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El FCE publica en el país su reciente revisión histórica sobre el grupo criminal italiano

La mafia no es invencible, afirma el historiador siciliano Salvatore Lupo

Lamento lo que ha vivido Saviano, pero no creo que a los mafiosos les interese mi trabajo, asegura

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Salvatore Lupo, durante su participación en el Festival de Historia realizado en octubre de 2008, en Torino, ItaliaFoto Tomada del sitio web oficial del festival
 
Periódico La Jornada
Domingo 21 de junio de 2009, p. 4

Miedo, masculla casi en silencio el historiador y analista italiano Salvatore Lupo durante un par de segundos, para luego espetar su respuesta: No, no tengo; no creo que exista razón para tenerlo.

El catedrático siciliano es uno de los principales especialistas a escala mundial en el tema de la mafia, sobre la cual ha publicado diversos estudios, lo que de inmediato remite a la situación de su compatriota, el periodista Roberto Saviano, a quien la Camorra tiene amenazado de muerte desde 2006, a raíz de la publicación de su libro Gomorra, en el que revela los más íntimos secretos de ese grupo criminal italiano.

Creo que mi caso es muy diferente al de Saviano, de quien lamento todo lo que ha tenido que vivir desde que publicó ese libro. En él se adentró en aspectos muy específicos de la Camorra, explica el investigador.

“En cuanto a mi trabajo, no creo que la mafia se interese en estudios históricos. He realizado varios y nunca he recibido amenazas, como creo que tampoco ocurre con otros que hacen un trabajo similar al mío.

Desgraciadamente, eso no ocurre con los periodistas que están en primera línea, aquellos que indagan sobre los grupos activos hoy día, sobre las personas que los integran y sus actividades.

Si hay determinación, la mafia está perdida

En entrevista telefónica, con motivo de la publicación en México de su libro Historia de la mafia: desde sus orígenes hasta nuestros días, bajo el sello del Fondo de Cultura Económica (FCE), Salvatore Lupo externa su convencimiento de que la mafia no es invencible.

Como prueba, menciona que desde mediados de la década de los 90 las autoridades italianas han emprendido una serie de acciones y contrataques nunca antes vistos en los 150 años de historia de la mafia, que la mantienen hoy fuertemente golpeada.

Ha quedado claro que la verdadera causa de la fortuna o el infortunio de la mafia depende de la determinación de combatirla. Si la hay y se mantiene, la mafia estará perdida, agrega el autor, quien, no obstante, subraya que el de esta organización es un fenómeno fuerte, persistente y, por lo mismo, no hay que perderlo de vista.

–¿Cómo nació su interés por este tema ?

–Soy siciliano, vivo y trabajo en Sicilia, y me ofende mucho la creencia de que allí todos somos parte de la omertà (práctica muy difundida entre la mafia, que consiste en permanecer en silencio por miedo a represalias o por proteger a culpables). La idea de que todos los sicilianos tal vez somos cómplices de la mafia es una cosa que, según yo, debería tener respuesta.

Para mí se convirtió casi en una necesidad hacer una búsqueda científicamente fundada, porque son muy frecuentes los estudios de tipo sociológico y antropológico, pero eran casi inexistentes los históricos. Existía una dificultad para llegar al problema.

–¿El de la mafia es un problema exclusivo de Italia o va más allá?

–Antes que nada debemos ver qué entendemos por mafia. Podemos entender el término de manera extensiva; esto es, una forma de criminalidad organizada, muy aguerrida, muy fuerte económicamente. Entonces, es evidente que mafia existe en todo el mundo.

“Pero si acotamos, podemos entender por mafia una forma de criminalidad particularmente aguerrida de una región específica de Italia, que se reproduce mediante la inmigración de estaciones menos avanzadas económicamente a las más avanzadas, mediante actos ilícitos, que generalmente buscan ser borrados por quienes los cometen.

–¿Son muchos los cambios que ha sufrido esta organización a lo largo de su historia?

–En 150 años el mundo se ha transformado completamente. Los sectores económicos, en su afán de acumular mayor riqueza, han diversificado su accionar. Dicho esto, algunas veces pienso que la mafia ha cambiado en torno de esto.

“En cuanto el perfil ideológico y cultural no me parece que la mafia esté muy cambiada, porque siempre ha recurrido a códigos tradicionalistas: la virilidad, el machismo, el sentido de familia.

Seguir las pautas de comportamiento es un instrumento importante para mantener juntos los medios, las acciones y el mundo que gira en torno de las organizaciones. Éstas deben mostrarse honorables, tiene que haber consenso en ello.

–¿Qué tan real es la figura que prevalece sobre los capos de la mafia, al estilo del Don Corleone, de Mario Puzo?

–Según yo, no existe el capo di capi, el jefe de jefes. Sólo en rarísimas circunstancias puede existir una figura así. Una de ellas ocurrió a mediados de los años 80 del siglo pasado, cuando la mafia fue vista como un grupo casi terrorista. Allí tuvo necesidad de contar con un gran nivel de centralización operativo, algo así como un general para un ejército. Pero eso sólo ha ocurrido en coyunturas bastante excepcionales en la historia de la mafia. Ésta siempre ha buscado ser anarquista.

–¿Los capo de la mafia son tan ricos como los narcos mexicanos?

El Chapo Guzmán apareció en la lista Forbes como uno de los hombres más ricos del mundo, pero en Italia la tradición señala que el jefe de la mafia debe ser tranquilo. Es decir, que difícilmente lo quiera o pueda perseguir la autoridad.

“Sin embargo, a raíz de aquellos grandes atentados de los años 80 se verificaron investigaciones más eficientes, además de que existió mayor voluntad política para combatir a la mafia y, sobre todo, se dieron muchas deserciones dentro de las organizaciones mafiosas. Al final, la mafia hoy día está en graves dificultades y muchos de sus líderes se encuentran en prisión.

“Respecto del tema de la fortuna y la riqueza, no creo que los jefes de la mafia sean supermillonarios. La fortuna de la mafia se sustenta de manera colectiva y siempre se redistribuye dentro de la organización. Ésta nunca permitiría la concentración de la riqueza en unas cuantas manos.

Es verdad que han existido hombres de negocios bastante ricos, que sin pertenecer de manera directa a la mafia, le han ofrecido sus servicios y sus favores, además de recibirlos.