Cultura
Ver día anteriorDomingo 18 de abril de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Con breve danza al aire libre concluyó el taller de la japonesa Yumiko Yoshioka

Improvisación butoh en la explanada del Auditorio sorprendió a los transeúntes
Foto
Los cuerpos distorsionados de una veintena de talleristas se movieron dirigidos por la coreógrafaFoto Carlos Cisneros
 
Periódico La Jornada
Domingo 18 de abril de 2010, p. 8

Sorprendidos, los transeúntes de la explanada del Auditorio Nacional pudieron apreciar una breve muestra de danza butoh en los cuerpos libremente distorsionados, desencajados, de una veintena de talleristas dirigidos por la coreógrafa y bailarina japonesa Yumiko Yoshioka.

De ese modo impensado, en un día luminoso y ante la monumentalidad del lugar, Yoshioka concluía un maratónico taller de cinco días impartido en el salón de usos múltiples del Centro Cultural del Bosque.

Ahí, en la explanada, los talleristas, venidos no sólo del mundo de la actuación y la danza, sino también de otros oficios y profesiones ajenas al arte del movimiento, pudieron hurgar en su interior y hacer aflorar algunas luces y sombras que habitan a todo ser humano.

Recostados primero en la fuente-cascada y diseminados después por esa zona, los bailarines mezclaban sus improvisaciones con las discretas indicaciones de su mentora, para formar en lo individual y lo grupal varias escenas que atrapaban la atención de los espectadores.

Yumiko Yoshioka radica en Alemania y ha visitado varias veces México gracias a la labor de promoción de la actriz y bailarina Marina Vera, cabeza del Grupo Cromos de la Niebla. La visita anterior sucedió en 2006, cuando la coreógrafa y bailarina japonesa, aparte de impartir sus talleres, se presentó en el teatro de la Danza.

En esa actuación, Yoshioka extrajo de su interior y del interior del público diversas criaturas, emociones y reflexiones agazapadas en su memoria, en un arte que oscila entre lo grotesco y la belleza más refinada, producto de la exploración en lo más profundo del ser.

Entrevistada luego de la breve muestra colectiva de butoh, Yoshioka comentó que disfrutó mucho el taller, porque los mexicanos son muy apasionados, dan mucho de sí mismos y eso fue una fuente de inspiración para mí.

Acerca del performance, comentó que no se trató de una historia con una estructura lineal, pues sólo tuvieron cinco días para prepararlo. Fue más que nada una improvisación en la que celebramos la vida.

Yoshioka se mostró satisfecha con la presentación final en la explanada, pues, dijo, las personas pudieron ser libres y no sólo dieron lo que enseñé en el taller, sino que se permitieron disfrutar cosas que traían dentro de sí.

Marina Vera comentó que la técnica de Yumiko Yoshioka se denomina resonancia del cuerpo. La bailarina japonesa explicó: Nuestro cuerpo tiene mucho potencial y memorias. No sólo personales, sino ancestrales: la memoria de la evolución humana, la animal, la cósmica. Venimos de elementos como el aire, el agua, el fuego, y eso está dentro de nosotros. Somos parte del macrocosmos, pero también tenemos nuestros microcosmos internos. Somos parte de ambos.

Pero Yoshioka agregó que en la vida cotidiana se tiene una existencia muy limitada del ser, y como resultado tenemos en nuestro cuerpo mucha tensión innecesaria. Por eso lo que busco en mis talleres es quitar esa tensión y que toda la memoria que tenemos en nuestro cuerpo pueda expandirse de manera ilimitada y brindarse.

Una de las talleristas, la modelo, bailarina y actriz Norma Flores, dijo que le interesó adentrarse en la danza butoh porque el movimiento surge no por la forma, como en Occidente, sino por el contenido. Se genera, agregó, desde el centro del cuerpo y no se busca la belleza, sino la expresión interna de quien baila.