DIRECTORA GENERAL: CARMEN LIRA SAADE
DIRECTOR FUNDADOR: CARLOS PAYAN VELVER
SUPLEMENTO MENSUAL  DIRECTOR: IVAN RESTREPO  
EDICIÓN: LAURA ANGULO   LUNES 8 DE MAYO 2006 
NUMERO ESPECIAL


Portada

Barum, Balam, el jaguar
Alvar González Christen,

Los jaguares del noreste de Yucatán
Juan José Morales

Jaguares, hermanos de los hombres
Raúl Kuanenemy

La liberación del jaguar de luz
Fernando Guadarrama Olivera


Correo electrónico:

[email protected]

 

  

La liberación del jaguar de luz

Fernando Guadarrama Olivera
Pueblo Jaguar AC
Correo electrónico: [email protected]

Huye, huye animalito,
huye por los acahuales,
con San Antonio de Padua
el rey de los animales.
Huye, huye animalito,
huye por el horizonte,
con el Señor de los Cerros
el mero dueño del monte.

Verso popular de la cuenca baja del Papaloapan

Finalmente, después de una larga espera de 14 meses desde su captura, exilio y encierro, el llamado "jaguar de luz" fue liberado y devuelto a su pueblo y a su selva, en medio de rituales, rezos, fiesta y música de chirimía, ante los ojos admirados de las autoridades ambientales y de los pocos fuereños que tuvimos el privilegio de ser testigos de este suceso extraordinario.

El 17 de octubre del 2004, los pobladores de Cristo Rey La Selva, uno de los cuatro anexos de la comunidad zapoteca de Asunción Lachixila, que se localiza en la región del Rincón Bajo de la sierra de Villa Alta en Oaxaca, atraparon y entregaron a la Profepa (Procuraduría Federal de Protección al Ambiente) a este jaguar luminoso, debido al daño que venía haciendo en sus potreros, en donde había matado varios becerros y borregos.

En palabras de los propios habitantes de La Selva, decidieron capturarlo y no matarlo porque brillaba en las noches y desaparecía cuando ellos intentaban darle caza, suceso que interpretaron como un mensaje sobrenatural.

Meses después, el 6 de marzo del 2005, en un hecho sin precedente, los comuneros de Lachixila, reunidos en asamblea general y en presencia de los enviados de la Profepa, la Semarnat (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales) y la Conanp (Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas) reconsideraron la decisión de La Selva y acordaron regresarlo a su montaña de origen, porque en la memoria del pueblo los jaguares son sus abuelos fundadores y forman parte importante de su patrimonio comunal, natural e histórico.

La mañana del sábado 17 de diciembre, un helicóptero de Pemex (Petróleos Mexicanos) voló desde Oaxaca llevando de vuelta al hermoso felino de ojos color verde agua, para depositarlo primero en el paraje conocido como Lachi soa yía bexitao (Llano Piedra Tigre), lugar sagrado de la comunidad de Asunción Lachixila, en donde fue recibido por el Consejo de Ancianos con un impresionante rito prehispánico.

Aproximadamente dos horas después, el helicóptero levantó el vuelo nuevamente con su valiosa carga, para llevarlo hasta "Lachiwechi" (Llano Mazate), pequeño plan sobre el cerro, situado a la orilla de la selva, en donde los propios comuneros, con una serenidad impresionante a pesar de no tener ningún tipo de protección, alzaron la puerta de la jaula y lo pusieron en libertad.

Desde muy temprano, la gente de Arroyo Macho, San Mateo, La Selva, La Chachalaca y Asunción, pueblos que integran la comunidad agraria de Lachixila y la Unión Indígena Zapoteca "Emiliano Zapata" (UIZA-EZ) de los bajos de la Sierra de Villa Alta, se fueron juntando en el Llano Piedra Tigre para asistir a la ceremonia.

De todas las direcciones y por todas las veredas llegaban filas de hombres, mujeres y niños para acompañar a los ancianos en tan importante evento. La mañana amaneció nublada y con ligeras lloviznas, lo cual nos hizo temer a todos, principalmente a los visitantes, que el helicóptero no podría llegar. "Sí pueden —nos dijo tranquilo el señor Félix Morales Luna, Comisariado de Bienes Comunales—. Hace nueve años, justo un 18 de diciembre, cuando nos agredió el ejército federal, llegaron tres helicópteros artillados, y esa mañana estaba lloviendo... Si pudieron esos, porque ahora no van a poder".

