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Italia continúa sin tener un narrador de historias de la importancia del genio de Rímini

El polémico y fascinante Fellini habría cumplido hoy 90 años

El sexo, la comida y hacer películas, su pasión

La dolce vita, Ocho y medio, La strada, El jeque blanco, algunas de sus cintas

Instalaciones pomposas y altos costos, marca de los filmes

 
Periódico La Jornada
Miércoles 20 de enero de 2010, p. 8

El séptimo arte le debe una serie de películas únicas y atrevidas. Son sólo un puñado los directores que han podido hacerse de un lugar en el olimpo de los cineastas, como Federico Fellini, quien despuntaba no sólo por su estampa mayestática y por recibir decenas de premios por su obra.

Sus filmes La strada, Los inútiles o Satiricón son desde hace tiempo clásicos del corpulento y genial director oriundo de Rímini, quien este 20 de enero habría cumplido 90 años. Fellini, convertido en un mito aún en vida, murió el 31 de octubre de 1993 en Roma. El vacío que dejó es inmenso, en su país sigue sin haber un narrador de historias de su calibre.

Italia echa de menos a Fellini. Su voz, crítica con la publicidad y los medios, se apagó para siempre justo cuando el magnate mediático Silvio Berlusconi empezaba su carrera política y cuando la televisión tenía ante sí innovaciones intempestivas, algunas bastante cuestionables. El acróbata entre sueño y realidad representa una época dorada extinguida hace mucho tiempo en el cine italiano.

Pero Fellini también causaba polémica, algo que buscaba intencionalmente. Cuando La dolce vita llegó a las salas italianas en 1930 hubo ovaciones, pero también silbidos e incluso una ristra de imprecaciones. La cinta, poblada de excesos, un liberalismo desatado y varias parodias, fue un escándalo al que siguieron varios más.

Adorado en su país como una estrella del pop, Fellini, al que sus fans llamaban también FeFe, escribió varios capítulos de la historia cinematográfica del siglo XX con cintas como Amarcord o Casanova. Sus 25 filmes rodados hasta 1990 dejan muchos enigmas, ya que el genio de Rímini siempre se escabulló de cualquier interpretación fija.

Historias de nuestras vidas

Creemos que vemos sólo una película, pero en realidad es la historia de nuestra vida, dijo alguna vez el escritor Italo Calvino para explicar por qué la obra de cuatro décadas sigue causando fascinación. Las imágenes barrocas, las escenificaciones circenses y las mágicas secuencias de sueño continúan surtiendo efecto.

Fellini recorrió un largo camino desde el neorrealismo italiano de Roberto Rosellini (Roma, ciudad abierta, 1945) hasta las orgías de escenas surreales, poéticas y grotescas de sus obras posteriores. El desbordante ingenio del director rindió frutos. Fellini recibió el León de Oro de Honor en Venecia y el premio del cine europeo por toda su obra, antes de que le fuera concedido un Óscar honorífico que recibió de manos de Marcello Mastroianni pocos meses antes de su muerte.

Foto
Federico Fellini marca la escena a Marcello Mastroianni en La cittá delle donne, cinta de 1979, en imagen deTazio SecchiaroliFoto Tomada del libro Tazio Secchiaroli, greatest of the paparazzi, editado por Abrams

No era una coincidencia. El actor italiano asumió el papel del paparazzo inescrupuloso en la La dolce vita, así como los protagónicos en Ocho y medio, de 1963, y Ginger y Fred, de 1986.

Ocho y medio es una película en la película, una reflexión sobre el trabajo de la dirección cinematográfica, galardonado con un Óscar, y Ginger y Fred cuenta la rutina diaria de dos bailarines en la televisión, conocidos por su pasado como dobles de los actores Ginger Rogers y Fred Astaire. Fellini escenificó en la cinta la enajenación del artista en la incipiente época de la televisión comercial, un tema más actual que nunca.

La protagonista femenina de sus filmes fue a menudo su esposa, Giulietta Masina, quien dio trazos muy humanos a su representación de la pobre e inocente Gelsomina en La strada, de 1954. La película dio a ambos fama mundial de la noche a la mañana.

Masina padeció siempre las infidelidades de su esposo, quien decía que el sexo, la comida y hacer películas eran sus pasiones. Aun así consideraba a su esposa el hada madrina de su vida.

Fellini, hijo de un comerciante, probó primero suerte como periodista, redactor y caricaturista, más adelante empezó a trabajar de guionista. Las instalaciones pomposas y los altos costos se convirtieron en la marca del cineasta, cuyos filmes llevaban en el título a menudo su propio nombre.

Ciclo en el Canal 22

Por eso y otras cosas es considerado uno de los mejores directores de todos los tiempos, y para rendir homenaje a su invaluable aportación Canal 22 presenta el ciclo 90 aniversario de Federico Fellini.

Como parte de este reconocimiento Canal 22 ha transmitido las películas El jeque blanco, Las noches de Cabiria y Julieta de los espíritus. Para el 23 de enero cierra con Los payasos (1970), a la media noche.

De esta manera, Canal 22 rinde homenaje en su 90 aniversario a un cineasta provocador que logró consolidar un estilo propio, integrando universos y personajes que rompieron con la realidad del cine de la posguerra.

Federico Fellini mostró un mundo imaginario que impactó a la audiencia, al invitarla a experimentar sensaciones a veces atractivas y sensuales, otras extrañas y aberrantes, pero que sin duda revolucionaron la industria cinematográfica.