Sociedad y Justicia
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Exigen a países desarrollados compromiso real para bajar emisiones

Expertos: menor calentamiento global, sólo si la producción industrial cambia
 
Periódico La Jornada
Miércoles 1º de septiembre de 2010, p. 45

El problema del calentamiento global continuará mientras no se ataquen a fondo las causas: el consumismo irracional impuesto por el actual modelo económico, que para seguir en marcha necesita devastar los recursos naturales, aunque ello implique poner en riesgo la viabilidad de todo el planeta.

En lo anterior coincidieron las propuestas de los especialistas participantes en el foro Política internacional, globalización y cambio climático, que se realizó ayer en la Universidad Iberoamericana, con el auspicio de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Desde la perspectiva de la educación universitaria, la economía y la diplomacia, los ponentes analizaron la forma en que el calentamiento global está afectando el país, cómo será en el futuro y cómo se pueden atenuar dichos efectos.

México, una de las naciones más expuestas al cambio climático, necesita implementar con urgencia diversas medidas que vayan encaminadas, por un lado, a reducir sus emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero (GEI) –que alcanzan al año más de 700 millones de toneladas–, y por otro adaptarse rápidamente a las consecuencias de ese fenómeno.

Édgar González Gaudiano, investigador de la Universidad Veracruzana, advirtió que el debate y las noticias sobre el calentamiento global se han limitado a los efectos destructivos de éste, pero no a las causas, que atribuyó al estilo de vida consumista promovido por el modelo neoliberal.

Se habla además de una responsabilidad general e indeferenciada de este proceso climático, como si no hubiera países o empresas que lanzaran cantidades mucho mayores de contaminantes. Decir que todos somos responsables de lo que ocurre es una verdad a medias, sostuvo.

El problema no se resolverá, dijo, hasta que las naciones desarrolladas se comprometan en verdad a reducir sus emisiones de GEI y, sobre todo, mientras no haya un cambio radical en el estilo de vida de millones de consumidores en todo el mundo.

La magnitud del cambio económico es tal, ejemplificó por su parte Gabriel Quadri de la Torre, director de la compañía EcoSecurities México, que de acuerdo con proyecciones de la Universidad de Yale, si la humanidad quiere evitar que la temperatura global suba más de 1.5 grados centígrados necesita bajar su ritmo de emisiones de GEI a sólo un cuarto del actual.

Aunque se trata de un cambio muy significativo en el modo de producción industrial, que a su vez provocaría muchos más en la dinámica social, es posible e incluso urgente realizarlos, en aras de evitar un caos climático posterior, subrayó.

En el mismo sentido, Carlos Muñoz Piña, director general de investigación en política y economía ambiental del Instituto Nacional de Ecología, comentó que si no se actúa fuerte y rápido un cambio en el ritmo del consumo, como advirtió en 2006 el economista británico Nicholas Stern, la situación en el futuro será simplemente inmanejable.