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Expresan prelados deseos de paz en zonas afectadas por el narco

Mirar al futuro con simpatía y esperanza, pide Iglesia católica
 
Periódico La Jornada
Domingo 2 de enero de 2011, p. 10

En el contexto de la Jornada Mundial por la Paz, que encabezó ayer el Benedicto XVI, y el clima de violencia que experimentó el país en 2010, la Iglesia católica urgió a orar para lograr la concordia, la armonía y la justicia entre los mexicanos.

En la Basílica de Guadalupe, durante una homilía, Christophe Pierre, embajador del Vaticano en México, expresó: Queremos iniciar el nuevo año bajo la mirada y bendición de santa María de Guadalupe, invocando por el amado pueblo mexicano y para todo el mundo, abundantes bendiciones junto al don de la paz y exhortó a los fieles a rezar para alcanzarla.

También Diego Monroy, a quien el cardenal Norberto Rivera Carrera aceptó en diciembre pasado su renuncia al cargo de rector de la Basílica –que desempeñó durante 10 años–, se refirió a la necesidad de paz.

A escasos días de que el cardenal informe oficialmente (el próximo 15 de enero) que el obispo Enrique Glennie asumirá como nuevo rector del templo mariano, Monroy encabezó homilías el 31 de diciembre y 1 de enero, y en ellas dijo que hay que mirar el futuro, y en particular este 2011 con simpatía y esperanza, pese a la violencia, a que el país se está manchando de sangre, de que nos duele la sangre derramada de tantos inocentes, de la injusticia, del narcotráfico, de los secuestros, de nuestros jóvenes, quienes apenas en la flor de los años son enganchados por la delincuencia organizada.

Pierre también subrayó que la paz es el bien más valioso que debemos implorar a Dios y construir todos los hombres y mujeres de buena voluntad sobre los pilares de la verdad, la justicia, el amor y la libertad, a fin de que sea duradera.

Asimismo, Monroy se refirió a la Jornada Mundial por la Paz e insistió que Cristo es nuestra paz y llamó a los feligreses a no hacerse sordos al llamado de la paz. Remarcó que ésta no se limita a la ausencia de la guerra, sino también a la armonía, desarrollo, crecimiento y progreso, todo lo cual no se da sin justicia, amor y libertad.

Aparte, prelados, entre ellos algunos de áreas situadas en zonas que este año fueron afectadas de manera importante por la violencia, como Chihuahua, Tampico y Morelia, expresaron su deseo de que en 2011 haya paz y llamaron a la feligresía a trabajar para lograrla, así como a agradecer a Dios porque pese a que estamos rodeados de peligros, el hecho de amanecer y contemplar una vez más la luz del sol es un regalo que debemos valorar.

Constancio Miranda Weckmann, arzobispo de Chihuahua indicó que el año que comienza da la oportunidad de esforzarse para crear en nuestro entorno un mundo mas armónico, habitable y feliz y precisó que sin duda uno de los anhelos más vehementes que brotan en nuestra oración es el don de la paz. Paz en nuestro corazón, paz en nuestra familia, paz en nuestro estado, y paz en el mundo entero... este 2011 trabajemos sin descanso por conseguir la paz.

Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia, indicó que la vida es una responsabilidad y una tarea, por lo que “no podemos simplemente vegetar, ni hemos de dejarnos llevar como veletas por cualquier viento. Llamó a los fieles a vivir la reconciliación y trabajar por un mundo justo y fraterno.

José Luis Dibildox Martínez, obispo de Tampico, indicó que un nuevo año es tiempo de nuevos propósitos, entre ellos combatir el egoísmo que tantos males provoca y exhortó a no ser mediocre o conformista, sino a luchar y trabajar para lograr los cometidos. La mayoría de la gente tiene y expresa buenos deseos a los demás y a sí mismos por el año nuevo, pero pocos luchan por obtenerlo.

Dijo que siempre podemos escoger entre vivir el mundo que soportamos o cambiarlo en el que deseamos, la decisión es de cada uno.