Opinión
Ver día anteriorSábado 6 de junio de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Los de Abajo

Ultraje en Apizaco

¿S

u delito? Ser mujeres y trabajadoras sexuales. Estar organizadas y no dejarse. Ser promotoras de salud y hacer campañas para prevenir el sida y otras enfermedades de transmisión sexual. Ser pobres, solas y mantener a su familia. Todo esto se castiga en Apizaco, Tlaxcala, donde una vez más fueron ultrajadas y amenazadas las integrantes del Colectivo de Mujeres en Pro de sus Derechos.

“Llego la policía con sus armas, apuntándonos, amenazándonos. Nos pusieron a todas contra la pared, exigiéndonos que pusiéramos las manos en alto, cosa que, por supuesto, no hicimos. Sin identificarse y sin decirnos cuál era el propósito de su ingreso violento, nos empujaron y se rieron cuando les preguntamos si traían orden de un juez para entrar. Posteriormente entraron dos personas vestidas de civil que en ningún momento se identificaron; eran de la Coeprist (Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios de Tlaxcala) y traían una orden para verificar si se expendían bebidas alcohólicas en el lugar de trabajo.

Continuaron su morbosa revisión de todos los espacios y al no encontrar nada que nos inculpara, un policía, con profundo desconocimiento de las leyes, empezó a decirnos que era delito ejercer la prostitución sin permiso. Los de la comisión empezaron a fotografiar todo: techos, mesas, baño, y dijeron que había un problema de salud, lo cual es falso porque siempre mantenemos limpio nuestro espacio de trabajo.

Organizadas y curtidas en estos menesteres, las trabajadoras de Apizaco solicitaron apoyo al abogado del Consejo Nacional Urbano y Campesino, organización a la que pertenecen. El abogado también fue amenazado y después notificado de la razón del operativo. El argumento de la venta de bebidas alcohólicas es falso, afirman las trabajadoras. Aquí las tenemos prohibidas y no permitimos drogas, ni menores de edad ni padrotes. Estamos en contra del lenocinio y aquí no hay explotación.

Durante la arremetida policiaca subieron a una compañera a jalones a una camioneta. Arriba una mujer policía empezó a golpearla y patearla. Las compañeras empezaron a gritarle que no le pegara e inmediatamente los demás policías amenazaron con llevarse a todas si seguían gritando. Las trabajadoras del colectivo impidieron el arresto general, pero los de la Coprist pusieron sellos de clausura, mismos que con organización lograron que se quitaran al siguiente día.

Desde Apizaco, Cande, Alejandra, Lizbet, Leticia, Alexa, Karla, Sarahi y muchas más se preguntan: ¿Por qué tanta brutalidad? ¿Por qué nos mandan a la policía para que nos maltraten? ¿Porque somos pobres? ¿Por qué…?