Don Félix tenía razón y un poco después de las doce del día, hora señalada para el arribo, se escucharon detrás de la montaña los traqueteos inconfundibles de las hélices de dos "boludos", como suelen llamarles en Lachixila a estos enormes aparatos. En uno de ellos venía el jaguar.

El Llano Piedra Tigre es un precioso vallecito ribereño del tamaño de siete canchas de futbol, gobernado al centro de su orilla montañosa por una monumental ceiba de más de trescientos años, según nos comentaron los comuneros: "Cuando mi abuelo era niño ya estaba esta ceiba aquí", nos dijo sin temor a equivocarse don Benito Luna Morales, presidente de la UIZA-EZ. El llano se encuentra situado al fondo de una cañada, a la orilla del Río Cajonos, que marca con su cauce la frontera de la increíble montaña selvática de Lachixila con los pueblos vecinos de Ixtlán.

Allí se encontraron los dos abuelos nahuales que fundaron el pueblo después de marcar los límites de su territorio en el transcurso de una sola noche. Así lo cuenta la historia antigua de Lachixila. Los xtaorho bexitao (abuelos jaguares) montaron dos tigres de luz para realizar tal proeza, a los cuales llevaban sofrenados con víboras de cascabel.

Cuentan los viejos que estos abuelos iban montados al revés, es decir, viendo hacia atrás, para registrar las señales que iban dejando a su paso los jaguares. Mirando hacia atrás avanzaron hasta delimitar su territorio. Al amanecer se encontraron en el llano y al escucharse el primer canto del gallo los dos jaguares quedaron en este lugar para siempre convertidos en piedra.

Las víboras de cascabel quedaron allí también, sembradas bajo las dos enormes piedras manchadas que hoy guardan la memoria de la fundación de Lachixila. Víbora y jaguar, día y noche, símbolos de lo masculino y lo femenino, de la luz y de la oscuridad, del mundo y del inframundo, de la vida y de la muerte, dualidad original de todos los pueblos mesoamericanos que aún es historia presente en este pequeño pueblo de la montaña oaxaqueña. "Nuestra tierra siempre ha sido tierra de tigre y de víbora" — nos comentó al respecto don Cipriano Pérez, comunero de Arroyo Macho.

Todavía, hace muy poco tiempo, se recuerda que los hombres y mujeres de la población llevaban hasta el Llano Piedra Tigre a sus hijos recién nacidos, para que recibieran el don del jaguar.

En este día especial y con motivo de la celebración anunciada, no fueron pocas las mujeres embarazadas que asistieron hasta el lugar sagrado, como lo hubieran hecho seguramente sus abuelas.

Dos curiosos asistentes llegaron también muy de madrugada para esperar la llegada del jaguar macho de siete años que se llevaron hace un año, pero decidieron por seguridad presenciar el suceso desde su refugio en la selva, a una distancia prudente. Pero su presencia no pasó desapercibida, ya que dejaron claramente marcadas sus huellas sobre la playa húmeda del río.

Se trata de una hembra de jaguar y su cachorro de casi un año que desde hace meses rondan por este lugar, como esperando el regreso del prisionero. "Son la compañera y el hijo del que se fue", dicen los comuneros de Arroyo Macho, que seguido ven las huellas cuando vienen a trabajar en sus parcelas ubicadas en el llano.

Los preparativos para el ritual de recibimiento y liberación empezaron desde la noche anterior. El Consejo de Ancianos, conformado por un grupo selecto de hombres mayores de sesenta años, únicos guardianes de los rezos secretos para hablar con la tierra, con los cerros y los animales, juntaron con cuidado todos los elementos de la ofrenda, la cual dejaron preparada justo enfrente de las dos piedras tigre.

Allí cavaron cinco agujeros de un brazo de profundidad, cuatro marcando los puntos cardinales y uno más grande al centro. Por mucho rato platicaron en su lengua materna, recordando uno a uno los pasos y los rezos que deberían realizar a la llegada del jaguar. La gente del pueblo y los pocos visitantes se colocaron respetuosamente a distancia. Sólo algunos jóvenes comisionados por la asamblea ayudaban en sus labores a los ancianos.

A unos cien metros, sobre la playa del río, se reunieron también las autoridades de los cinco pueblos, los directivos de la organización y el Comisariado de Bienes Comunales. Ellos se encargaron de afinar los detalles para el programa que se ofrecería en la tarde, después de la soltada del tigre, a las autoridades del gobierno que vendrían a entregarlo. Todo estaba listo cuando pasado al medio día los dos helicópteros aparecieron en el cielo.  

