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De última hora el fiscal desconoce acuerdo previo con la defensa

Inicia juicio a 15 jóvenes vascos; juez y abogados se enfrascan en discusión
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 26 de noviembre de 2010, p. 27

Madrid, 25 de noviembre. O abandona la sala o se calla, le gritó en varias ocasiones el presidente de la Audiencia Nacional Alfonso Guevara a Zigor Reizabal, uno de los abogados de 15 jóvenes vascos acusados de diversos delitos entre 1996 y 2000, tipificados en el código penal como terrorismo callejero.

Este magistrado español ha protagonizado varios actos controvertidos, en los que ha increpado y acosado a testigos y acusados, como ocurrió durante el juicio del atentado de ETA en la Terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas, durante el cual recriminó y habló de forma ofensiva y violenta a la madre de uno de los dos migrantes asesinados durante la explosión.

En la sala de lo penal de la Audiencia Nacional se inició la audiencia de vista en el juicio contra 15 ciudadanos vascos que hace más de diez años habrían participado en acciones de violencia callejera. La defensa y el fiscal habían llegado a un acuerdo de conformidad previo, pero el fiscal lo retiró a última hora, con lo que los abogados de los acusados se encontraron en el juicio sin la preparación debida del proceso.

Ante esta situación, el abogado Iñigo Iruin solicitó el aplazamiento del juicio, alegando las conversaciones que había mantenido con el fiscal. Pero fue entonces cuando el presidente del tribunal, el juez Guevara, enfureció y le dijo: A mí, conversaciones de café, no. Y partir de ahí inició una escalada verbal, primero contra Iruin y después contra el abogado Reizabal, quien además fue denunciado por el magistrado por haber deducido testimonio porque su decisión suponía de facto la suspensión de la vista oral. O abandona la sala o se calla, le dijo hasta en tres ocasiones, hasta que el abogado vasco, resignado, le explicó que abandonaba la sala no como un acto de desobediencia ni de obstruir a la justicia, sino porque prima el derecho a la defensa de mi defendido.