Información de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en ingles) proporcionada al gobierno del presidente Felipe Calderón permitió la ubicación, en la ciudad de Tijuana, Baja California, de lo que ha sido calificado por autoridades mexicanas como el narcotúnel más grande de la historia del país, y que presuntamente fue mandado a construir por operadores del cártel de los hermanos Arellano Félix.

Este jueves, en el centro de mando de la Policía Federal (PF) en Iztapalapa, fueron presentados a los medios de comunicación 11 sujetos que laboraban en la construcción del túnel de casi 300 metros de longitud. La mayoría de los arrestados son albañiles o empleados de la empresa donde se construía el pasadizo. Otros dos detenidos no fueron exhibidos ante las cámaras de televisión debido a que son menores de edad.

Ramón Pequeño García, jefe de la División Antidrogas de la PF, informó ayer en conferencia de prensa que el túnel contaba con un sofisticado sistema electrónico.

El pasadizo tiene 270 metros de largo e iniciaba en las instalaciones de una bodega de abarrotes ubicada en la calle José Gálvez, en la delegación Mesa de Otay, Tijuana. Su acceso fue acondicionado desde el baño de la bodega donde fue instalado un sistema hidráulico que movía una de las paredes para entrar al túnel.

Pequeño García destacó que la construcción, a 30 metros de profundidad y habilitada con instalación eléctrica, aire acondicionado y línea telefónica, llevaba 2 años y estaba a 50 metros de lograr su salida a territorio estadunidense.

El pasado miércoles, la DEA informó mediante un comunicado que el túnel estaba equipado con un elevador, pero todavía no contaba con una salida en suelo estadunidense.

Los detenidos quedaron a disposición de la fiscalía antidrogas de la Procuraduría General de la República (PGR).