Al menos 25 municipios costeros del país, con una población de 4.2 millones de habitantes, resentirán los mayores riesgos por el efecto de un mayor número e intensidad de tormentas y huracanes provocados por el cambio climático. Sólo los huracanes provocados por un aumento de 3 grados en la temperatura del planeta, afectarían el patrimonio inmobiliario estimado en un millón 37 mil viviendas particulares habitadas; daños al sector turístico por casi 3 mil millones de dólares; pérdidas agrícolas de por lo menos 977 millones, y casi 500 millones de dólares por afectaciones a la producción pecuaria.

Así lo advierte el estudio La economía del cambio climático elaborado por la UNAM por encargo de las secretarías de Hacienda y de Medio Ambiente y Recursos Naturales para determinar los efectos nocivos del cambio climático en el país y su impacto en la actividad económica y la salud. El trabajo estuvo coordinado por Luis Miguel Galindo Paliza, de la Facultad de Economía de la UNAM. Participaron el Centro Mario Molina, el Instituto Nacional de Ecología y el Centro de Estudios de la Atmósfera.

De acuerdo con el trabajo, las estimaciones sobre los efectos económicos del cambio climático para el caso de México superan a las ganancias temporales en el largo plazo.

Añade: En general, se observa que los costos económicos de los impactos climáticos al 2100 son al menos tres veces superiores que los costos de mitigación de 50 por ciento de nuestras emisiones. Por ejemplo, en uno de los escenarios considerados, con tasa de descuento de 4 por ciento anual, se observa que los impactos climáticos alcanzan, en promedio, 6.22 por ciento del PIB actual.

El equipo de especialistas que elaboró el trabajo consideró, en síntesis, que la investigación determinó que los costos de la inacción son más elevados que la participación en un acuerdo internacional equitativo, que reconozca las responsabilidades compartidas de cada país. Destaca que es indispensable una acción inmediata decidida para abatir los peores impactos del cambio climático, porque desde la óptica económica resulta más eficiente actuar que dejar el problema para las generaciones futuras, más allá de las consideraciones éticas que ello conlleva.

El turismo es una de las principales fuentes de divisas para el país. Una alteración climática que provoque temperaturas más altas tendría, dice el estudio, una alteración de la estacionalidad, de estrés térmico para los turistas, costos de enfriamiento (aire acondicionado y sistemas de refrigeración para alimentos), cambio en las plantas y la vida silvestre, en poblaciones de insectos y su distribución y enfermedades infecciosas.