"Traigo el grito del jaguar
cuando en la selva te avisa,
y del mazate la prisa
cuando brinca al escapar,
pues ha venteado en la brisa
que lo han salido a buscar".

(Verso popular de la cuenca baja del Papaloapan)

La llegada de los helicópteros al Llano Piedra Tigre fue un espectáculo aparte para la gente del lugar, aunque no es la primera vez que uno de estos aparatos baja en terrenos comunales de Lachixila. "Sabemos que ha sido difícil conseguir el helicóptero para traer al jaguar a su casa", dijo más tarde durante el acto oficial Félix Morales Luna, Comisariado de Bienes Comunales, a los representantes del Gobierno Federal. "Aunque se ha anunciado que éste es el año del jaguar, no vemos que el gobierno mexicano esté realmente interesado en protegerlo… A Lachixila han llegado muchos helicópteros, la mayoría sin que los hubiéramos solicitado, continuó, para traer al ejército y a la policía para reprimirnos, a exploradores mineros para escudriñar las entrañas de las montañas, y últimamente a dejar despensas para apaciguarnos por el desastre del huracán Stan… Pero seguimos incomunicados sin poder sacar a nuestros enfermos y se siguen escatimando dineros para que llegue la carretera a nuestras comunidades… Lo bueno es que ahora, después de múltiples gestiones que usted ha realizado, enfatizó don Félix dirigiéndose a Francisco Reyes Cervantes, Delegado de la Profepa en el estado de Oaxaca, nos da alegría que hoy llegue el helicóptero para traer de vuelta a nuestro jaguar".

El Llano Piedra Tigre se encuentra hoy a unas doce horas de viaje por tierra desde la ciudad de Oaxaca, entrando por Playa Vicente, Veracruz, y cruzando el Distrito de Choapan, para llegar a las postrimerías de la Sierra de Villa Alta. El acceso es ahora más difícil debido a los daños causados por el huracán, que derribó los dos puentes carreteros que comunicaban a Lachixila por el rumbo de Ayotzintepec.

El último tramo hasta el llano se tiene que hacer caminando desde el pueblo de Arroyo Macho, por una vereda exuberante llena de arroyos, cascadas y árboles de todos tamaños, en donde habitan tucanes, loros, chachalacas y pájaros de mil especies.

Por esa ruta llegó al evento una pequeña representación del grupo de artistas, empresarios y sociedad civil que desde enero del 2005 trabajan con la comunidad en la construcción de un proyecto integral de solución para el problema de la ganadería y la conservación de la selva del jaguar. Al frente de la comitiva, llegaron los pintores Francisco Verástegui y Guillermo Olguín, así como el hermano de este último, el antropólogo Santiago Olguín.

También venían los videoastas Juan José García y Tonatiuh Díaz, de Ojo de Agua Comunicación, y el médico-empresario Alfonso Aquino. Los helicópteros, que sólo viajaron una hora desde la ciudad capital, aterrizaron a unos cuantos metros del lugar adonde se había preparado la ofrenda, pero los viejos la tenían protegida con piedras y plásticos para que el viento no la dañara.

A recibir al jaguar se adelantaron las cinco autoridades municipales que conforman la UIZA-EZ y la comunidad de Lachixila, el señor Benito Luna Morales, presidente de la organización y don Félix, el comisariado. A entregarlo bajaron Francisco Reyes y el Ing. Héctor González Ressa, subprocurador de Recursos Naturales de la Profepa en el país, junto con otros funcionarios llegados de México y Oaxaca.

Los representantes de la comunidad sacaron al animal que venía en una jaula de estructura y malla de alambre cubierta con tablas de madera, y lo llevaron cargado, de la misma manera en que hace un año lo transportaron los comuneros de La Selva, hasta el sitio que marcaron los ancianos.

Desde Oaxaca, días antes, pidieron que la jaula fuera abierta al momento de la llegada, para que la gente del pueblo comprobara que les devolvían al mismo jaguar que se habían llevado, por lo que antes de empezar la ceremonia se procedió a revisar al animal.

Los hermanos Melquíades y Artemio Luna Pérez, quienes hace un año lo capturaron, fueron los comisionados para tan delicado peritaje. Comprobada la identidad del jaguar, por ellos y por el pueblo entero que se arremolinó alrededor de la jaula, la taparon nuevamente y dio inicio la ceremonia.

