Opinión
Ver día anteriorViernes 13 de noviembre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Penultimátum

El reinado de los tríos

A

mediados del siglo pasado, el reinado de los tríos impuso su ley en la geografía mexicana. Nos referimos, como el lector seguramente ya adivinó, a los musicales. Por nombres no quedaron: Los Panchos, Los Tres Ases, Los Diamantes, Las Tres Conchitas, el Guayacán, el Cantarrecio (que dejó sordo a más de un parroquiano), Los Jaibos, los Soberanos, los Costeños. Esa explosión marcó el momento de gloria de una población que resonó en el mundo: Paracho, Michoacán, cuyos sus artesanos fabrican unas guitarras de tan buena calidad que compiten internacionalmente y por eso no alcanzan a cubrir la demanda de los ejecutantes. Seguramente por la abundancia de tríos y fabricantes de guitarras los presidentes de entonces se ufanaban de crear empleos por miles y evitar así la pobreza extrema y el ambulantaje.

Todo apunta a que, animados por ese ejemplo creador, los que deciden el otorgamiento de los premios nacionales cada vez más recurren a la práctica de distinguir a más de uno. Igualmente parecen ser de la opinión de que ya no tiene validez la expresión de que es mejor solo que mal acompañado. Por eso ahora premian a tríos, como acaba de ocurrir con el correspondiente a la rama de literatura. Y con la novedad de que los próximos años la premiación será, progresivamente, para quintetos, sextetos hasta concluir con coros y una filarmónica de reconocidos.

Pero esa práctica hace ya escuela. En fuentes generalmente bien informadas logramos saber que los dirigentes de los dos principales partidos políticos del país (y que en sus prácticas y decisiones se limitan a uno) estudian ahora una auténtica reforma del Estado. No solamente para que haya real democracia y más empleos, sino para poder repartir numéricamente las culpas del mal gobierno.

Así por ejemplo, en vez de uno, habrá inicialmente tres presidentes, en lo que se llamará La silla de tiempo compartido. Se tendrá igual número de secretarios de Estado, gobernadores, presidentes municipales, cámaras de Senadores y de Diputados. En el ámbito privado, tres o más directores de una misma empresa. Hasta tres Señoritas México y tres campeones de futbol y de box (en sus distintas categorías). También, en el caso de crímenes, habrá tres culpables aunque sólo probadamente haya sido uno; tampoco un hijo único podrá ya recibir solo su herencia: deberá compartirla con otros dos perfectamente desconocidos para él; nadie podrá recibirse con una tesis profunda si no se reciben al mismo tiempo dos de quienes ni siquiera hayan cursado la misma carrera; nadie podrá morir en una balacera si no se junta con otros dos para que la defunción sea triple. Y así sucesivamente.

El tres ha llegado a nuestras vidas, y tú, lector, júntate con otros dos para que leas con provecho esta columna.