Prodi descarta los consensos "milagrosos"

Difícil, acordar este fin de semana una Constitución para la UE: Berlusconi

AFP, DPA Y REUTERS

Bruselas, 11 de diciembre. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, cuyo país ejerce la presidencia rotatoria de la Unión Europea (UE), dijo hoy que sería un "milagro" que en la cumbre de los quince, a realizarse este fin de semana, se llegue a un acuerdo sobre la futura Constitución del continente, mientras el canciller federal alemán, Gerhard Schroeder, no descartó un fracaso de la reunión y el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, consideró que el encuentro concluirá sin acuerdos.

A pesar de que todos los jefes de Estado y de gobierno de la UE quieren que se alcance un acuerdo definitivo sobre la Constitución europea este fin de semana en la cumbre de Bruselas, está claro que una alternativa ante la disputa sobre las futuras cuotas de poder sería la postergación de esas decisiones, señaló.

Prodi ratificó la demanda de la Comisión Europea de que a la futura Constitución se incorpore el principio de la doble mayoría para la toma de decisiones en el Consejo de Ministros de la UE, a lo que se oponen categóricamente España y Polonia, nación que se incorporará el próximo año al mecanismo continental.

Prodi dijo tener la esperanza de que se logre un acuerdo con base en las numerosas conversaciones y reuniones celebradas las últimas semanas, y señaló: "una solución milagrosa, en mi opinión, no existe", en alusión a las declaraciones de Berlusconi.

El jefe de gobierno italiano alimentó las esperanzas de que se alcance un acuerdo "en el último minuto" de la cumbre, al declarar que tiene "en la manga" una fórmula que reconoce a España y Polonia como países grandes.

"Sería un milagro concluir la negociación bajo la presidencia italiana, porque sería la primera vez que una negociación de un tratado europeo concluye durante una sola presidencia semestral, aunque a veces ocurren milagros", dijo en Bruselas.

España y Polonia insisten en que la UE adopte el sistema de reparto de poder establecido en el Tratado de Niza, que les daría mayores posibilidades de bloquear decisiones.

El principio de doble mayoría defendido por Alemania y Francia establece que una decisión en el Consejo de Ministros de la UE requiere el voto en favor de la mayoría de los 25 miembros de la futura unión ampliada, con la condición de que esa mayoría abarque también 60 por ciento de la población comunitaria.

Por lo pronto, el presidente polaco, Aleksander Kwasniewski, advirtió que si se reducen los votos su país vetará la carta magna, a lo que Schroeder respondió con otra amenaza al señalar a su vecino de Europa del este, que ingresará a la UE en mayo próximo, que no puede "inaugurar su adhesión con un veto".

A su vez, Juan Pablo II hizo un llamado a los líderes europeos a no olvidar su pasado cristiano; el primer borrador de la Constitución generó protestas del Vaticano y de países tradicionalmente católicos como España, Italia, Portugal y Polonia, porque no mencionó la cristiandad en la introducción.