría provocado aumentos en cascada en precios de comida y fármacos

ROBERTO GONZALEZ AMADOR, ROBERTO GARDUÑO Y ENRIQUE MENDEZ

El rechazo de una mayoría apretada de diputados federales a aceptar la propuesta del gobierno del presidente Vicente Fox Quesada, que era avalada por el Partido Acción Nacional y una fracción del Partido Revolucionario Institucional, para reformar el sistema tributario mexicano a través de cambios en la cadena de impuestos al consumo, obligará al Congreso a trabajar en los siguientes 20 días en tratar de aumentar los recursos fiscales mediante gravámenes al ingreso y las ganancias, opinaron legisladores después de la agitada sesión de ayer en San Lázaro.

''El modelo propuesto por (el presidente) Vicente Fox ha fracasado'', expuso el diputado Gonzalo Yáñez, coordinador del Partido del Trabajo en San Lázaro. Así hacía referencia a la intención gubernamental de reformar el sistema tributario a través de reforzar el cobro de los impuestos al consumo, y en especial a eliminar la exención del impuesto al valor agregado (IVA) en alimentos y medicinas, propuesta rechazada ayer por la mayoría de la Cámara.

''Ahora habrá que trabajar en buscar que aumenten los ingresos fiscales por el lado del impuesto sobre la renta'', que es el que se cobra sobre los ingresos y ganancias de personas y empresas, apuntó Alfonso Ramírez Cuéllar, diputado por el Partido de la Revolución Democrática e integrante de la Comisión de Hacienda.

El dictamen ''agresivo''

La Cámara de Diputados rechazó este jueves un dictamen de la Comisión de Hacienda, aprobado el lunes pasado con el voto del PAN y la facción del PRI que se mantenía leal a la ex coordinadora Elba Esther Gordillo Morales, que pretendía reformar la ley del impuesto al valor agregado. Este documento planteaba que la tasa general del IVA disminuyera de 15 a 13 por ciento. Adicionalmente, se crearía un impuesto federal de 2 por ciento, que sería entregado directamente a las entidades federativas. En la práctica, el gravamen al consumo se mantenía en el rango actual de 15 por ciento. Esto era más agresivo que la propuesta original del presidente Vicente Fox, que el 5 de noviembre pasado propuso al Congreso reducir a 10 por ciento el IVA, pero extenderlo a medicinas y alimentos, hasta ahora exentos de pago.

El dictamen rechazado ayer por una mayoría apretada de 251votos contra 234 legisladores que eran favorables a esa propuesta -hubo además tres abstenciones-, planteaba también aplicar un tasa de 8 por ciento a alimentos y medicinas bajo el nombre de impuesto a la enajenación e importación, que sería aplicado en toda la cadena productiva, excepto al consumidor final. Según el PAN y los priístas que se mantenían leales a Elba Esther Gordillo, este gravamen no afectaría al consumidor final, una afirmación tan ingenua como falsa que no fue aceptada prácticamente por ningún sector, más que por sus promotores. En la práctica, de haber sido aprobada, esta reforma habría provocado un aumento en cascada en el precio de alimentos y medicinas, de efectos inflacionarios y, por tanto, erosionaría el poder de compra, como lo admitieron diversas instancias, entre ellas la Confederación de Cámaras Industriales.

Matices al paquetazo

Además, la propuesta rechazada ayer planteaba que fuera aplicado un impuesto de 25 por ciento en las prestaciones como aguinaldos, primas vacacionales y vales de despensa. También un gravamen similar en pensiones mayores a cinco salarios mínimos; aplicar IVA a transporte público, implementos agrícolas y a la adquisición de vivienda nueva.

Este jueves, mientras el PAN, en voz del presidente de la Comisión de Hacienda, Enrique Madero, siguió defendiendo tal dictamen, la fracción del PRI que se mantenía leal a la ex coordinadora Gordillo hizo un intento de matizar el paquetazo y obtener así votos suficientes para aprobar la reforma tributaria impulsada desde el gobierno federal de aumentar los ingresos fiscales mediante un mayor cobro de impuestos al consumo, como es el caso del IVA.

