Grupos de sicarios de los cárteles del Golfo y Zetas han sostenido enfrentamientos en los recientes cuatro días en los municipios de Xicoténcatl, Camargo, Valle Hermoso y Miguel Alemán, en la disputa por los territorios para el tráfico de drogas en Tamaulipas, sin que aún se conozca el número de muertos o heridos.

Funcionarios federales revelaron que aunque los medios no han reportado los choques armados, las autoridades han tenido conocimiento de al menos 50 vehículos baleados, con rastros de sangre, que han sido abandonados en las carreteras y calles de algunas comunidades fronterizas con Estados Unidos.

Las fuentes entrevistadas señalaron que los grupos de sicarios han recogido a sus heridos y muertos, sin que las autoridades conozcan el número de personas que han caído en los enfrentamientos que desde finales de febrero sostienen ambas organizaciones, luego de que fue asesinado uno de los operadores de Los Zetas por integrantes del cártel del Golfo.

Ola de enfrentamientos desde el 26 de febrero

Funcionarios tamaulipecos y del gobierno federal indicaron que desde el pasado viernes 26 de febrero habitantes de varias comunidades fronterizas han reportado balaceras que han llegado a durar hasta una hora sin que intervengan policías locales, federales o el Ejército Mexicano.

El 26 de febrero aparecieron en el municipio de Valle Hermoso los primeros vehículos abandonados con rastros de sangre en vidrios, carrocería y asientos, casquillos percutidos en el interior y en la carrocería de las unidades .

En la carretera principal de este municipio fueron encontrados al menos 30 vehículos abandonados a lo largo de un kilómetro de distancia.

Las fuentes consultadas refirieron que los efectivos militares y los policías federales que han sido enviados para combatir el crimen organizado en esta entidad se dedican solamente a recorrer las pricipales zonas urbanas y algunos caminos vecinales.

El sábado 27 de febrero fueron encontrados en brechas del municipio de Camargo más de 20 camionetas baleadas y abandonadas en las que tampoco se reportaron personas muertas, aunque sí rastros sangre.

Para autoridades federales, los dos grupos delictivos han hecho de las brechas y caminos su campo de batalla, y cada banda levanta a sus muertos para limpiar la zona de combate.