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El historiador dio a conocer su obra Atlas histórico de México, en la UV

El libro de papel no morirá, sólo permanecerá mediante nuevas formas, manifestó Florescano
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 15 de septiembre de 2009, p. 6

Jalapa, Ver., 14 de septiembre. Luego de definirse como un producto total de la universidad, el historiador Enrique Florescano Mayet calificó de profundamente anormal que los investigadores estén alejados de las aulas, de la enseñanza, en instituciones de educación superior del país.

Ahora los investigadores no enseñan y los enseñantes no investigan, ¿qué es eso?, cuestionó al presentar su libro Atlas histórico de México en el tercer día de actividades de la Feria Internacional del Libro organizada por la Universidad Veracruzana (UV).

Incluso pidió un “cambio total de esa mentalidad (en quienes diseñan los planes de estudios) para investigadores y profesores.

Está y siempre ha estado en nosotros cambiar el mundo y, en este caso, el mundo pequeño que es el salón de clases, aseguró durante una charla ofrecida junto con la escritora Celia del Palacio.

Por fortalecer la enseñanza

Florescano afirmó que ni la historia, ni los libros ni la enseñanza están reñidos con la modernidad, hoy conocida como la globalización; al contrario, “se deben valer de nuestros instrumentos tecnológicos y de comunicación para difundirlos y acercarlos a las nuevas generaciones.

Es necesario enseñar la historia nacional, claro que sí, y más en una nueva situación global. La globalidad llegó para quedarse y ahora lo que tenemos que hacer es aprender y adaptarnos a esas tecnologías para fortalecer la enseñanza.

Tampoco el mundo global está reñido con el estudio de las historias nacionales y, sobre todo, de la identidad de cada pueblo, añadió.

Hay que usar esos instrumentos para fortalecer, salvaguardar y defender la identidad local y nacional, y ahí el papel de los historiadores es fundamental, pues no sólo hay que recolectarla y redactar, sino transmitirla bien para que las nuevas generaciones la asimilen, explicó.

En este mismo contexto, el autor de El mito de Quetzalcóatl respondió a la pregunta sobre el futuro del libro de papel y recordó que su muerte ya fue pronosticada desde que apareció la televisión y se repite ahora con Internet.

Lo cierto es que no morirá, sino que va a permanecer en nuevas formas y nuevos sistemas de comunicación; es más, las generaciones jóvenes (en un futuro inmediato) ya vivirán con el libro electrónico, pero al fin libro.