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Será introducido en el túnel recientemente descubierto, adelanta Sergio Gómez

Por primera vez, en Teotihuacán se usará un robot para exploración arqueológica

El hallazgo, oportunidad única para acercarnos a la cosmogonía de esa cultura, dice el experto

Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 24 de septiembre de 2010, p. 5

Teotihuacán, Méx., 23 de septiembre. Un pequeño robot será utilizado para explorar el túnel hallado al pie de la pirámide de Quetzalcóatl en la zona prehispánica de Teotihuacán, informó el arqueólogo Sergio Gómez.

Esta será la primera vez que en una zona arqueológica del país se utilice un sistema robótico para realizar una investigación.

El investigador señaló que el robot de un tamaño de entre 20 y 30 centímetros, equipado con tres cámaras de video y un sistema de rodamiento, será introducido en el túnel para obtener las primeras imágenes y dar un diagnóstico preliminar, antes de que los arqueólogos accedan a esa cavidad.

Explicó que el robot, que está actualmenmte en etapa de prueba, fue diseñado por Armando Calva, ingeniero del Instituto Politecnico Nacional.

En unos 15 días vamos a mostrar los resultados de este desarrollo tecnológico. Ingresará y hará una primera inspección y después entraremos nosotros. Lo vamos a introducir por la oquedad que hicimos en el túnel; tiene 20 centímetros y no sabemos si podrá registrar lo que esperamos. Todavía estamos en periodo de pruebas.

Cambio de perspectiva

Entrevistado durante el acto de conmemoración del centenario de la zona arqueológica de Teotihuacán, Sergio Gómez recordó que el túnel hallado corre debajo del Templo de la Serpiente Emplumada, fue cerrado hace aproximadamente mil 800 años y desde entonces nadie ha entrado. Allí, se estima, estarían restos de gobernantes.

El descubrimiento es “una oportunidad inigualable de acercarnos al pensamiento cosmogónico y religioso de los antiguos teotihuacanos. Creemos que los trabajos recientes que realizamos en el templo de la Serpiente Emplumada van a modificar muchísimo la percepción y el conocimiento que tenemos sobre el desarrollo urbano de Teotihuacán y sobre los conocimientos cosmogónicos de esta antigua sociedad.

Se van a desechar algunas ideas que habían persistido por mucho tiempo sobre el desarrollo de la ciudad. Sabíamos que el desarrollo había sido de norte a sur, pero ahora sabemos que al principio de nuestra era, la urbe ya ocupaba el área de la Ciudadela; entonces, esto nos cambia mucho la perspectiva que teníamos y que nadie había cuestionado.

El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma sostuvo que hay muchos enigmas por conocer de la cultura teotihuacana, ya que sólo entre 15 y 20 por ciento de los 22.5 kilómetros cuadrados que conformaron la antigua ciudad prehispánica se han explorado.

“Los enigmas por desentrañar son muchos, pues aunque conocemos bastante del sitio es mínima la parte explorada. A lo largo del tiempo se han esclarecido algunas cosas, siempre ha habido un interés muy grande en Teotihuacán, por lo que implica y por ser la primera gran ciudad del centro de México.

Hay muchas cosas que seguirán prevaleciendo y otras que se agregarán con nuevos trabajos. Poco a poco se va armando el enorme rompecabezas que repreenta Teotihuacán.

Matos Moctezuma recordó que fue don Carlos de Sigüenza y Góngora, quien quiso hacer una primera exploración en la pirámide, el relato dice que halló resistencia y qué bueno, porque quién sabe que hubiera hecho; esto marca el comienzo de la investigación.

A cien años de la apertura de Teotihuacán, Matos Moctezuma hizo un llamado: Invito a las personas a que visiten Teotihuacán que no sólo vengan a subirse a la Pirámide del Sol y se vayan, sino que conozcan todas las áreas que se han descubierto.