La propuesta descafeinada

Este tipo de reforma fiscal, por el lado de elevar los ingresos por impuestos al consumo, es el mismo recomendado por el Banco Mundial en el documento México, una agenda integral para el desarrollo, entregado por el organismo internacional al presidente Vicente Fox en 2001.

La propuesta descafeinada de reforma de la facción gordillista del PRI, derrotada finalmente, proponía: disminuir la tasa del impuesto a la enajenación e importación de 8 por ciento propuesto en el dictamen a 6 por ciento; no gravar prestaciones sociales; tampoco aplicar el IVA en transporte público, implementos agrícolas y venta de vivienda, según leyó en tribuna el legislador Baltasar Hinojosa, quien aseguró que hablaba en nombre de la bancada priísta, pero quien fue desconocido por la facción que apoya a Emilio Chuayffet Chemor.

Sin embargo, esta propuesta mantenía la idea de reducir la tasa general del IVA de 15 a 13 por ciento y también insistía en incorporar un gravamen federal de 2 por ciento al consumo, que sería entregado a los gobiernos estatales.

La zanahoria con que la facción leal a la ex coordinadora Gordillo trató de obtener los votos que requería para hacer avanzar el dictamen ofrecía un mayor gasto público el próximo año. Según Baltasar Hinojosa, el PRI -la referida facción del tricolor- planteaba elevar la meta de déficit público del siguiente año de 0.3 a 0.6 por ciento del producto interno bruto, lo que daría al gobierno federal un margen de gasto adicional de 20 mil millones de pesos. Ofrecía revisar a la alza el precio estimado del petróleo y mejorar la eficiencia recaudatoria.

Según el legislador, esas medidas darían al gobierno federal un ingreso adicional de 50 mil millones de pesos. Adicionalmente, se obtendrían 90 mil millones por el lado del IVA y el impuesto a la enajenación e importación. ''Son 140 mil millones de pesos adicionales'', ofreció.

Su propio compañero de partido, que no de facción, José Luis Flores, respondió a la oferta de Baltasar Hinojosa. El paquetazo de la facción leal a la ex coordinadora Gordillo es ''altamente inflacionario, contrario a los más pobres'', señaló.

Jesús González Schmal, de Convergencia, propuso: ''Si el gobierno del presidente Vicente Fox quiere más ingresos, que retire el apoyo que ha dado a los banqueros, que retire el amparo que interpuso a favor de Banamex para impedir que sean investigadas las operaciones del rescate bancario''.

Segundo tropezón

En la parte técnica, que deberá ser atendida por la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, la propuesta gubernamental de modificar la ley del IVA, avalada por sectores empresariales, financieros, la prensa pro empresarial, los organismos internacionales y una facción minoritaria del Partido Revolucionario Institucional, implica que una reforma fiscal por el lado de los impuestos al consumo tiene pocas probabilidades de éxito. Se tratará del segundo tropezón en este sentido de la administración federal, luego de un intento similar en 2001. Un impuesto al consumo, en un país con casi 70 millones de pobres (53 millones oficialmente), sumido en el estancamiento económico, tendría efectos perniciosos para los sectores menos favorecidos, de acuerdo con el diputado perredista Julio Boltvinik.

En México, la población de menor ingreso destina dos terceras partes de su gasto a la compra de alimentos, lo que da una idea del efecto de aumentar los impuestos al consumo en este rubro. ''Habrá que ir por el lado de reformar el impuesto al ingreso'', insistió Ramírez Cuéllar.

El siguiente episodio tendrá lugar el próximo lunes, cuando fue convocada una sesión extraordinaria. Ese día, también, concluye el periodo ordinario de sesiones del Congreso.