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La investigación ofrece una alternativa a la terapia conductual que se apoya en fármacos

Desarrollan nuevo tratamiento para terminar con las fobias

Se trata de erradicar un temor abrumador, mediante la manipulación del recuerdo original, dice estudio publicado en Nature

El momento en que se interviene al paciente es crucial, explica

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Los científicos sugieren que mediante una terapia conductual sin métodos invasivos es posible terminar hasta con los peores miedos, como a las arañas, uno de los más comunesFoto Luis Humberto González
The Independent
Periódico La Jornada
Viernes 11 de diciembre de 2009, p. 2

El miedo se ha eliminado por primera vez de la mente humana en una serie de experimentos pioneros que podrían abrir el camino hacia el tratamiento de una variedad de fobias y desórdenes de ansiedad mediante terapia conductual, en vez de drogas.

Un equipo científico ha logrado bloquear selectivamente pensamientos de miedo, al interferir con la forma en que los recuerdos son reconsolidados por el cerebro. El hallazgo podría conducir a nuevas formas de tratar a miles de personas cuyas vidas están baldadas por el miedo y la ansiedad, relacionados con fobias y recuerdos que se remontan a muchos años.

La investigación, financiada por el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, podría ofrecer una alternativa de tratamiento al uso actual de fármacos, los cuales tienen efectos secundarios. El estudio sugiere que es posible erradicar un miedo abrumador mediante una terapia conductual relativamente sencilla.

Los intentos anteriores de disipar recuerdos que causan temores se han apoyado en intervenciones farmacológicas. Nuestros resultados sugieren que tal vez esas técnicas invasivas no sean necesarias. Mediante una intervención más natural se logra una forma segura de prevenir el retorno del miedo, señaló Elizabeth Phelps, de la Universidad de Nueva York, quien encabezó el estudio, publicado en la revista Nature.

La terapia conductual tradicional implica exponer a las personas a una fobia, por ejemplo mostrar en condiciones seguras una araña a los aracnofóbicos. La nueva investigación va un paso más allá, al disparar deliberadamente un recuerdo que causa temor y tratar de interferir con la forma en que se restaura o reconsolida en el cerebro dentro de los minutos u horas críticos posteriores al momento en que fue revivido.

La doctora Phelps indicó que es un tratamiento muy similar al convencional, pero la diferencia clave radica en la selección del momento. Al poner atención en la forma en que se almacenan los recuerdos podemos, quizá dirigir la terapia al objetivo, cambiando el momento de la intervención, explicó.

La idea no es crear un nuevo recuerdo diciendo que la fobia en cuestión es segura, sino recuperar el recuerdo original y manipularlo cuando es restaurado o reconsolidado, para mostrar que ya no es peligroso, precisaron los científicos.

Nuestra investigación sugiere que durante el tiempo de duración de un recuerdo existen ventanas de oportunidad en las cuales se vuelve susceptible a ser cambiado en forma permanente. Pero al entender la dinámica de la memoria podemos, a la larga, abrir nuevas avenidas de tratamiento para trastornos que implican recuerdos emocionales anormales, observó Daniela Schiller, catedrática posdoctoral de la universidad y directora del estudio.

Los hallazgos provienen de trabajo con ratas de laboratorio que mostró la posibilidad de eliminar el miedo a un sonido en particular, asociado a un toque eléctrico. Esto se pudo lograr mediante tratamiento de extinción, en el cual se expuso repetidas veces a las ratas al tono, pero sin toques eléctricos.

Lo esencial, sin embargo, fue el momento del adiestramiento. El miedo al sonido sólo se borró de las ratas que fueron adiestradas después de un intervalo de unos minutos, pero no más de pocas horas después de que se revivió el recuerdo.

El estudio más reciente, en voluntarios humanos a los que se aplicaron toques eléctricos a la vez que se les mostraban tarjetas de colores, se basó en las pruebas con ratas. Sólo las personas cuyo readiestramiento tuvo lugar dentro de cierta ventana de tiempo, luego de revivir el recuerdo doloroso, presentaron signos de eliminación.

Un año después del experimento, 19 de los voluntarios tomaron parte en pruebas posteriores. Los que habían recibido adiestramiento más de seis horas después de que se revivió el recuerdo aún mostraban signos de miedo hacia las tarjetas de color. Los que fueron adiestrados dentro de la ventana de tiempo no mostraron signos de miedo, lo cual indicó que el recuerdo se había erradicado.

El momento del tratamiento puede tener un papel más importante en el control del miedo de lo que se había apreciado anteriormente. Nuestra memoria refleja la recuperación más reciente del recuerdo, más que un recuento exacto del suceso original, señaló la doctora Phelps.

Esto significa que podemos elegir la ventana de tiempo en la que sabemos que el recuerdo se reconsolida. En términos de terapia conductual, serán cambios sutiles en la forma de aplicarla, pero esperamos que tendrá resultados dramáticos, expresó.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya