A 10 años de la creación de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, el Estado mexicano carece de una auténtica política en la materia y la dependencia sólo ha generado conflictos con las fuerzas armadas, con la Procuraduría General de la República y ha roto los nexos que naturalmente la Secretaría de Gobernación tenía con todos los gobiernos estatales, por lo que es necesario hacer una revisión profunda de las propuestas que hoy se presentan, y pensar en que unificar el mando de las policías estatales absorbiendo las municipales constituiría un modelo autoritario que ya demostró en el país que no funciona, porque estamos confundiendo las funciones de cada una de las policías, afirmó Mayolo Medina Linares, ex secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).

El ex funcionario federal convertido en asesor en temas de seguridad fue entrevistado sobre las condiciones de las policías en México y sobre todo en cuanto a la posibilidad de crear mandos y corporaciones únicos. Consideró “necesario que desaparezca la SSP federal y se regresen las funciones que en esa materia tenía Gobernación, porque el concepto tiene que ser integral y la Policía Federal se retome como el órgano desconcentrado que fue.

“Porque no escapa a nadie que estamos en una crisis, no sólo en las instituciones que integran el Sistema Nacional de Seguridad Pública, sino que las autoridades tienen una confusión conceptual de la seguridad pública.

“A poco más de 10 años de que fue creada la SSP federal, la situación en cuanto a inseguridad indica que fue un error sacar de Gobernación todos los aspectos de seguridad pública. Fue y es un error y ahí están los resultados.

“Durante la transición entre los gobiernos priístas y los actuales se creó la estructura a nivel de secretaría y sólo ha generado conflictos, y el modelo que ahora se planea como solución para los cuerpos policiacos ya demostró que no funciona.

“Unificar las policías no es tema administrativo; se está olvidando cuál es el trabajo de las policías municipales, que por cierto, son las más abandonadas en la administración de recursos federales, porque los que se distribuyen para las corporaciones de ese nivel sólo son aplicables en 206 municipios de los 2 mil cuatrocientos sesenta y tantos en el país.

“De tal manera que el sistema como tal, lo que era el eje vinculante entre todas las instancias de de gobierno en cuanto a seguridad pública está roto.

“En 2001 se decidió sacar el secretariado ejecutivo de Gobernación y lo pusieron en la SSP federal y el modelo fue autoritario totalmente. El que mandaba en el SNSP era el titular de la SSP, quien al mismo tiempo era presidente del Consejo Nacional de Seguridad Pública y era el jefe de la Policía Federal.

“En 2009 se regresó el secretariado del SNSP a Gobernación, pero ya se habían roto los instrumentos de vinculación entre autoridades que se habían generado antes de que se transfiriera a la SSP federal.

“De tal manera que estamos ante políticas de procesos inacabados, no maduros, y la idea de unificar a las policías seguramente suena muy bien, pero no hay indicadores que nos garanticen que resultará viable y en los hechos destruirá la célula básica de la Federación, que es el municipio.

“El Estado carece de una auténtica política en materia de seguridad pública; esa es la realidad y si no hablamos en ese sentido no vamos a solucionar el problema, y como ejemplo se puede ver que la Policía Federal Preventiva se creó en 1999 y en 2009 cambió de nombre y responsabilidades; ahora es únicamente Policía Federal.

En 2001 se creó la Agencia Federal de Investigación y hace poco menos de dos años se convirtió en la Policía Federal Ministerial, es decir, no se le da tiempo de maduración a las propuestas. En cambio, en naciones donde se considera que se cuenta con corporaciones avanzadas, existen agencias como la Policía Judicial de Francia, que tiene 100 años de existencia, y lo único que van modificando para ser más efectivos son sus procesos de adecuación a su modelo, pero no le cambian el nombre y sus funciones, concluyó.