Opinión
Ver día anteriorSábado 3 de julio de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Melón

¿Prenunciar?

C

ada día me sorprende más lo que escucho en la Sabrosita y en Reventón Musical. Hace unas semanas le llamé a una criatura del Señor que tiene varios espacios en la más caliente del cuadrante para preguntarle cómo se pronuncia correctamente el verbo pronunciar, porque a La India, que se autonombra La Princesa de la Salsa, le promueven un número que tal parece la letra es solamente estúpida y siempre al principio del mismo dice prenunciar. Pues, me contestó que no se había dado cuenta.

Quien haya sido el programador demuestra que tiene oído de artillero, y no quiero pensar que fue Manuel Durán, productor de éste y todos los programas, según palabras de esta damita que a veces ejerce de doctora corazón. Para colmo, ahora se sacaron de la manga un adefecio con el nombre de Son sonidero, pero ahora sin El Lobo, que le ponía su estilo muy pintoresco.

En Reventón Musical, mientras un líder nos dice que la música viva siempre es mejor, el otro líder, en compañía del que compuso ¿La guaracha sabrosona?, rinde loas a los sonideros. ¿A quién le creemos? Este espacio, para mi gusto, carece de buena producción y las entrevistas, si así se les puede llamar, son rutinarias. Repito, la música no es sólo lo que se ha vuelto insulso y repetitivo, a parte de que es el arte de bien combinar el sonido y el tiempo, contiene solfeo, armonía, canon, fuga, contrapunto y composición. Así que no quiera dormir al velador, pues tal parece que este programa sólo sirve como trampolín para una diputación porque, pregunto, en un programa musical, ¿por qué dar espacio a Gamboa Pascoe?

Para seguir con lo que me parece carencia de conocimientos y falta de información, en el programa del campeonato mundial de baile la pareja de Estados Unidos participó con La bola, cuyo autor es Alberto Ruiz, tremendo sonero cubano. La primera grabación que llegó a México fue la del Conjunto Casino a finales de los años 40 del siglo pasado. Así que aprovecho para decir salsa, la de mis tacos, porque el que no conoce a Dios, a cualquier barbón se le hinca. Dicho todo esto sin afán de ofender.

El son para mí no sólo es la expresión más bella que conozco: es mi amor y le vivo agradecido, porque me ha permitido vivir sin trabajar más de seis décadas gozando en compañía de soneros de verdad. Cada noche era un derroche de sabor que se extendía por toda la ciudad, porque la mayoría de las agrupaciones eran de alta calidad y se podía ir de un lado a otro de éste Distrito Federal de mis amores, a gozar de una manera espantosa, como dijo El ciego maravilloso.

Sin quitarle un ápice a la calidad de la Sonora Matancera, también hay que rendir pleitesía a todos los grupos que hicieron que el son cubano tomara carta de naturalización en nuestro México. Lo mismo se puede decir de los cubanos que se quedaron a vivir entre nosotros y dejaron escuela, así como los soneros mexicanos que crearon un estilo de ejecutar el son con la propiedad debida.

Aquí, con la mayor amabilidad, le digo al líder entrevistador que no se llama tresillo, su nombre es tres, instrumento que supieron pulsar Pablo Zamora, El Negro Peregrino y, por fortuna, todavía lo hace El Zurdo Pancho González Zarrabal, quienes no fueron estrellas, sino todo el firmamento. En esta época cualquiera se autonombra estrella, sin darse cuenta de que eso se gana, y hay que enseñar los logros para apoyar el dicho. Sin embargo, como dice mi admirado Jacobo Morett, alabanza en boca propia se convierte en vituperio. Además, muchos son los llamados y pocos los elegidos, y cuando no se tiene hay que resignarse, porque eso lo da mamá, no se vende en la botica. O, como decía Celia Cruz, al que Dios se la dio, que San Pedro se la bendiga.

Este, su nagüeriero, anhela que a la mayor brevedad posible surja un grupo que mueva el ambiente y propicie una competencia que haga que salgan agrupaciones que compitan con lo que viene de fuera, pero sin imitar. Recuerden que no todos los que nacen en Brasil son Pelé, ni todos los argentinos son Maradona. Espero que dejen de gritar quién toca, preocúpense por encontrar un estilo propio para que el público los identifique. Créanme que ese es el camino. Admiren, no imiten. Crean en ustedes sin exagerar y, por favor, no se autoadulen, que eso se presta a autoengañarse. Dicho todo esto con mis mejores deseos.

El 9 de julio debutaré, acompañado de mis Lobos, en el restaurante bar Papá Jesú, ubicado en Ayuntamiento 161, esquina Bucareli, Centro. Teléfono 5512-1305. Haré una temporada los viernes y los sábados a partir de las 22 horas. El cartel también incluye a Moy Domínguez en compañía del conjunto Batachá. Los espero. ¡Vale!