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Hace una aproximación no tradicional a la gesta del Batallón de San Patricio: Taibo II

Jorge Belarmino pugna por democratizar el conocimiento de la historia desde la cotidianidad
 
Periódico La Jornada
Miércoles 12 de agosto de 2009, p. 7

La novela Cuestión de sangre, de Jorge Belarmino, es una aproximación absolutamente no tradicional a una historia supuestamente conocida, dijo el escritor Paco Ignacio Taibo II durante la presentación de ese volumen, que cuenta la epopeya del Batallón de San Patricio.

Estamos ante una reconstrucción verdaderamente enloquecida. Lo que construye Belarmino, sin duda alguna, es un fresco del México del medio siglo XIX como pocos libros que se han publicado en el país han logrado hacer. Y construye una identidad, de dónde venimos y de dónde somos. Calderón podrá ser hijo de Santa Anna, pero nosotros no: nosotros venimos del general Balderas, de los resistentes de la Ciudadela, venimos de Margarito Suazo, añadió en la mesa de un cafecito en la recién remozada calle de Regina, en el Centro Histórico.

Aquí hay una construcción de identidad, se explica de dónde viene también el proyecto liberal, de dónde se construye el proyecto de la generación liberal que enfrentaría la revolución de Ayutla, la guerra de Reforma, la intervención francesa y la guerra contra el imperio y terminaría triunfando contra todas las fuerzas negras de este país, incluidos obispos, militarates, militaristas, burócratas, agiotistas e imperialistas extranjeros.

Cuestión de sangre (Planeta) está fuera de la historia tradicional ortodoxa y muy dentro de lo que llamaríamos la historia narrativa, que en estos momentos se ha vuelto material de combate en el intento generalizado por construir una historia popular que cree relaciones de identidad, según Taibo II.

Territorio oscuro

Para Belarmino, la intención que existe en el fondo de este libro “es democratizar el conocimiento de la historia. Esto viene por dos vías: una es que tenga acceso quien es dueño de la historia –que somos todos–, y esta historia hasta este momento nos es sustraída, queriendo o no, por un pequeño grupo de especialistas, o por la historia oficial, de manera que para nosotros el pasado se nos convierte en un territorio absolutamente oscuro, y es nuestro patrimonio, el mismo que la casa que me heredaron mis abuelos, o la carta que dejó mi bisabuela, o la tierra que dejó mi tatarabuelo; el pasado es ese tipo de herencia.

“Pero este tipo de nueva manera de contar la historia es también un nuevo tipo de investigarla, es un modo distinto. En este libro, como en otros muchos que se hacen preguntas que normalmente los historiadores formales no enuncian, es la vida sobre todo desde la cotidianidad y las mayorías. A la historia académica, formal, no le interesan nuestros antepasados, los seres llanos, los del montón, y esto es algo por lo que constantemente se pregunta Cuestión de sangre.

Esta historia “es interesante porque poco se ha escrito de la historia de los vencidos; en este caso fueron los más de cien soldados del Batallón de San Patricio, en un momento en que –como ahora– no había estabilidad económica ni política; tampoco existían políticas públicas que pudieran generar un proyecto de gobierno. No había unidad”.