Mar del Plata, 10 de noviembre. Cinco días sin Nora, de Mariana Chenillo, el único filme mexicano que compite por el Ástor de Oro del Festival de Mar del Plata, fue aplaudida en una proyección realizada este martes para la prensa y el público, a la que asistieron los actores Juan Carlos Colombo y Ari Brickman.

La opera prima de Chenillo, de 32 años, comienza cuando Nora, una mujer de unos 60 años que vive sola, se suicida poco antes de a pascua judía. Su ex marido, José Kurtz (interpretado por Fernando Luján), de quien lleva separada 20 años, es quien descubre el cadáver y debe velar por él durante cinco días debido a que el comienzo de la festividad judía no permite hacerlo antes.

De a poco, José, que es ateo y lleva años de cultivar un hondo resentimiento hacia su ex esposa, descubre que ésta planeó perfectamente el momento de su muerte. Y, mientras descubre sus verdaderos sentimientos hacia Nora, deberá lidiar con un rabino, un ayudante de éste, una prima y la empleada doméstica de su ex mujer, en una comedia negra de una profunda sensibilidad.

Si bien la directora no pudo viajar a Mar del Plata, Ari Brickman, quien interpreta a Rubén, el hijo de José y Nora, y Juan Carlos Colombo, quien encarna al Doctor Nurko, hablaron en el festival de la situación del cine mexicano y expresaron su preocupación por el recorte propuesto por el presidente Felipe Calderón a los fondos para el Instituto Mexicano de Cinematografía.

Hacer una película en México es un esfuerzo enorme. Ésta nos llevó cinco años, y uno hace cine más por amor que otra cosa, afirmó Colombo, quien nació en la provincia argentina de San Juan, pero emigró de muy pequeño a México. El actor señaló que si bien algunas medidas acordadas en su país de adopción, como los incentivos fiscales a empresas para que aporten dinero a los rodajes, ayudaron a aumentar la producción de películas, el problema sigue siendo la distribución.

Lo de la Secretaría de Hacienda ha ayudado muchísimo, permitió filmar más. En algún momento, filmábamos apenas seis o siete películas al año y con esta medida la situación mejoró. Lo que no ha mejorado es la distribución de las películas, que está en manos de gente que no es de cine. El productor en México recupera 17 centavos por cada peso que entra; o sea no recupera nunca, hay que meter cuatro millones de personas para recuperar una inversión, señaló.

Brickman comentó que a Cinco días sin Nora le ha ido muy bien en México teniendo en cuenta cómo les va a las películas nacionales en la taquilla, aunque opinó que el principal problema es que las cintas nacionales no cuentan con el dinero suficiente para promoverse como los tanques cinematográficos estadunidenses.

Creo que lo más triste que ocurre es que el público no se entera de que existen las películas, porque la competencia del cine estadunidense es brutal. ¿Cómo el público podrá formarse un criterio de su cine si no se entera ni de que existen las películas?, dijo.

Para Colombo, el público es parte del problema. “No defiende su cine; es capaz de entrar a ver cualquier porquería gringa. Los mexicanos somos profundamente caníbales con nuestro cine; si una película de Estados Unidos es una porquería la toleramos, decimos que es para pasar el rato; si una película mexicana tiene apenas un error la destrozamos. Con lo nuestro somos implacables en la crítica”, insistió.

El filme de Chenillo, que ya recorrió con éxito festivales como el de Moscú, donde obtuvo el premio a la mejor dirección, el de Miami (premio del público), y En Corto, en México (premio a la mejor opera prima), compite con 14 películas, cinco latinoamericanas, por el Ástor de Oro.

Además, la también mexicana Daniel y Ana, de Michel Franco, compite en la sección latinoamericana junto a otras siete películas de Uruguay, Argentina, Colombia y Chile.