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En la Casa de América de Madrid repudian los actos de discriminación contra mexicanos

Artistas e intelectuales expresan su solidaridad con México ante la epidemia de nueva influenza
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 8 de mayo de 2009, p. 8

Madrid, 7 de mayo. Los virus no tienen papeles y en estos momentos todos somos mexicanos, con esta máxima, decenas de políticos, artistas, intelectuales y ciudadanos se congregaron en la Casa de América de Madrid para expresar su solidaridad y cariño al pueblo de México a raíz de la crisis por la gripe de influenza humana.

El acto también sirvió para levantar la voz contra las actitudes de marginación, discriminación y repudio que han sufrido ciudadanos mexicanos.

La directora de la Casa de América, Inmaculada Turbau, decidió transformar por única vez en su historia el nombre y el sentido de la institución pública que dirige: en lugar de ser la tradicional e influyente Casa de América, donde cada año pasan los personajes más influyentes de ese continente, ahora se iba a convertir en la Casa de México.

Y así será hasta que la crisis campee o al menos hasta que esta iniciativa ayude a eliminar el estigma contra los mexicanos.

El acto, sin precedente y organizado con celo y cariño por el personal de la Casa de América, con énfasis de Celine Rodríguez, su directora de Comunicación, sirvió para que centenares de personajes, tanto de viva voz como por Internet expresaran su sentir ante la crisis por la pandemia.

Uno de los primeros en sumarse a la iniciativa fue el propio presidente del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, quien expresó su total disposición para trabajar de manera coordinada con sus autoridades. México enseñó a España, a los españoles, en momentos de dificultad y de tristeza, que la solidaridad es el único modo decente de enfrentarnos a lo que, algunas veces, parece inevitable. Nunca estaremos suficientemente agradecidos.

Turbau explicó que el motivo de esta iniciativa es, entre otras cosas, para corresponder al apoyo, refugio y hospitalidad que ha tenido México en innumerables ocasiones con España. Para, insistió, decirles a sus habitantes que no están solos.

En la emblemática glorieta de La Cibeles, donde se encuentra enclavada la ahora Casa de México en Madrid, acudieron artistas, escritores, políticos y ciudadanos mexicanos y españoles, así como del resto de las naciones de Iberoamérica.

Menos cinismo e hipocresía

La directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel, expresó su sentir y voluntad de que sea precisamente el idioma que nos une, el español, el que se convierta ahora en herramienta de unidad. Siempre he dicho que el español es un idioma de diálogo, de encuentro, de cooperación, de solidaridad y de paz. El Instituto Cervantes es uno de los instrumentos que ayuda a esa realidad y hoy está con México.

El Ministerio de Asuntos Exteriores español también se hizo presente mediante un mensaje de aliento, en el que informó que por conducto de la Agencia Española de Cooperación Internacional se había donado un millón de euros para compar mascarillas, gafas de uso médico y material sanitario.

Al acto acudieron Miguel Ríos, Javier Gurruchaga, Enrique Márquez, Ramiro Noriega y Pedro Zerolo, entre otros.

El prestigioso editor Mario Muchnik señaló por su parte que el pueblo mexicano más que solidaridad merece admiración, mientras que Gurruchaga replicó que en estos momentos hace falta menos cinismo e hipocresía y mayor solidaridad para con el pueblo de México.

El escritor venezolano Juan Carlos Méndez Guedez resumió el sentido del acto de solidaridad, que cerró con una actuación de los niños cantores del estado de México.

Se puede decir tanto sobre México y sobre esa herida que es su presente y su angustia. Pero lo fundamental es resaltar que un país que palpita en nuestra memoria de infancia, que nos ha dado inteligencia, risas y solidaridad, ahora necesita nuestro apoyo. El miedo sólo nos distancia y hace torpes. No podemos permitir que esa sonora palabra que es México abrigue ningún miedo, ningún rechazo, ninguna exclusión.