Durante el acto conmemorativo se develó una placa y se inauguró una exposición fotográfica alusiva a la historia de Teotihuacán en el museo de sitio, con la presencia Alfonso de Maria y Campos, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Recorrido in situ

El robot será utilizado para explorar el túnel descubierto en Teotihuacán con la idea de evitar riesgos para el personal, observar las condiciones del lugar y esclarecer la aparente existencia de vestigios en el subsuelo, explicó Salvador Guilliem, coordinador nacional de Arqueología del INAH, durante la inauguración este jueves de la Feria del Libro de Antropología e Historia, en el Museo Nacional de Antropología.

Asimismo, durante un recorrido realizado por La Jornada, hace unos días se informó que dicho túnel fue cavado por los antiguos pobladores hace miles de años para que se realizaran en el subsuelo los rituales que permitían a los gobernantes adquirir el poder divino, explicó Sergio Gómez, director del proyecto Tlalocan, camino bajo la tierra, quien visualiza el túnel como la representación del inframundo.

“Originalmente debió ser en el túnel donde se realizaban los rituales para investir a los gobernantes del poder divino, pero luego de que fue clausurado, alrededor del año 250 dC, probablemente esos rituales se hacían en el Templo de La Serpiente Emplumada, el edificio principal de la Ciudadela.

“La Ciudadela –comentó el arqueólogo– fue un importante santuario para más de cien mil personas; fue concebida para representar el eje del universo y a la vez servir como escenario para que los grupos de poder se legitimaran mediante complejos rituales; la estructura social y política aseguraba su permanencia, el control y dominación de una población cercana a 200 mil personas. La Ciudadela y el Templo de la Serpiente Emplumada son vistos por nosotros como metáforas de la creación original, del origen del universo y del tiempo mítico.”

Tratamos de entender, prosiguió el arqueólogo, cuáles eran las bases que sustentaban el ejercicio del poder y el manejo político del ritual de los grupos que gobernaban y dominaban en la antigua ciudad.

Sergio Gómez, quien dirige las investigaciones desde 2003 y encabeza los trabajos de conservación y preservación de la Ciudadela, aseveró que “con ayuda de un georradar operado por Víctor Manuel Velazco, de la Universidad Nacional Autónoma de México, fue detectado que al final del túnel –coincidiendo casi con el eje del Templo de la Serpiente Emplumada–, existe una enorme oquedad, posiblemente se trate de una gran cámara en la que se encuentren depositados los restos mortales de quienes gobernaron la ciudad”.

Gómez aclaró que la hipótesis de que al final del túnel y a 15 metros por debajo del suelo pudieran encontrarse los restos de gobernantes, fue planteada con base en el conocimiento del concepto del inframundo. Sabemos que en estos lugares los gobernantes adquirían el poder divino y del mismo, modo al morir, seguramente, lo transmitían a su sucesor.

Sin embargo, aclaró el investigador del INAH, se trata de una hipótesis que debemos corroborar al ingresar y excavar el túnel.

Un aspecto fundamental que ha sido considerado por los expertos, es que la construcción del túnel fue realizada únicamente con instrumentos elaborados en piedra, hueso y madera endurecida. Imagina cuánto tiempo tardaron y cuántas personas estuvieron dedicadas a este inmenso y duro trabajo, pues los teotihuacanos no conocían los metales.

En recorrido con este diario, Gómez mostró parte de los trabajos de investigación y de excavación que continúan en la Ciudad de los Dioses, en tanto se termina la colocación de una estructura de metal de 4.50 X 4.50 metros para evitar derrumbes y accidentes.

El arqueólogo adelantó que tras concluidas las investigaciones, se evaluará la posibilidad de dejar abierto el gran tiro de acceso al túnel, para que los visitantes conozcan este elemento subterráneo.

Hasta ahora se han retirado alrededor de 250 toneladas de piedra y tierra, pues aún faltan los pesados elementos que bloquean la entrada.

Para liberar el acceso debemos descender dos o tres metros más y retirar enormes bloques de piedra labrada, que al parecer formaban parte de un friso esculpido o bien son grandes esculturas que se introdujeron al túnel para bloquear la entrada.

Con información de Ana Mónica Rodríguez