Opinión
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Penultimátum

Enlace nupcial

C

arga con 2 mil años de experiencia, dicen los estudiosos cuando se refieren al manejo político que despliega la Iglesia católica ante asuntos que le son de interés extremo. Y una prueba la tenemos ahora con motivo de las elecciones intermedias del sexenio calderonista. Por un lado, y antes que cualquier vocero eclesiástico, la novia del gobernador del estado de México, Angélica Rivera, dijo que nunca estuvo casada por la ley de Dios con el padre de sus hijos, el productor de televisión José Alberto Castro. “No fue anulación –dijo La Gaviota– la Iglesia lo dictaminó como algo inválido, porque no llevamos las formas que ésta reconoce. Fue un error de nuestra parte; la autoridad eclesiástica así lo tomó y, por tanto, no hubo disolución matrimonial”.

Aclarada contundentemente esta parte conforme al derecho canónico, Angélica se apresta a contraer matrimonio religioso con el discreto gobernador Enrique Peña Nieto. De las manos entrelazadas del poder eclesiástico y del mediático se nos acaba de ofrecer a los mexicanos un ensayo de lo que será la republicana ceremonia. Nos referimos al capítulo final de la telenovela Mañana es para siempre, que el domingo pasado tuvo feliz desenlace en el canal de las estrellas. La historia es muy original y por eso gustó tanto a los adictos a las novelas rosas: después de vencer un cúmulo de adversidades, los protagonistas de la telenovela, Silvia Navarro y Fernando Colunga, al fin llegan al altar demostrando una vez más que el amor supera todos los obstáculos y triunfa por sobre todas las cosas.

Y ningún sitio mejor para celebrar el amor eterno que la catedral de Toluca, engalanada mucho mejor que cuando la visitó el Papa. La grabación de esta boda televisiva tardó 12 horas, pues se cuidó hasta el último detalle, no fuera a ser que la jerarquía eclesiástica la anulara. Estuvo amenizada por la cantante italiana Fillippa Giordano, quien tanta promoción tiene estos días en los medios electrónicos, además de un coro de niñas mazahuas. Afuera de catedral, miles de potenciales votantes le dieron realce a la ceremonia, la cual opacó a las dos bodas verdaderas que contaron con la bendición mediática y financiera de Televisa: la de Lucero y Mijares y la de Biby Gaitán y Eduardo Capetillo.

Para los analistas políticos de Estados Unidos, el final de Mañana es para siempre en la catedral de Toluca es el adelanto de lo que será el enlace Peña Nieto-Rivero. Pero, sobre todo, una muestra de que la Iglesia no la brinca sin huarache, en palabras del sociólogo atlacomulquense Guadalupe del Mazo. Y que desde ahora se prepara para acompañar en el triunfo electoral de julio de 2012 al carismático gobernador mexiquense, cuyo lema de campaña será precisamente Mañana es para siempre con el PRI, la Iglesia y Televisa.