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El centro cultural se suma a los festejos por los 70 años del artista

Casa Lamm exhibe grabados de Toledo inspirados en Kafka

Las 16 obras se han mostrado en México y varios países

El martes 24 estrenarán filme documental alusivo al pintor y activista

 
Periódico La Jornada
Miércoles 18 de agosto de 2010, p. 5

Con motivo de los 70 años de Francisco Toledo, el Centro de Cultura Casa Lamm se suma a los festejos en honor del artista, mediante la exhibición de la carpeta de 16 grabados Franz Kafka: un informe para una academia, realizada en 2005 por el maestro.

Desde hoy, a partir de las 19:30 horas, se pueden admirar esos trabajos de Toledo en el recinto de avenida Álvaro Obregón 99, colonia Roma.

Asimismo, Casa Lamm y Albino Álvarez produjeron el documental El informe Toledo, cuyo estreno se efectuará el martes 24 de agosto.

Mostrada por primera vez hace un lustro en la Galería Quetzalli, en Oaxaca, en seguida se expuso en la Galería Juan Martín junto con otra carpeta y 30 grabados sueltos que también partían de Un informe para una academia, relato del escritor checo. Posteriormente fue dada a conocer en Panamá, Chile, Colombia, Ecuador y Uruguay, entre otros países.

A raíz de su exhibición en Puebla, Sergio Cervantes, director de la Casa de la Cultura de Oaxaca, escribió que por medio de “un personaje central, un chimpancé, Kafka devela la inconsistencia y contradicción humanas con respecto a la libertad, su comportamiento y su cultura.

“Pedro el rojo es el nombre de este simio, un espécimen extraño y único que se limita a informar, porque, de acuerdo con la narración, aunque el animal posee una clara asociación de ideas, ‘los monos piensan con la barriga’.”

Cervantes se aventura a decir que seguramente textos como el citado fueron los que inspiraron a Francisco Toledo para plasmar en punta seca, azúcar o agua fuerte la presente serie de grabados.

Las experiencias del singular primate Pedro refiriendo el cambio de costumbres, luego de salir de la selva en sólo cinco años a un estado de hombre, son estudiadas por Francisco Toledo y vertidas a valiosos grabados que resaltan un desparpajo sublime, característica del artista plástico lo mismo en pintura, cerámica o escultura.

Foto
Francisco Toledo, el pasado 21 de marzo, en el Centro de las Artes de San Agustín Etla, OaxacaFoto Yazmín Ortega Cortés

Con motivo de la exhibición en la Galería Juan Martín, entrevistado por este diario (La Jornada, 9/7/05), Toledo describió el cuento de Kafka como “la enseñanza dolorosa de alguien proveniente de un mundo que aprende a comportarse en otro ámbito.

“Es mi caso, porque salí de la selva y, aunque expulsado, por mi familia aprendí a estar en medio de otra sociedad diferente a la que me hubiera tocado vivir si me hubiera quedado allí.

Es el caso de mi padre, también con otra lengua, con otras tradiciones, en otra comunidad, de repente sale y aprende. Y el aprendizaje es doloroso, porque se dejan cosas mientras se aprenden otras, como el mono. Y también como el mono, recuerdo mi pasado; por tanto, en mi pintura está un poco el recuerdo de un mundo que viví o que vivió la familia en Juchitán. A lo mejor no hay comparación, pero quiero hacerla.

Asimismo, en la misma entrevista, Toledo habló del chango, el cual no es un elemento nuevo en su obra: “De niño los conocí todavía en la selva. Alrededor del lugar donde crecimos comenzaba la destrucción del bosque para construir las carreteras.

En el camino a San Andrés Tuxtla, y la zona que llaman los Tuxtlas, todavía nos tocó ver los changos colgados en las ramas y los cazadores matándolos. En el pueblo había muchos changos como mascotas, porque al cazarlos, las crías se vendían.