Moscú, 4 de diciembre. Al menos 100 personas murieron y otras 139 resultaron heridas en una explosión accidental de fuegos artificiales en un café de la ciudad rusa de Perm, en los montes Urales, lo que causó pánico y una estampida entre los clientes, informaron la policía y las autoridades locales.

El accidente fue causado por la violación de las instrucciones para lanzamiento de juegos pirotécnicos, dijo Vladimir Markin, investigador de la fiscalía rusa en declaraciones a Interfax, y descartó un acto terrorista.

No estamos hablando de un ataque terrorista sino de un fallo en el cumplimiento de las regulaciones de fuego, dijo la agencia de noticias Itar-Tass, tras citar al portavoz de la unidad investigadora de la fiscalía general.

La explosión ocurrió en el café el Caballo Cojo en Perm, indicó la agencia Interfax tras entrevistar a un funcionario de la policía.

Además, más de 60 personas fueron hospitalizadas de urgencia por la intoxicación que sufrieron y otras por el pánico que se desató en el local a consecuencia de las llamas, indicó un responsable regional de los servicios de urgencia.

Según las fuentes, la catástrofe podría haber sido causada por la explosión accidental de un cohete de fuegos artificiales, que creó un movimiento de pánico y una estampida en el café.

La mayoría de las víctimas fatales fallecieron por intoxicación por monóxido de carbono.

La explosión se produjo a las 23.15 horas en el Caballo Cojo, que algunas agencias citan como club nocturno, donde había reunidas al menos 300 personas, en su mayoría empleados del lugar y sus familias que festejaban el octavo aniversario del negocio.

Perm se encuentra a unos mil 400 kilómetros al este de Moscú, con una población de un millón 200 mil habitantes y es la sexta ciudad más grande de Rusia.

Un balance anterior hablaba de 76 muertos, cifra que había ido aumentando conforme progresaban las investigaciones en curso.

La detonación destruyó el establecimiento, ubicado en el centro de Perm. El canal de televisión ruso Vesti-24 mostró imágenes de cuerpos que eran apilados en una calle en las afueras del local.

La explosión se produjo luego de un ataque con bomba la semana pasada, que mató a 26 personas y dejó más de 100 heridos en un tren expreso que iba de Moscú a San Petersburgo. Militantes islámicos chechenos se adjudicaron la responsabilidad por aquel asalto.