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Trasnacionales, tras el preciado litio boliviano

Firme plan de Evo Morales para mantener el control del cuantioso recurso en el salar de Uyuni

 
Periódico La Jornada
Lunes 5 de octubre de 2009, p. 44

Uyuni, Bolivia, 4 de octubre. Durante décadas el sur de Bolivia atrajo mochileros de todas latitudes en busca del salar de Uyuni, el desierto de sal más grande del mundo.

Sin embargo, quienes ahora hacen el polvoriento viaje en tren y vehículos todo terreno son representantes de empresas mineras y químicas que buscan industrializar el litio que yace bajo su inmensa capa de sal.

La crisis energética y las crecientes preocupaciones ambientalistas obligaron a la industria automotriz a volcarse hacia la fabricación de vehículos eléctricos, algo que parece muy próximo a un explosivo crecimiento tras el perfeccionamiento de la batería de ion de litio.

Más livianas y de mayor rendimiento que sus predecesoras de níquel, las baterías de litio son usadas también para proveer de energía a computadoras portátiles, cámaras digitales y teléfonos celulares.

Pero, en su intento por explotar el litio boliviano, las grandes firmas se han enfrentado con el gobierno del presidente Evo Morales, quien dijo que aceptará socios a condición de que Bolivia reciba 60 por ciento de los ingresos del prometedor negocio.

El Estado siempre tendrá la mayor cantidad de acciones y eso será parte de las negociaciones que debe hacer el ministro (de Minería) con la participación de las fuerzas sociales, expuso el gobernante los primeros meses del año.

El primer mandatario indígena de este país agregó que pretende que Bolivia exporte a mediano plazo no sólo litio metálico, sino baterías de ion de litio y hasta automóviles, algo inimaginable en un país que apenas está dando pasos para desarrollar una industria siderúrgica. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), Bolivia posee, al menos, 5.4 millones de toneladas de litio de las 12 millones existentes en todo el mundo.

Tras varios tropiezos, el gobierno comenzó en mayo de 2008 la construcción de una planta piloto de 6 millones de dólares para investigar la explotación de carbonato de litio en el salar de Uyuni.

A fin de año (2009) o, en el peor de los casos, a principios de 2010 estará lista la planta, dijo el jefe de la planta piloto, Marcelo Castro, en el sitio donde se levanta la infraestructura, a más de 3 mil 700 metros sobre el nivel del mar y rodeado de un manto de sal de al menos 10 mil kilómetros cuadrados.

Se prevé que la planta produzca unas 500 toneladas anuales de carbonato de litio, además de otros productos.

Esto permitiría a Bolivia definir el diseño de una futura planta industrial, con la que espera producir a mediano plazo 30 mil toneladas anuales de carbonato de litio.

El vecino Chile, primer productor mundial de carbonato de litio, procesa actualmente unas 40 mil toneladas anuales y copa más de 40 por ciento del suministro global.

Según analistas, Bolivia no lograría sus metas de producción de litio sin el apoyo de la empresa privada.

El gobierno abrió conversaciones con firmas como las japonesas Sumitomo y Mitsubi- shi y una sudcoreana. Sin embargo, el que lleva la delantera es el grupo francés Bolloré.

Los franceses han hecho una propuesta que ahora queremos recibirla por escrito. Han asimilado la política del gobierno de industrialización en el país, en el salar (de Uyuni), manifestó el ministro de Minería, Luis Alberto Echazú.

Para el jefe de la Planta Piloto, Marcelo Castro, el litio es la gran oportunidad que tiene Bolivia para salir de la pobreza. Financieramente (la explotación del litio) será un gran triunfo para el Estado Plurinacional de Bolivia, pero ambientalmente es un triunfo para el planeta, sostuvo.

No todos piensan igual. El ex ministro de Minería Jorge Espinoza aseguró que (el salar de Uyuni) tiene varias desventajas frente a sus otros competidores como, por ejemplo, el salar de Atacama, en Chile.

Espinoza explicó que la concentración de litio en la salmuera de Atacama es de .15 por ciento por litro, mientras que en Uyuni es de .035 por ciento.

“Además, para procesar el litio, éste debe ser bombeado a las piscinas de evaporación. Y la evaporación en el salar de Uyuni es menor (a la de otros salares) por el clima frío. Por si fuera poco, el magnesio –que frena la evaporación– tiene una mayor concentración en las salmueras de Uyuni”, dijo Espinoza.

Según la consultora en energías renovables Meridian International Research, si bien es cierto que el salar de Uyuni es la reserva de litio más grande del mundo, el de Atacama es el depósito mundial de más alta calidad de litio.

Espinoza agregó que otra desventaja para la explotación del litio en Bolivia radica en la falta de infraestructura en y hacia el salar, a más de 700 kilómetros al sudeste de La Paz.

No tenemos carreteras decentes hacia el salar de Uyuni. No hay servicios básicos comola electricidad o el agua. Esos problemas requieren tiempo (para solucionarse). Se pueden superar, pero se necesita tiempo e inversión privada para la infraestructura, consideró