México D.F. Viernes 12 de diciembre de 2003
"Se impusieron pleitos internos e intereses
de grupo"
Contrariado, Fox amenaza vetar otra propuesta fiscal
Reconocen en Los Pinos que Gordillo cumplió
hasta el final
JUAN MANUEL VENEGAS
Cuatro horas después de conocer el rechazo de la
mayoría de la Cámara de Diputados a su proyecto de reforma
fiscal, el presidente Vicente Fox Quesada advirtió que en el debate
que sigue, como titular del Ejecutivo de la Unión, no aceptará
ninguna otra iniciativa que "provoque distorsiones en la economía
y reduzca la competitividad"; de igual forma, adelantó su repudio
a "una propuesta que no garantice los recursos suficientes para atender
las responsabilidades del gobierno ante los grupos que permanecen en la
pobreza y la exclusión social".
A
las 21:30, visiblemente contrariado por el resultado final de las negociaciones
que él mismo encabezó y en las que depositó toda su
confianza en la hasta ayer coordinadora de la bancada del PRI, Elba Esther
Gordillo, el mandatario salió ante los medios de comunicación
a acusar, además, que en el proceso terminaron por imponerse "los
conflictos internos e intereses de grupo".
En su mensaje, leído en el salón Avila Camacho
de Los Pinos -poco después de que Gordillo acusara al dirigente
del PRI, Roberto Madrazo, de haber incumplido los compromisos que personalmente
contrajo con el titular del Ejecutivo-, Fox Quesada añadió
a la andanada contra el líder del tricolor: "Hay todavía
intereses, ¡muchos intereses! que se interponen en el propósito
del gobierno de propiciar que todas las personas cuenten con las oportunidades
necesarias para su pleno desarrollo. Unos hemos luchado por la democracia,
el desarrollo y el progreso del país; ¡otros han actuado deliberadamente
para su estancamiento!"
Y así, después de establecer su "respetuoso
y firme desacuerdo" con la decisión de la mayoría legislativa,
el mandatario enumeró todo lo que, dijo, provocará la votación
que echó por la borda su plan fiscal: se aplazará la solución
de los rezagos sociales y se pospondrá la recuperación del
crecimiento sostenido; el gobierno seguirá actuando con recursos
públicos limitados; el impulso al federalismo tendrá que
esperar; México "no se paraliza" pero deja escapar la oportunidad
de estar "mucho mejor", y se posterga "la cita con la justicia social y
el bienestar del país".
Todo eso endosó a los 251 diputados federales que
votaron contra su propuesta; al resto, a los que sí lo apoyaron,
y en un claro espaldarazo a la Gordillo -a quien en la casa presidencial
se le reconoce porque hasta el final "le cumplió" al Presidente-,
Fox los elogió porque "en esta coyuntura apoyaron la reforma que
el país necesita".
Los llamados que se fueron al vacío
Pero no todo ayer en el discurso presidencial fueron acusaciones
y amenazas veladas de veto a propuestas que no se ajusten a sus planes;
antes, por la mañana, cuando en la Cámara de Diputados Gordillo
aún hacía esfuerzos por reunir los votos que les hacían
falta y su sucesor, Emilio Chuayffet, declaraba que no habría votación
en bloque con el PRD para impulsar una alternativa distinta al proyecto
Fox-Elba Esther, en el entorno presidencial se crearon expectativas de
que había posibilidades de sacar adelante la propuesta.
Incluso en sendos mensajes de Fox, durante la inauguración
del nuevo edificio de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración
y Museografía Manuel del Castillo Negrete y en el acto de entrega
de los premios nacionales de Ciencias y Artes, el mensaje fue de conciliación
y, aunque tenue, optimismo sobre el debate que se daría por la tarde
en San Lázaro.
"Hoy se habrán de tomar decisiones trascendentales
que tienen que ver con el futuro de México, decisiones que deben
estar por encima de toda consideración partidista o de toda consideración
particular. ¡Seguramente hoy los diputados serán responsables
con México y tomarán la mejor decisión en materia
de propuesta de reforma fiscal!", declaró a las 9:30 de la mañana
en la escuela ya citada.
Dos horas después, ante la comunidad científica
e intelectual del país, tras insistir en las bondades de
su proyecto recaudatorio -entre ellas "los libros de texto y pizarrones
electrónicos"-, el Presidente advirtió que en ese momento,
previo a la votación en San Lázaro, el país se encontraba
"en una encrucijada histórica".
Y volvió a dirigirse a los legisladores: "México
necesita más recursos para las escuelas, para las universidades,
para impulsar la investigación científica. Es el momento
de las grandes decisiones, de las decisiones que promueven el desarrollo
nacional y el del capital humano nacional. Estoy seguro que todos vamos
a cumplir con nuestras responsabilidades: las que tenemos con nosotros
mismos y las que tenemos con México y con su promisorio destino".
Pero se apagaron las luces
Creció la expectativa. Al mediodía algunos
funcionarios en Los Pinos hacían cuentas de los votos que necesitaban
en el Palacio Legislativo de San Lázaro y hubo quienes no descartaron
que, al final, la maestra lograría los necesarios.
Pero pasadas las 17 horas llegaría la noticia:
234 votos en favor; 251 en contra. Se confirmó lo que la noche anterior
ya sabían tanto en Los Pinos como en la burbuja elbista:
les faltaron 17 votos. Se buscó entonces alguna posición
en Los Pinos. Reinaba el desconcierto y, para esa hora, nadie atinaba a
informar si la habría.
Cerca de las 19 horas alguien informó a los reporteros
que hacían guardia en las puertas de la casa presidencial: "¡Se
acabó! El mandatario se retiró a su cabaña. Las luces
de su despacho (en la casa Miguel Alemán) ya hasta se apagaron".
Se dijo más tarde que el vocero Alfonso Durazo
saldría a dar un mensaje, al que se citó a las 20:30. Transcurrido
el tiempo, y conocida la arremetida elbista contra Madrazo, se anunció
que sería el propio Fox quien se presentaría ante los medios.
Así fue. A las 21:30 apareció el jefe del
Ejecutivo para leer su mensaje "sobre los acontecimientos del día
de hoy". Y empezó a tejer un discurso en el que adelantó
su rechazo a cualquier otra propuesta que "distorsione la economía".
Para lo que viene, pidió también a los diputados
y a los partidos "abrir un espacio para un examen de conciencia en torno
a dos temas centrales: si se han cumplido todas las probabilidades racionales
de llegar a un consenso, y si los intereses de grupo o de partido sirvieron
más a las facciones encontradas y divididas que a las necesidades
de la nación".
Ahí quedó su llamado a un examen de conciencia;
ahí quedó el segundo intento de Fox por aprobar su reforma
fiscal. Y se fue. Nada quiso contestar a los medios.
|