El gobierno cubre su incapacidad para generar empleos permitiendo productos baratos, afirma
La piratería ayuda a la gente a sentirse menos pobre: Amfar
De cada 10 regalos que se darán en fin de año, siete serán de origen asiático, revela
MIRIAM POSADA GARCIA
La compra de productos asiáticos y nacionales de bajos precio y calidad se ha convertido en una alternativa para que los mexicanos que ganan 46.80 pesos diarios se sientan menos pobres, por lo que durante esta temporada navideña siete de cada 10 regalos que se den serán de origen asiático, aseguró la presidenta de la Asociación Mexicana de Fabricantes de Artículos para Regalo (Amfar), Maribel Fernández.
Y es que, dijo, la incapacidad del gobierno para generar empleos, mejorar los salarios y combatir la corrupción ha encontrado en el contrabando y la piratería una válvula de escape para que miles de mexicanos no se sientan tan pobres, puedan comprar y "hagan como que no han perdido tanta capacidad de compra".
De ahí que, de acuerdo con datos de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido, de cada 10 prendas que se venden en el país, al menos seis son procedentes de China, pero entraron de manera ilegal a México, lo que representa un daño para el sector nacional de aproximadamente 9 mil 400 millones de pesos al año.
Los hechos están a la vista de todos, ciudadanos y autoridades, locales o federales, de las secretarías de Economía y Hacienda, o de Aduanas, sólo basta acudir a cualquier mercado, tianguis y no se diga a las calles del Centro Histórico, incluso en almacenes formales en donde se pueden encontrar desde baratijas hasta un buen pantalón de mezclilla, camisetas, chamarras, tenis y muy buenas copias de artesanías de talavera.
La empresaria detalló que la Amfar opera como una integradora que aglutina a 3 mil 500 microempresas con capital social de la asociación, y señaló que cada una de esas firmas pueden emplear de cinco a cien personas, por lo que tienen una importante planta laboral, a la que deben sumarse los trabajadores de talleres alternos, pero todos deben enfrentar a la competencia desleal de varios países, incluyendo México.
Señaló que la gama de productos que ofrecen es muy amplia porque se pueden considerar como artículos para regalos ropa, bolsas, artículos decorativos, chocolates, artículos de belleza, piel, y varios más, sin embargo, son muy pocos los que se han salvado de la piratería en la que incurren los asiáticos y los propios nacionales.
En este sentido, detalló que tradicionalmente empresarios de países como China, Taiwán, Corea, entre otros, habían venido a México a copiar lo que está en el mercado, para luego introducirlo al país, en algunos casos de manera legal, otros como contrabando documentado, y muchas más como contrabando bronco. Pero, señaló que de un tiempo a la fecha los propios mexicanos "se fusilan" lo que hacen otros y lo venden a mucho menor precio pero también con baja calidad.
Es imposible impedir que copien porque se presentan en ferias con cámaras fotográficas ocultas, celulares con cámaras, o simplemente adquieren los productos para llevarlos a sus países, obtener los moldes y producir en cantidades industriales, de tal forma que si aquí algo cuesta 10 pesos a ellos les sale en dos o menos.
Fernández señaló que por iniciativa de los propios empresarios se ha buscado que los piratas entren a la formalidad y así tener un mercado más equilibrado. "En la reunión de la Alianza por un México Legal se hablaba de un pantalón pirata importado, que estaba tan bien o mejor hecho que el original. Se les pidió a los fabricantes que se convirtieran en una marca registrada, pero no les conviene porque venden más en la ilegalidad, además no tributan, no pagan seguridad social y todo eso es una gran ventaja para ellos".
En el caso de los países asiáticos la producción en serie a bajísimos costos les permiten tener precios contra los que difícilmente se puede competir, mientras que en el caso de los productos piratas mexicanos, la ilegalidad en la que se producen y venden también les permiten tener bajos precios accesibles para casi toda la población.
Todo esto, aseguró Maribel Fernández "está avalado y protegido por las propias autoridades", porque de otra manera no se puede entender que cada día haya más y más productos en las calles, y más gente dedicada a la economía informal.
"La piratería, el contrabando y la informalidad ha sido la válvula de escape que encontró el gobierno para cubrir su incapacidad de generar empleos, promover mejores salarios y evitar movilizaciones sociales, porque así los mexicanos pueden cubrir sus necesidades básicas, sentir que el dinero todavía les alcanza para algo, y que no son tan pobres".
En cada rincón de México
El ingenio de los empresarios chinos no deja escapar ningún producto, eso lo padecen también en lugares como Dolores Hidalgo, Guanajuato, donde los artesanos han recurrido a estrategias como la diversificación de productos, que tampoco les ha dado buenos resultados, aseguró Juan Alfonso Torres Martínez, del taller Cerámica Dael, y colaborador en la coordinación de artesanos de la región para las relaciones con el municipio.
Señalo que aun cuando no existe un registro formal, hay aproximadamente 2 mil 600 talleres entre grandes y familiares en los 46 municipios de la entidad, de los cuales aproximadamente 50 han logrado salir al mercado internacional, mientras que el resto se mantiene en el local compitiendo contra productos chinos.
Señaló que la presencia en el mercado de artesanías chinas copiadas del estilo talavera representa un riesgo para los talleres mexicanos, porque, dijo, no sólo son productos que se venden a precios más bajos, sino que ahora los chinos están trabajando con más calidad.
Aseguró que a un artesano de Dolores Hidalgo le cuesta 15 pesos hacer una jabonera de estilo talavera, mientras que los chinos están colocando en el mercado un juego de baño que consiste en la jabonera, un vaso y el recipiente para los cepillos de dientes, todo por uno o dos dólares.
De Nueva York a Argentina
De acuerdo con información de agencias internacionales, el presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, Vicente Lourenzi, denunció que hay una "invasión" de productos navideños chinos que se venden "a tan bajo precio que es muy difícil competir" con ellos para los industriales argentinos.
Detalló que la "invasión se percibe en artículos para el hogar, juguetería y productos de bazar".
Mientras que en Nueva York hay una abundante oferta de productos chinos y asiáticos en general pero de otra magnitud, debido a que los estadunidenses están inmersos en las compras navideñas de artículos electrónicos, ropa, y automóviles, que han dejado de lado las marcas europeas.
