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Envidio a los japoneses y la extrema claridad que tiene su trabajo, escribió Van Gogh en 1888

Crece la fascinación por las historietas manga en Europa

Las librerías de Amsterdam, Bruselas, París y Roma han extendido sus secciones de estos cómics y tienen cientos de títulos en distintos idiomas

Los jóvenes las visitan como parte de su vida social

Foto
Las imágenes corresponden a Amsterdam, Holanda, y Duesseldorf, AlemaniaFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Lunes 28 de diciembre de 2009, p. a10

Amsterdam, 27 de diciembre. Para comprender la creciente fascinación de Europa por los inocentes de ojos grandes y los barrocos demonios de los libros japoneses de caricaturas conocidos como manga, habría que remontarse a finales del siglo XIX.

Envidio a los japoneses y la extrema claridad que tiene todo en su trabajo. Nunca es aburrido, y nunca parece estar hecho apresuradamente, escribió el artista Vincent Van Gogh a su hermano Theo, en 1888.

Van Gogh, cuya pintura vívida y de trazos audaces ahora resulta instantáneamente reconocible, copió algunas planchas xilográficas japonesas de Utagawa Hiroshige, que son consideradas precursoras del manga, que se traduce aproximadamente como gráfica de forma libre.

Su trabajo es tan simple como respirar, y hacen una figura con unos pocos trazos certeros con la misma facilidad y sencillez como abrocharse un abrigo, escribió Van Gogh.

Con gruesas líneas negras y colores detallados, las imágenes de Hiroshige eran delicadas. La obra de Van Gogh de 1887 que representa un ciruelo en flor, copia de una pintura de Hiroshige, está expuesta en el museo Van Gogh, de Amsterdam.

Si se avanza rápidamente pasando por la era industrial y nuclear, el poderío cultural de Estados Unidos y la subsiguiente reacción contra Mickey Mouse, el atractivo de los hiperbólicos personajes de caricaturas resulta lógico para una generación de europeos.

Los adultos jóvenes son un mercado creciente en el sector editorial: si entramos a una librería en una ciudad europea un viernes o sábado por la tarde, encontraremos adolescentes apiñados frente a la estantería de historietas, una imagen casi inexistente hace algunos años.

Imágenes en Alemania

En Immermannstrasse, en la ciudad alemana de Duesseldorf, una avenida bordeada por comercios para la población japonesa de la ciudad, hay una escena que podría provenir directamente de Harajuku, en la que se congregan los jóvenes de Tokio, excepto que el carnicero al otro lado de la esquina vende salchichas.

Adolescentes alemanes vestidos de estrellas de rock gótico japonés, con cabello multicolor y grueso delineador, se mezclan con japoneses en edad escolar en una librería de esta calle, riéndose al entrar en cabinas, en las que se toman fotos instantáneas, que la gente decora e imprime en forma de autoadhesivos.

Tienen algo especial, dijo Berenike Schmoldt, cuya fascinación por el manga ha convertido a esta adolescente alemana en una completa japonófila a los 17 años, durante un paseo de viernes junto a sus amigas. Paso horas cada semana leyéndolas, dijo la joven.

Ya hablando japonés básico con fluidez, ella visitará este mes por cuarta vez Japón para absorber su cultura, comer su platillo favorito, yakisoba, de fideos fritos y leer manga.

Es una escena que se reproduce en Amsterdam, Bruselas, París y Roma: las librerías locales han extendido sus secciones de manga y cuentan con cientos de títulos en francés, holandés e italiano. A menudo sin tarjetas de crédito para comprar por Internet, estos adolescentes visitan las tiendas como parte de su vida social.

Es algo que es mucho más que una moda, dijo Paul Gravett, editor y experto en historietas en Europa.

“El término manga se está convirtiendo en una palabra internacional”, agregó Gravett.

Las ventas de libros de manga han caído en Japón en los años recientes, pero han crecido en otros países, particularmente entre los jóvenes europeos, quienes consumen títulos como Naruto, Canasta de frutas y Nota mortal, con el mismo apetito que la generación anterior mostró por Las aventuras de Tin Tin y Las aventuras de Asterix.

Fronteras creativas

Incluyendo a menudo movimientos que se extienden por toda la página, los artistas manga gustan de trascender las fronteras creativas, inventar mundos completamente diferentes o profundizar en las emociones humanas.

Las historietas son leídas de derecha a izquierda y están impresas principalmente en blanco y negro sobre páginas más pequeñas que las europeas, que usualmente son a todo color.

Se estima que el mercado de las historietas manga en Europa es de 56.5 millones de dólares, según los datos más recientes de la Organización de Comercio Exterior de Japón (JETRO, por sus siglas en inglés).

Esta es sólo una fracción de los 5 mil 300 millones de dólares del mercado del manga en Japón, pero su potencial podría ser enorme: los 500 millones de habitantes de Europa hacen que los 126 millones de Japón parezcan pocos.

Allí donde el manga podría alguna vez haber lucido distintivamente japonés o extraño, ahora está adentrándose en el segmento dominante.

Mientras los ejecutivos en Asia exploran su potencial para la colocación de productos, la embajada japonesa en Londres organizó una competencia de manga el año pasado para reclutar talentos fuera de las fronteras del país.

A principios de este año, dos de los tres principales editores de Japón, Shogakukan y Shueisha, lograron mayor control de sus redes manga y animé en Europa, al comprar al distribuidor de animaciones KAZE, así como a su subsidiaria VIZ Media, para capitalizar la demanda.

El grupo Disney-ABC Cable Networks anunció en septiembre un acuerdo con VIZ para llevar una serie de Naruto al público de la televisión en Estados Unidos.

Es ciento por ciento seguro que el manga se establecerá durante largo tiempo, dijo Cedric Littardi, presidente de KAZE, con sede en París.

“El público lector de manga crece en cantidad de personas cada año en cada uno de los países de Europa”, agregó Littardi.

En Japón, las historietas son omnipresentes, leídas por jóvenes y adultos por igual, con géneros que cubren todo el espectro. Desde fantasía y pornografía hasta arqueología, gastronomía, prescolar y estrategia comercial, deja pocos temas sin explorar.

Mientras las historietas de Tin Tin ofrecen complejas tramas de suspenso que todavía pueden cautivar a adultos, Nota mortal, del escritor Tsugumi Ohba y del artista de manga Takeshi Obata, es de suspenso sicológico amigablemente complejo, que se extiende a 108 capítulos.

El desafío es obtener la serie más solicitada del momento, dijo Peter Langedijk, comprador de títulos en la librería ABC de Amsterdam. Actualmente en el primer lugar de su lista está Caballero vampiro, junto a favoritos de siempre, como Dragon Ball y Naruto.