Los mexicanos, peor nutridos y más gordos

Con sobrepeso, 50% de adultos; bajó el consumo de frutas y verduras y subió el de refrescos

ANGELES CRUZ

El consumo de frutas y verduras en México se redujo una tercera parte en 15 años y 26 por ciento el de leche, en contraste con la ingesta "explosiva'' de refrescos, afirmó Raúl Morín Zaragoza, presidente de la Academia Mexicana para el Estudio de la Obesidad. Cada año se ingieren 240 litros de refresco per cápita y de cinco a siete cervezas diarias, detalló.

Junto con los factores genéticos y el cambio en el estilo de vida de los mexicanos, ahora existe un grave problema de salud por el sobrepeso y la obesidad de la población. Afecta a más de la mitad de las personas adultas, lo que las predispone "irremediablemente" a padecer diabetes, hipertensión o infartos, entre otros males crónicos, advirtió el especialista.

José Antonio Palma Aguirre, investigador en la Unidad de Farmacología del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional Siglo XXI, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), afirmó que además de los daños personales a la salud, el padecimiento tiene otras implicaciones. La atención médica de un enfermo diabético bajo control y sin complicaciones representa una erogación anual de 708 dólares. El sector salud destina al tratamiento de estos enfermos 2 millones 618 mil dólares al año, cifra que se incrementa de 10 a 30 por ciento cuando aparecen males colaterales. De ahí la importancia de prevenir o, en su caso, reducir los índices de sobrepeso y obesidad, subrayó.

Estimaciones oficiales señalan que alrededor de 300 millones de individuos en el mundo padecen sobrepeso u obesidad. En México la proporción de enfermos es de 30 por ciento para el primero y 25 por ciento para el segundo.

La situación se agrava entre las mujeres, se señala en la Encuesta Nacional de Nutrición. Tomando como base el índice de masa corporal (la relación entre peso y talla), 1.1 por ciento de las mexicanas padece desnutrición; 46.3 por ciento tiene el peso adecuado, 30.8 por ciento están excedidas y 21.7 por ciento son obesas.

En los hombres la situación no es mejor. Según la Encuesta Nacional de Salud 2000, 46.7 por ciento tienen sobrepeso y 23.9 por ciento obesidad. Estos porcentajes son prácticamente similares a la tendencia que prevalece entre los mexicano-estadunidenses, resaltó Morín Zaragoza.

Al abundar en las estadísticas, el experto comentó que tampoco se observan mayores diferencias entre la población urbana y la rural. Lo que sí es preocupante, mencionó, es que los problemas de peso son más frecuentes en los sectores de más bajos recursos económicos. "Los pobres comen más caro y mal", apuntó.

Uno de los parámetros que se usan con mayor frecuencia para abordar el problema de la obesidad es el del síndrome metabólico, cuya prevalencia en el país es de 26.8 por ciento. Es una serie de indicadores clínicos que evidencian el riesgo de los pacientes a incurrir en sobrepeso e incluso de desarrollar enfermedades como la diabetes o la hipertensión arterial.

En su exposición, el investigador ubicó el origen del problema en los factores genéticos, así como en la baja ingesta de cereales y tortillas. Sin embargo, dijo, "somos los principales consumidores de refrescos y azúcar refinada". Añadió que sólo en 15 años (1986 a 1999) los mexicanos redujeron el consumo de carnes en 18.75 por ciento.

Al referirse a los nutrimentos de los productos, explicó que en el mismo lapso bajó el consumo de proteínas de 14.6 a 12.7 por ciento, los carbohidratos pasaron de 59.7 a 57.5 por ciento, mientras que las grasas subieron de 23.5 a 30.3 por ciento.

Respecto a las alternativas para abordar la problemática, Morín Zaragoza explicó que con base en la norma oficial mexicana en la materia, se debe prescribir a los pacientes un tratamiento integral con base en ejercicio físico y alimentación adecuada, en primera instancia. Si al término de seis meses no se ha logrado bajar de peso, se agregará la terapia farmacológica, la cual ya ha comprobado su eficacia.

Al respecto, Palma Aguirre explicó que dependiendo de la fórmula química y la marca que se emplee, el costo del tratamiento puede ir de 2 mil 280 pesos hasta 15 mil 490 por año.