Sociedad y Justicia
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Tribunal de Sevilla lo declara culpable de intento de homicidio en contra de dos policías

Condenan a 8 años de prisión a estudiante mexicano en España

Solicitará la revisión de la sentencia ante el Tribunal Supremo en busca de la absolución

Pagó 35 mil euros para indemnizar a los agentes que hirió al confundirlos con secuestradores

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Alejandro Ordaz denunció que tras su detención fue víctima de tortura y de acciones racistas por policías españoles. En la imagen lo acompaña su madre, Isabel MorenoFoto La Jornada
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 14 de julio de 2009, p. 36

Madrid, 13 de julio. La Audiencia Provincial de Sevilla condenó al estudiante mexicano Alejandro Ordaz Moreno, detenido en esa ciudad en marzo de 2008, a ocho años y cuatro meses de cárcel al encontrarlo culpable de los delitos de intento de homicidio y de atentado contra la autoridad.

El mexicano de 30 años, que estudiaba un doctorado en energías renovables, se encuentra todavía en libertad sin fianza, a la espera de que el juez decida si ordena su reingreso a prisión o si le permite afrontar lo que queda del proceso en la calle.

El ingeniero, su padre Esteban y su madre Isabel esperaban con optimismo la sentencia. Tenían confianza en la justicia española y en que ésta optaría por la absolución de todos los delitos, a pesar de la gravedad de los hechos y de que las supuestas víctimas de las agresiones del joven eran dos policías nacionales (un hombre y una mujer).

Pero no fue así. El fallo fue demoledor para la familia oriunda de Salamanca, Guanajuato, que escuchó perpleja y nerviosa la sentencia redactada por los tres magistrados de la sección séptima de la Audiencia Provincial de Sevilla: culpable de un delito de atentado contra la autoridad y de dos delitos (uno por cada policía) de intento de homicidio.

El único detalle de la sentencia ligeramente favorable para Ordaz Moreno fue que la condena total se fijó en ocho años y cuatro meses de cárcel, es decir, bastante menos de lo que pedía la acusación particular (30 años de prisión) y un poco menos de lo que solicitaba la Fiscalía del Estado (13 años).

Los jueces también decidieron no tomar en cuenta las imputaciones por los delitos de lesiones, al asumir la acusación de intento de homicidio, que es más grave. Además, desistieron de la acusación de tenencia ilícita de armas.

Fuentes familiares explicaron a La Jornada que el estudiante mexicano se encuentra tranquilo y esperanzado en que al final del camino se vea una luz, la cual le permita al menos recuperar parte de la vida que tenía antes de este trance. Así, tanto la familia como los abogados defensores tienen la mirada fija en el recurso de casación (anulación), que deberán presentar en un plazo no superior a 15 días, en el que solicitarán la revisión de la sentencia por el Tribunal Supremo, la última instancia jurídica en España. En caso de que sea admitida a trámite y, por tanto, que el alto tribunal asuma la responsabilidad del caso, el futuro del estudiante mexicano estará de nuevo en manos de una sala judicial, sólo que esta vez integrada por jueces de la más alta cualificación.

Tanto Fernando Retamar, abogado de Ordaz Moreno, como su familia esperan que pueda afrontar este proceso en libertad, ya que su reingreso a prisión sólo lo puede decidir el magistrado que instruyó el sumario y a petición de la acusación particular. En caso de que no lo soliciten, es posible que el magistrado tome en cuenta la buena conducta del estudiante mexicano durante los 11 meses que estuvo encarcelado, que ha cumplido con lo estipulado en el auto que decidió su puesta en libertad sin fianza y a que durante el proceso el joven pagó 35 mil euros de indemnización a los dos policías que sufrieron la agresión (una de ellas con severas lesiones que le impidieron volver al trabajo durante 75 días).

Noche de pesadilla

El origen de los problemas para el estudiante mexicano se remonta a la madrugada del 8 de marzo, cuando Ordaz Moreno regresaba a su casa de Sevilla después de haber ingerido bebidas alcohólicas con un amigo. Él mismo reconoció que estaba ebrio y que cuando los dos policías se identificaron como agentes secretos y le pidieron que se detuviera, pensó que lo querían secuestrar.

En ese momento entró en pánico y su reacción fue golpear todo cuanto estaba a su alrededor. Según el testimonio de los policías, que los magistrados consideraron verosímil, desarmó a uno de ellos y apretó el gatillo en varias ocasiones. Este hecho, que sólo se puede probar con los testimonios de los implicados, supuso que los jueces lo condenaran por los dos delitos de intento de homicidio (tres años de prisión por cada uno).

Cabe señalar que en España los agentes policiales gozan de un trato de privilegio en los tribunales, ya que por su profesión sus testimonios tienen la presunción de veracidad, lo que fue demoledor para los intereses de Ordaz Moreno.

El mexicano estudiaba un doctorado en energías renovables en la Universidad de Sevilla, gracias a una beca que le otorgó el Conacyt por su impecable trayectoria como estudiante. Durante su reclusión preventiva denunció torturas y vejaciones por parte de los policías nacionales en Sevilla, que al parecer estaban indignados por los golpes que habían recibido sus compañeros durante el forcejeo en la calle.

Entre las cosas que denunció en esa ocasión, y que espera ratificar ante algún tribunal, incluso ante el de Derechos Humanos de Estrasburgo, recuerda con especial indignación cómo lo llamaban cuando lo golpeaban: Indio de mierda, te vamos a regresar muerto a tu país de perros.