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Por la falta de recursos, vecinos improvisan viviendas dentro de casas

Inundaciones revelan marginación de miles de personas en El Arenal

Familias arrinconan a los adultos mayores o los obligan a compartir recámaras

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En la cuarta sección de la colonia El Arenal se detectaron viviendas construidas dentro de otras casasFoto Carlos Ramos Mamahua
 
Periódico La Jornada
Sábado 13 de febrero de 2010, p. 29

El agua, que alcanzó en algunas calles más de un metro de altura, no sólo sacó a flote toneladas de basura y lodo, también exhibió la marginación en que viven miles de personas en la cuarta sección de la colonia El Arenal, delegación Venustiano Carranza, quienes, ante la falta de recursos para alquilar una vivienda, construyen en las casas o en el recoveco de algún pasillo, improvisados cuartos de cartón en los que apenas cabe de pie una persona de complexión mediana.

Al traspasar la puerta de una vivienda de la calle Moctezuma aparecen otras casas, construidas en los pasillos, otras más fragmentan una habitación. Algunas apenas rebasan el metro de ancho.

El secretario de Desarrollo Social del DF, Martí Batres, comentó que entre viernes y sábado llegó a uno de los cuatro albergues que se instaló en la colonia un hombre mayor. “Se le preguntó dónde vivía y lo acompañamos con la idea de buscar a sus hijos. Era una casa de cartón construida al interior de otra, en la zona conocida como Casitas”.

Otro caso es el de los adultos mayores a quien su familia arrincona en el último cuarto de la vivienda.

Personal del Instituto para la Atención del Adulto Mayor (IAAM) narró algunos de los casos en que se encuentran las mil 6 personas que viven en El Arenal.

Encontramos a un anciano al que sus hijos dejaron en la parte baja de la casa, que estaba inundada, mientras ellos estaban arriba. Aunque también hay quienes, ante la falta de espacio, comparten la habitación con algún miembro de la familia.

En el cuarto de doña Angélica, de 101 años de edad, el agua subió más de un metro, no se podía quedar ahí por la humedad, mientras se seca duerme con un nieto, refirió Ana Gamble, coordinadora del área de gerontología del IAAM.

Ayer fue el décimo día consecutivo que el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, fue al Arenal. A diferencia del pasado viernes, ya no hay calles inundadas ni gente durmiendo en el techo. Las peticiones y agradecimientos de los vecinos han desplazado a los reclamos. ¿Cuándo van a venir los de la aseguradora, licenciado? Ayer, estuvimos cuatro horas esperando y nada. ¿Nos podrían ayudar a arreglar las bardas?, las banquetas se nos levantaron.

Dónde vive?, pregunta Ebrard Casaubon, e instruye a los secretarios de Finanzas, Mario Delgado; de Obras, Fernando Aboitiz; de Protección Civil, Miguel Elías Moreno Brizuela; de Salud, Armando Ahued; al oficial mayor Adrián Michel, o a la directora del IAAM, Rosa Icela Rodríguez, según sea el caso, para que atiendan de inmediato al vecino o vecina.

Recorre la calle Xote, entre Xalpatlahuac y Xocoyote, donde arranca la jornada de pintar fachadas. Ebrard Casaubon toma una brocha, al igual que sus funcionarios, y comienza a pintar una pared de color beige.

Un par de señoras se abre paso entre la gente, para estrechar su mano. Sea bienvenido, porque usted sí es bienvenido, no como otros, dice una de ellas en alusión al reclamo que la víspera le hizo al presidente, Felipe Calderón, Luz María Dávila, quien perdió a sus hijos Marcos y José Luis Piña en la matanza de 15 jóvenes, el 31 de enero en Ciudad Juárez. Ojalá y usted sea el próximo presidente, remata.

Más atrás, otra recrimina a su vecina que no le haya pedido al mandatario local apoyo para reparar el piso. Dile tú, a mí no se me botó, revira. Que nos manden fumigación, porque ya están saliendo las ratas, mi perro mató una, comenta otra mujer. “¿De veras?, pregunta el secretario de Finanzas, sí, si quiere se la enseño.