Dos años después de que entró en vigor la legislación que prohíbe la destrucción de los manglares, el país ha ganado mucho, a pesar de todas las críticas hechas, y la prueba es el nivel de inversiones aprobadas, afirmó Juan Elvira Quesada, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). No obstante, agregó, existe un vacío para permitir la construcción de obras estratégicas.

En entrevista, explicó que hay 800 mil hectáreas de manglar, 150 mil de las cuales corresponden a mangle pequeño, y el resto es de planta adulta, de acuerdo con el inventario de la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad (Conabio).

Esos datos difieren, por su metodología, de estimaciones del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, que en 2002 reportó la presencia de 955 mil hectáreas, y de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, que en 2002 manejó 914 mil hectáreas.

Desde el 7 de mayo de 2004, cuando la Semarnat, con Alberto Cárdenas al frente, modificó en forma unilateral la norma 022 de manglar, con el fin de permitir la destrucción de este ecosistema para hacer cualquier clase de obra por una compensación económica, se desató la polémica en torno a los humedales costeros, lo cual llevó al Congreso de la Unión a modificar el artículo 60 ter de la Ley General de Vida Silvestre, que entró en vigor en febrero de 2006.

A partir de entonces no han cesado las declaraciones del sector turístico contra esa legislación –tanto de empresarios como de autoridades–, así como las presiones de legisladores panistas y priístas por modificar la ley con el fin de dar paso a desarrollos turísticos en zonas de manglar.

Así, cuando Juan Elvira asumió la titularidad de la Semarnat, ese tema estaba en el tintero, y ya se veía como reto en su gestión. Al recordarle que aún hay presiones contra la protección a los manglares, aseveró que, bajo el punto de vista ambiental, el país ha ganado mucho.

Agregó: la prueba más notoria es que hoy, a dos años y tres meses de que comenzó la administración, tenemos 90 por ciento de las inversiones autorizadas en oficinas centrales (en comparación con las) que se tuvieron en el sexenio pasado. Estamos demostrando que podemos liberar más permisos, trabajar más cercanamente con los empresarios.

Aseveró que ese cambio ha costado dos años de trabajo muy intenso y críticas hacia la Semarnat. Pero hemos demostrado, con los números, que la ley ha sido buena para México y para los recursos naturales.

Sin embargo, puntualizó, esta legislación no contempla asuntos estratégicos de seguridad nacional, como puentes para unir poblaciones civiles, instalaciones de Pemex y de CFE. No tenemos ese control, y ahí existe una seria fisura, resaltó.

También citó como ejemplo que no se puede autorizar el retiro de un mangle que anega una ciudad; entonces, sitios como Mazatlán se pueden estar inundando y pasar por muchas dificultades, por lo que se tiene que hacer ese pequeño ajuste.