Opinión
Ver día anteriorMiércoles 22 de julio de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Ciudad Perdida

El caso Martí y el asesino confeso de la SSP federal

Otra peripecia de la guerra de Calderón

P

or más que usa sus dotes diplomáticas para evitar una confrontación con la Secretaría de Seguridad Pública federal, el procurador del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, no puede borrar las declaraciones del subsecretario de Seguridad, Luis Cárdenas Palomino, quien califica el trabajo de la PGJDF, cuando menos, de ineficiente, con todo lo que eso quiere decir en los tiempos que corren.

En el incidente del caso Martí, donde para la autoridad federal la procuraduría de la ciudad fabricó culpables, hay, quiera o no el procurador Mancera, un mar de fondo que no debería ignorarse porque advierte una intención explícita en lo que se llama la guerra en contra del crimen organizado, y la idea de gobierno que sostiene Calderón.

Y es que no se trata nada más, desde el ámbito federal, de salvar la cabeza de La Lore, quien fue colaboradora cercana de Cárdenas Palomino, sino también de usar la confesión del presunto asesino del joven Martí como el mejor argumento para descalificar la labor que realiza Mancera y su equipo, y con ello también la del jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard.

Se trata de decir, de crear todo un ambiente que haga pensar a la gente que la procuraduría local no sirve, para entonces, en nombre de la seguridad de los habitantes de la capital de la República, los federales ocupen calles, monten retenes y extiendan, en una palabra, la guerra que sostienen y que parece ser el único trazo de gobierno de Felipe Calderón.

Es obvia la intención que subyace en las declaraciones que buscan mermar a las autoridades locales. Ninguno sirve –salvo los panistas–, para enfrentar la cruzada felipista, por eso deben ser las fuerzas federales las que se ocupen de la tarea.

Eso es todo, esa es la intención, restar fuerza a los gobernadores que se han convertido en un peligro para Los Pinos, y qué mejor que la guerra contra la delincuencia organizada para lograr el objetivo.

El procurador Mancera se ha cuidado muy bien de decir que la coordinación entre unos y otros es mucha y efectiva, pero eso no alcanza para diluir la estrategia de fondo que asumió el gobierno de Los Pinos, y que sólo tiene que ver con el DF, allí se cuentan todas, o casi todas, las entidades del país.

Así las cosas, más valdría que los gobernadores vayan preparando una idea que busque, ahora sí, la coordinación de los mandos. Si no hay una respuesta rápida y precisa para limitar el embate de los azules en el poder, muy pronto los gobernadores quedarán reducidos a simples administradores de las decisiones del equipo de fuerza de Calderón.

Así es que más vale no confundirnos, el caso Martí no trata sólo de hallar culpables y de lograr algunas impunidades, también trata de asumir, por medio de la fuerza, el control de este país que hace rato se le fue de las manos a Felipe Calderón, o cuando menos de cobrar viejos agravios entre Ebrard y Genaro García Luna. Si así fuera, menos mal, pero seguramente todos estarán de acuerdo con que tampoco se vale.

Y es que si los datos no mienten, todo indica que los federales no consignaron al que se dijo asesino del joven Martí, Joel Robles Hernández, por el crimen de ese muchacho, sino por otros secuestros. Es importante recordar que en el video que se dio a conocer a la prensa, el supuesto asesino nunca dice que él mató al hijo del empresario de artículos deportivos, y bueno, todo eso nada más alimenta malos pensamientos porque si no había seguridad en la culpabilidad del asesino confeso, por qué entonces el ataque a la procu del Distrito Federal. Así van las cosas hasta el momento.

De pasadita

En el PRD ya está listo el pleito que sigue. Ahora la disputa es por quién será el coordinador de los diputados a la Asamblea Legislativa. El acuerdo era, desde hace un buen rato, entre los miembros de Izquierda Unida para que Alejandra Barrales se hiciera cargo de la responsabilidad, pero como siempre, al final la ambición de algunos pretende romper el acuerdo y llevar a alguien más a esa instancia. La bomba no tarda en estallar y la verdad, sea como sea, siempre tendrá a la fracción del PRD en el filo de la navaja: Ya veremos.