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Será batuta huésped en cuatro conciertos con la Filarmónica de la Ciudad de México

Necesitaba un respiro y llevar al plano internacional lo que aprendí: Diemecke

Reconoce que su larga estancia en la Sinfónica Nacional enriqueció su trayectoria

Ahora me siento más libre de expresar la música, de darle profundidad y energía, indica a La Jornada

 
Periódico La Jornada
Sábado 6 de junio de 2009, p. 4

A casi tres años de haber renunciado a dirección de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), en la cual se mantuvo al frente durante 16 y medio años, Enrique Arturo Diemecke niega sentir nostalgia por ser titular de alguna agrupación en el país. Al menos, por el momento.

Vendrá el tiempo, nada debe forzarse; dicen que a fuerzas ni los zapatos, y considero que mi carrera necesitaba tener ese respiro de estar en el plano internacional, de llevar todo lo que aprendí aquí, explica en entrevista.

Agradezco mucho mis experiencias en México, pero viviendo como estoy ahora encuentro que ha sido también bueno desconectarme del país. Pero, a ver, no soy de las personas que nunca dicen si sí o si no hasta que están hechas las cosas.

Asimismo, Diemecke rechaza haber recibido alguna oferta, por lo menos de manera oficial.

Encuentro familiar en el escenario

Titular de las orquestas de Flint y Long Beach, ambas de Estados Unidos, además de la Filarmónica de Buenos Aires, en Argentina, Enrique Arturo Diemecke regresó al país para dirigir este fin de semana y el próximo, en calidad de huésped, a la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), como lo hizo el año pasado.

El programa que presentará en esta primera actuación incluye la Fanfarria para La Péri, de Paul Dukas, El anillo sin palabras, de Richard Wagner, y el Concierto para violín de Erich Wolfgang Korngold, obra esta última en la que actuará como solista su hermano el violinista Pablo Diemecke.

Este encuentro familiar en el escenario representa para el músico guanajuatense un enorme gusto, según asume, sin importar que haya ocurrido ya en varias ocasiones, tanto en México como en el extranjero.

Para mi hermano y para mí, cada vez que nos encontramos en un concierto es una ocasión muy especial. Tiene que ser como si fuera la primera vez; tenemos ese mismo entusiasmo, esa misma energía; tenemos que ver cómo vamos a entregarnos al público, cómo vamos a hacer una interpretación que sea de acuerdo con la demanda del compositor, comenta.

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Diemecke dirigió un ensayo de la OFCM, anteayer, en la sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin YoliztliFoto Carlos Cisneros

Síntesis de una tetralogía

Respecto del programa que interpretará la OFCM este fin de semana, Enrique Arturo Diemecke destaca la obra El anillo sin palabras, de la cual explica que es un arreglo del director Lorin Maazel, un poema sinfónico basado en la legendaria tetralogía operística de El anillo del nibelungo, de Richard Wagner. Se trata, precisó, de una especie de síntesis de los momentos más emotivos de esas cuatro óperas.

–¿Le gustaría volver a dirigir a la OSN, aunque sea como invitado?

–Adoro a la Sinfónica Nacional. Ha sido la orquesta que más apoyo me ha dado; me emociona pensar en los años que estuve allí. Sigo estando con las añoranzas de los sonidos y los éxitos que tuvimos, de las grabaciones que hasta merecieron nominaciones a Grammys. El tiempo dirá.

Además, sabemos que los que hacen las invitaciones siempre son los directores. Para mí, no hay problema de ninguna especie. Creo que todo tiene su tiempo y todo tendrá que ser cuando tenga que ser.

–¿En qué momento de su carrera se siente usted?

–Me siento maravilloso. Estoy en un momento en el cual me siento más libre de expresar la música, de darle la profundidad y la energía que siempre he querido.

Estoy viviendo como si fuera la primera vez que hago las cosas. Si no encuentro entusiasmo con esa manera de pensar, siempre hay otro recurso: pensar que quizá es la última vez que lo voy a hacer. La emoción nunca se acaba, siempre hay ese deseo de hacer las cosas con todo el amor y toda la pasión.

Los conciertos de la OFCM tendrán lugar en la sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli (Periférico Sur 5141, colonia Isidro Fabela), el sábado a las 20 horas y el domingo a las 12:30.