Con mucha paciencia los ancianos, dirigidos por el mayor de todos ellos, don Domingo Luna Díaz, destaparon la ofrenda y la fueron colocando en cada uno de los hoyos abiertos en la tierra. Primero en el centro, adonde entregaron la carne preparada de una guajolota y un chorro de champurrado de cacao, para luego colocar cuidadosamente un juego de cruces de ocote en los sitios indicados dentro del orificio. Antes de cerrarlo curaron el sitio con aguardiente de caña. Inmediatamente procedieron a taparlo con su propia tierra y colocaron una piedra grande de río encima.

Lo mismo hicieron con los hoyos de las esquinas, empezando por el Este, por donde sale el Sol. Después colocaron un número determinado de velas de cebo alrededor de cada ofrenda y un cirio grande en la boca del hoyo central. Enseguida procedieron a extender por el suelo un tapete de hojas punteadas de color verde intenso. Realizado lo anterior le rezaron primero a la Tierra, pronunciando en un zapoteco suave, casi en silencio, las palabras de respeto para que recibiera el ofrecimiento.

Terminado el rezo voltearon todos frente al jaguar y solicitaron a las autoridades que levantaran nuevamente la tabla de madera que lo ocultaba. Entonces se dirigieron a él como si le hablaran a una persona y no a un animal, mirándolo a los ojos, en voz alta, todos a un tiempo y de manera firme. Cada quien le dijo cosas distintas, lo recibieron, lo aceptaron y le pidieron que ya no hiciera daño, que se fuera, que se perdiera en el monte, en su casa, y que no se acercara más a los pueblos.

Las voces en su idioma se mezclaban en el aire y parecían un canto, mientras el jaguar los miraba fijamente y no dejaba de emitir una especie de ronroneo constante, echado dentro de la jaula, ya sin la agresividad que tenía un momento antes cuando lo bajaron del helicóptero.

Así transcurrieron algunos minutos que se hicieron largos, mientras todos los presentes hacíamos un respetuoso silencio.

Le hablaron también al abuelo como si estuviera ahí: "Cuida a tu pueblo y cuida a tu caballo —decía uno de los ancianos—. Nosotros ya no tenemos tus poderes para defendernos como tú nos defendiste antes… Cuídalo para que ya no haga más daño".

La nublazón en el cielo se cerraba y los pilotos de los helicópteros empezaron a preocuparse. El ingeniero González Ressa, sin ponerle mayor atención a la ceremonia, también se puso inquieto por la tardanza: "Hay que salir temprano de aquí", comentaba mirando el cielo. El plan del funcionario, que había llegado con su hijo de la capital como si anduviera de paseo, era subir al Llano Mazate lo más pronto posible, soltar al tigre, tomarse la foto y volverse de inmediato a Oaxaca.

"Mi avión a México sale a las ocho", decía nervioso. Don Félix Morales le informó que la comunidad tenía preparado un programa especial de bienvenida en el pueblo de Arrollo Macho, después de la liberación, en donde se serviría una comida para todos los asistentes.

"La comunidad mató un toro para esta fecha y la gente los está esperando", les dijo. Reyes Cervantes le respondió atento al comisariado que se quedaría con mucho gusto al evento, y Gonzáles Ressa no tuvo más remedio que aceptar.

Terminado el ritual la jaula fue cubierta otra vez y llevada al helicóptero, bajo la mirada vigilante del médico veterinario Diego Wolrich, de Pueblo Jaguar AC, y del señor Juan Ramón Rosas, especialista del zoológico Yaguar Xoo, quienes venían encargados de los detalles técnicos del traslado y la seguridad del jaguar.

En el otro helicóptero subieron los representantes de la comunidad con don Félix Morales al frente.

En cuestión de un momento los aparatos se elevaron con rumbo al lugar escogido por la comunidad para la liberación del jaguar de luz, ofreciendo desde el aire una visión increíble de la selva montañosa de Lachixila. Abajo, en el Mazate, ya nos esperaban cinco comuneros de La Selva, comisionados por la autoridad agraria para señalar desde tierra el sitio preciso para el aterrizaje.

"La selva y el bosque están aquí porque nosotros estamos aquí". Piden los comuneros de Lachixila comercio justo para salvar la selva del jaguar".

