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El juez, en el banquillo
Cientos de miles externan en España su apoyo a Garzón

Las víctimas de la represión y sus familiares, los protagonistas

Falange, en contramanifestación radical frente al Tribunal Supremo

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Miles de manifestantes portaron carteles con las fotografías de cientos de víctimas de la dictadura del general Francisco Franco, en tanto que en las pancartas mostraron con nitidez el sentir de la sociedadFoto Ap
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La escritora Almudena Grandes y el cineasta Pedro Almodóvar, entre las personalidades que acudieron a la protesta en MadridFoto Reuters
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Cientos de miles de personas durante la movilización contra la impunidad en las calles madrileñasFoto Notimex
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 25 de abril de 2010, p. 2

Madrid, 24 de abril. Bajo el grito unánime y rotundo de no a la impunidad, decenas de miles de personas se manifestaron hoy en las calles de Madrid y de otras ciudades del país, en una movilización convocada para solidarizarse con el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, procesado por prevaricación por intentar juzgar los crímenes de la dictadura fascista de Francisco Franco.

Las víctimas de la represión y sus familiares fueron los protagonistas de una movilización internacional, en la que destacaron amplios sectores de republicanos ondeando sus banderas, y todos, a una sola voz, criticando con dureza la actuación de la justicia española y su cariz abiertamente franquista.

Contra la impunidad del franquismo, en solidaridad con las víctimas, rezaba una de las pancartas tras la cual marchaban algunos actores y escritores como José Sacristán, Pilar Bardem, el hispanoargentino Juan Diego Botto y el cineasta Pedro Almodóvar.

Se escuchaban también consignas clamando por la derogación de la ley de amnistía que no permite investigar los crímenes del franquismo.

Las miles de personas que se manifestaron en Madrid recorrieron desde la plaza Cibeles hasta la Puerta del Sol, mientras coreaban consignas como Verdad, justicia y reparación o Más jueces como Garzón. La mayoría portaba fotografías en gran formato con los rostros en sepia de algunas de las centenares de miles de víctimas de la dictadura.

Destacaban entre esos rostros desde Federico García Lorca, el poeta asesinado por las milicias falangistas en un barranco de Granada, hasta figuras como Sánchez Mejías. También se leían mensajes que resumían con nitidez el sentir de una parte de la sociedad ante este proceso: España al revés: corruptos y fascistas juzgan al juez. O, aún más rotundo: Justicia, 0-Franquismo, 1.

Cuando la cabecera de la manifestación llegó a la Puerta del Sol comenzaron las breves intervenciones, entre ellas la de un representante de Human Rights Watch, que insistió en sus tesis de que este proceso supone un retroceso enorme en las democracias europeas, por lo que exigió sentido común y cordura a las instituciones españolas y a las europeas.

Después habló el poeta Marcos Ana, quien sufrió en carne propia la dureza del régimen franquista, pues estuvo más de 30 años encarcelado y, pese a todo, nunca dejó de escribir versos ni de recitar los de otros compañeros que también fueron victimados, como el propio García Lorca o Miguel Hernández, quien murió en una cárcel miserable del franquismo, enfermo y sin atención médica.

El historiador británico Ian Gibson calificó la manifestación de histórica; no es un acto de revancha sino de justicia. La derecha se equivoca al decir que reabre heridas, pues nunca estuvieron cerradas.

La causa

La causa abierta contra el magistrado Baltasar Garzón por el Tribunal Supremo, en concreto por el juez Luciano Varela, ha despertado en la sociedad española una cuestión pendiente: la situación de las víctimas y sus familiares desde la restauración de la democracia, en la que llevan décadas luchando por resarcir el nombre de sus allegados –muchos de ellos ejecutados, torturados o exiliados por el régimen franquista– o, al menos, recuperar sus restos mortales.

En España se calcula que hay unas 30 mil fosas comunes con más de 100 mil personas enterradas anónimamente, a pesar de que muchos de sus familiares han reclamado ayuda al Estado para encontrarlos y darles una sepultura digna.

El único juez que intentó abrir una vía legal para juzgar estos crímenes y ayudar a las víctimas para exhumar las fosas fue Garzón, que como respuesta implacable se encontró con un proceso judicial abierto en su contra por un supuesto delito de prevaricación. Para mayor indignación de las víctimas, la querella la presentaron tres organizaciones con evidentes vínculos con el franquismo: la Falange Española, el sindicato de extrema derecha Manos Limpias y la asociación Libertad e Identidad.

Ante tal situación, diversos colectivos y personalidades de la cultura crearon la Plataforma contra la Impunidad del Franquismo, la cual convocó a las manifestaciones que recorrieron hoy las calles de Madrid, Barcelona, Jaén, Valladolid, Las Palmas, Sevilla, Valencia y las concentraciones en diversos países, como México, Argentina, Alemania y Francia. Todas en solidaridad con el juez Garzón, pero también, y sobre todo, contra la impunidad del franquismo.

La protesta en Barcelona concentró a unas 5 mil personas, entre ellas el ex fiscal jefe anticorrupción, Carlos Jiménez Villarejo, quien ha advertido sobre el riesgo latente del resurgir del fascismo español y criticó que actualmente el Tribunal Supremo está en manos de la extrema derecha.

Pese al riesgo de enfrentamiento, las autoridades permitieron una contramanifestación convocada por la Falange Española, que sólo reunió a unas decenas de personas en las puertas del Tribunal Supremo.

No obstante la escasa asistencia, los asistentes se mostraron radicales en sus consignas e incluso advirtieron: Con nuestros caídos no se juega, en alusión a aquel lema franquista de caídos por Dios y por España.

El derechista Partido Popular coincidió con la Falange Española en criticar la manifestación contra la impunidad; incluso su líder Mariano Rajoy afirmó: estamos asistiendo a una campaña brutal y antidemocrática, mientras la presidenta de Madrid, la ultraconservadora Esperanza Aguirre, calificó a los manifestantes de carcamales.