Opinión
Ver día anteriorLunes 13 de julio de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Jazz

Samuel Martínez y su Laboratorio de Jazz

C

onocí a Samuel Martínez hace cinco años en San Luis Potosí, su tierra, cuando revolucionaba los quehaceres de la fusión jazzística con un septeto llamado Huazzteco. Ahí convergían un cuarteto de jazz y un trío de son huasteco con inmejorables intenciones y mejorables resultados; Samuel se hacía cargo del piano, la dirección y los conceptos.

Poco después el joven maestro, hijo del gran pianista Jorge Martínez Zapata, se fue a estudiar al Conservatorio de Puerto Rico y le perdimos la pista. Actualmente radica en los dos países, va y viene todo el tiempo entre la isla y la nopalera, y este lunes 13 de julio echa a andar un seminario de interpretación jazzística en el Centro de las Artes de la capital potosina, donde ha montado un Laboratorio de Jazz.

Dirigido esencialmente a pianistas, contrabajistas y cantantes, el seminario concluirá el 28 de julio y se llevará a cabo lunes y martes, a razón de dos sesiones por día. Los encargados de impartir las clases son Enrique Nery, Aarón Cruz e Iraida Noriega, trío de celebridades que seguramente se darán tiempo para tocar juntos, como hicieron en el Festival Nacional de Jazz del año pasado. Mayores informes: (01444) 137 4100.

Más abajo, en el Golfo de Tehuantepec, otro personaje realiza incansable labor alrededor del jazz. Se trata de Eduardo Olivares, quien desde 2001 ha mantenido viva la llama del latin jazz en su natal Juchitán con su grupo Gozo & Paz. Nueve elementos surgidos de diferentes iglesias cristianas (ecumenismo local) que están por grabar su tercer álbum.

Recordemos a Koinonia, el grupo de jazz cristiano (así se autocalificaban, aunque más bien tocaban jazz-funk) de Abraham Laboriel, Justo Almario, Alex Acuña, Dean Parks et al, que pasó desapercibido en Estados Unidos, pero que en los años 80 fue ovacionado en países como Noruega, Dinamarca, Suecia y Finlandia.

Gozo & Paz se formó originalmente en Palenque, Chiapas. Sus miembros fundadores son Silvino González en los saxos, David Aguilar en el piano y el propio Eduardo Olivares en la guitarra. Después de algunos ejercicios de asentamiento regresaron a Juchitán, Oaxaca, y ahí grabaron su primer cedé, Gozo & Paz, en 2004.

El año pasado entregó su segunda producción: Latinjazzeando, en el que las atmósferas afroantillanas forman el centro del discurso, sin que ciertas líneas del son istmeño dejen de abordar el barco (no sabemos si de manera deliberada o no). Su poder rítmico es intenso, estimulante y, aunque la intención primordial de la banda no es hacer proselitismo religioso, creemos que ésta es una forma idónea de la alabanza y la gratitud.

Además de los tres miembros fundadores, Gozo y Paz está integrado por: Luis Augusto Rojas (vibráfono), Ludwig Zárate (piano) Saraín Aguilar (bajo eléctrico), Carlos Aguilar (batería), Iván Tovilla (percusiones) y José Hinojosa (guitarra acústica). Nueve instrumentistas alrededor del proyecto.

En estos momentos Gozo & Paz prepara su tercer álbum: Sentimiento cubano, el cual está programado para diciembre próximo. En él tienen como invitado a David Gálvez (de Cuba) en el piano eléctrico. Y seguramente, además del evidente son montuno que anuncian en el título, podremos apreciar nuevos escarceos por los diferentes sones que se cultivan y se maduran todos los días en la sierra y la costa oaxaqueñas.