Los helicópteros aterrizaron en el Llano Mazate después de dar algunas vueltas de reconocimiento en el lugar. La bajada no era fácil pues el espacio abierto en el monte era muy reducido. En el pequeño llano ya estaba colocada la sencilla infraestructura que serviría para la liberación del "jaguar de luz", consistente en una puerta de palo de dos metros de alto con dos poleas en el travesaño para que corrieran las reatas que levantarían la puerta de la jaula, la cual se colocaría abajo para tal fin.

Atrás, una portería más ancha desde donde jalarían las reatas y un tapanco sobre un árbol para apoyar a los fotógrafos y camarógrafos que registrarían la histórica escena, en la que un pueblo de nobleza ejemplar le daría la oportunidad a un jaguar de volver a su montaña.

Los riesgos de regresar al jaguar son grandes, pues fue sacado de la población por matar ganado y pasó catorce meses enjaulado en un zoológico. La posibilidad de que vuelva a matar animales domésticos es alta; sin embargo, la comunidad decidió en asamblea que debía regresar. "El jaguar es parte de nuestra identidad y por eso quisimos que se devolviera al corazón de la selva, que es su hogar y de donde nunca debió haber salido", afirmó en su discurso frente a las autoridades gubernamentales don Félix Morales, representante comunal.

"El jaguar lleva en el cuello un collarín especial con dos sistemas que ubicarán su posición, uno por vía satelital, y otro más de radio telemetría WHF para localizarlo en tierra mediante una antena y un radio receptor, lo cual permitirá estudiar su comportamiento", informó el médico veterinario Diego Woolrich, miembro del equipo de apoyo que realizará el monitoreo junto con Profepa y el CIIDIR-Oaxaca, durante la conferencia de prensa en que se anunció la liberación. En el caso de que ataque y mate algún becerro, la pérdida será cubierta por un fondo especial que empezó a operar este año con el apoyo de la comunidad artística oaxaqueña, mediante la donación de obra de arte, y se consolidó con apoyo de la Profepa estatal, que logró una importante aportación de la empresa Seat-Volkswagen, quienes también donaron el collarín.

Si la reincidencia es alta y el jaguar no se reintegra a la vida silvestre, entonces tendría que ser capturado nuevamente para sacarlo definitivamente del lugar y buscarle un destino adecuado", terminó de explicar el profesionista.

La ganadería extensiva se convirtió en la última alternativa económica para algunos campesinos de Lachixila que no quisieron migrar a los Estados Unidos, después de que bajaron los precios del café a finales de los años noventa, y también para otros que migraron, regresaron e invirtieron sus dólares en esta actividad. Pero el avance de los potreros sobre la selva agudizó el conflicto con los jaguares.

Sin embargo, un reciente estudio sobre el manejo ganadero en la selva de Lachixila, realizado por el especialista Jorge Luis Vallejo, profesor e investigador de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, revela que la principal causa de mortalidad del ganado en los últimos años son las enfermedades en un 80 por ciento, los accidentes y los piquetes de víbora en un 17 por ciento, y que sólo el tres por ciento de las muertes son atribuibles al ataque del jaguar.

La selva montañosa no es apta para la ganadería, y la falta de cultura en el manejo, además de la nula capacitación y asistencia técnica, traen como consecuencia rendimientos muy bajos, mucha destrucción de selva, agotamiento de manantiales, pérdida de suelos y alta mortalidad del ganado. "El ganado es sólo un ahorro que nos permite salir de algún apuro económico, cuando tenemos que enviar dinero a nuestros hijos que estudian fuera o se nos enferma algún familiar y necesitamos comprar medicina. Pero nuestro pueblo sigue siendo agricultor, lo malo es que no hay mercados para nuestros productos", explicó en la conferencia de prensa del viernes 16 de diciembre en Oaxaca el Delfino Morales, ciudadano caracterizado de la comunidad.

El día de la liberación del jaguar la comunidad planteó el problema ante las autoridades del gobierno: "Los comuneros de Lachixila hemos tomado conciencia de la importancia de conservar el hábitat del jaguar, porque también es nuestro hábitat. Hoy se anuncia que el jaguar está en peligro de extinción y nos preocupa, porque esto significa que nuestra cultura campesina, que ha convivido con el jaguar durante generaciones, también está en peligro de extinción", explicó durante su participación Félix Morales. "El que hoy exista una selva en este lugar no es cosa providencial. La selva y el bosque están aquí porque nosotros estamos aquí. Muchos lugares que han sido ocupados por la cultura de afuera hoy no son como eran antes, porque han sido devastados. Nosotros estamos interesados en seguir protegiendo nuestras tierras y los seres vivos que nos rodean y viven en ellas, porque es la herencia que nos dejaron los abuelos y es la herencia que les queremos dejar a nuestros hijos. Por eso hemos creado y registrado la marca comercial "Selva de Jaguares", con la que estamos ofreciendo nuestros productos agrícolas al mercado justo y solidario, empezando con nuestro chintextle envasado. Con ello queremos contribuir a generar ingresos para nuestra economía familiar y así proteger al jaguar", afirmó con claridad.

El proyecto de acopio, procesamiento y comercialización de chile seco tabaquero orgánico, con el que se elabora el chintextle, implementado durante la cosecha del 2005 en Lachixila gracias al apoyo de los artistas oaxaqueños, ha demostrado que es posible obtener más ingresos con este cultivo que con la cría y venta de ganado. Con la diferencia principal de que la siembra del chile sólo ocupa la quinta parte de una hectárea por familia y se realiza en una esquina de la milpa de temporal recién cosechada, sin mayor deforestación, mientras la ganadería requiere entre 10 y 15 hectáreas de selva desmontada para poder obtener un ingreso similar.

Si al proyecto de comercialización se agregan los demás productos naturales de la selva como el café, la canela, el cacao, la vainilla, la jamaica, la panela, el melado de caña, los frutales, las artesanías y otros, entonces sería posible lograr un ingreso digno para las familias campesinas y evitar la ganadería, siempre y cuando exista un mercado conciente y justo que se comprometa con la conservación de la selva.

Para terminar su exposición ante los enviados del gobierno, con motivo de la liberación del "jaguar de luz", los comuneros de Lachixila en voz de su comisariado, pidieron apoyo a las autoridades federales para resolver dos asuntos básicos que hoy afectan a la comunidad: el problema agrario y la amenaza de las empresas mineras.

"La defensa de nuestras tierras es fundamental para la defensa del medio ambiente, por eso hoy le solicitamos —dijo don Félix Morales con firmeza dirigiéndose a Francisco Reyes Cervantes, delegado de la Profepa en Oaxaca— haga un exhorto a los Tribunales Agrarios para que no sigan beneficiando con sus sentencias a Oscar Herrera Star (maderero veracruzano), que lo único que pretende es despojarnos para lucrar con nuestro patrimonio".

Respecto a las empresas mineras el representante comunal informó: "Desde hace más de cinco años, compañías mineras han llegado a nuestras tierras a tratar de ubicar los minerales que han detectado desde el espacio aéreo o satélites. Recientemente la Minera Teca Cominco ha insistido en realizar prospección minera en nuestras tierras para, según ella, generar empleos a través de la extracción. Nosotros decimos que no queremos sus empleos, la minería no es una actividad sostenible, es depredadora de la naturaleza… En este sentido urgimos a la Profepa que vigile para que no se apruebe ningún estudio de impacto ambiental que beneficie a mineras en perjuicio de la salud y la naturaleza de nuestra comunidad".

Los representantes de la Profepa, la Conanp y la Semarnat presentes en Arroyo Macho escucharon con atención las palabras del comisariado de Bienes Comunales y ofrecieron en sus respectivas intervenciones apoyar en todo lo posible las peticiones de la comunidad. Momentos después se dio por terminado el acto oficial y los funcionarios se quedaron a la fiesta con la comunidad.

Acompañados de la chirimía compartieron un sabroso caldo de res que las señoras del pueblo habían preparado para la ocasión. Sólo el subprocurador González Ressa salió rápidamente hacia los helicópteros sin avisarle a nadie y partió con rumbo a Oaxaca dejando en tierra a sus acompañantes, poniendo la nota negra de la tarde.

Unas horas antes, en Llano Mazate, los comuneros de Lachixila se treparon a pelo en las puertas de palo, mientras los demás asistentes nos resguardábamos en los helicópteros, y abrieron la puerta de la jaula. El "jaguar de luz" dudó unos segundos antes de salir, se asomó cauteloso, con la actitud de cualquier felino asustado, volteó hacia ambos lados para cerciorarse de que nada lo amenazaba y salió disparado rumbo al cerro, de manera tal que los que allí estábamos sólo vimos pasar una sombra fugaz, al tiempo que accionábamos nuestras respectivas cámaras con la esperanza de capturar el momento en que este famoso jaguar regresaba a su selva.

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