Cultura
Ver día anteriorJueves 6 de enero de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Empresa de EU eliminará términos como nigger e injun de novelas clásicas del autor

Censura a obras de Mark Twain abre polémica en el medio editorial

New South Books dice que las citas racistas ya no tienen cabida

Afirma el escritor Ishmael Reed que el filisteísmo atávico ha llegado al mundo académico

Es ridículo rescribirlo, lamentan

 
Periódico La Jornada
Jueves 6 de enero de 2011, p. 2

Washington, 5 de enero. The N-word (la palabra que empieza con N), the F-word... Estados Unidos es conocido por el uso de eufemismos pobremente maquillados para eludir palabras ofensivas como negrata o jódete en medios de comunicación o discursos públicos.

Algunas cadenas incluso retransmiten sus enlaces directos con unos segundos de retraso para poder tapar con un pitido los términos malsonantes.

Y nadie se rasga las vestiduras por ello.

Pero que la corrección política haya llegado hasta un grande de los grandes de la literatura de este país, Mark Twain, parece haber colmado la paciencia de muchos para quienes Las aventuras de Tom Sawyer y Las aventuras de Huckleberry Finn son clásicos intocables.

El anuncio de una editorial de Louisville, New South Books, de reditar las dos novelas más famosas de Twain sustituyendo la palabra nigger –término usado de forma despectiva para referirse a las personas de color– por esclavo y hasta el de injun por indian ha provocado todo un debate en el mundo literario, incluso más allá de las fronteras de las letras.

Controversia asumida

El propio autor de la redición, el profesor de lengua inglesa y experto en Twain, Alan Gribben, reconoció lo controvertido de su apuesta, que implicó remplazar los términos que aparecen en total 219 veces en las obras.

Sospecho que los puristas van a estar horrorizados, admitió en una entrevista con la revista especializada Publisher Weekly.

Pero a la vez defendió su decisión: Hablé con profesores locales que me dijeron que les encantaría enseñar (en clase) esta novela, pero que sienten que ya no pueden hacerlo. En las aulas actuales, realmente es inaceptable, relató.

Gribben usa el mismo argumento en la introducción de la nueva edición de las novelas, que saldrán a la venta en febrero.

Podemos aplaudir la capacidad de Twain, como un prominente realista literario estadunidense, de recoger el habla de una región particular durante una era histórica específica, pero los insultos raciales abusivos que implican claras connotaciones de inferioridad repulsan a los lectores de hoy, sostiene.

Un argumento que sin embargo no acaba de convencer a muchos, como muestra el revuelo mediático que ha producido estos días el anuncio de la redición de las obras... ¿censuradas?

Foto
El autor de Las aventuras de Tom Sawyer, en un retrato de 1867, propiedad de la Biblioteca del Congreso de Estados UnidosFoto La Jornada

Aquellos que están haciendo una cruzada contra (Mark Twain) no han leído mucha literatura estadunidense, sostiene el escritor, poeta y crítico, Ishmael Reed, en un comentario en The Wall Street Journal.

¿Hasta dónde debería llegar esto? ¿Censuraremos después letras de canciones? Esto supondría el fin del hip hop tal como lo conocemos, advierte y condena: “El hecho de que un crítico se haya dedicado a estropear la gran obra de Twain no es más que otra muestra de que el filisteísmo atávico que se ha apropiado de nuestra política y cultura ha llegado al mundo académico.

Esta solución es como tratar el síntoma más obvio en vez de la acechante, crónica enfermedad en sí misma, escribe entretanto en The San Francisco Chronicle el poeta, profesor y crítico literario Dean Rader, para quien el cambio de términos racialmente ofensivos tiene el mismo efecto que poner una tirita (parche curita) que ni siquiera cubre la herida.

Más duro aún se muestra el comediante –afroestadunidense– Elon James White, para quien el intento de rescribir la obra de Twain es ridículo.

El libro, que trata directamente sobre el racismo, no queda mejor eliminando los términos racistas, afirma en Slate.com.

Pretender que esto tiene un alto fin es insultar la inteligencia de los estadunidenses(...) Estados Unidos habla sobre la raza como los padres amedrentados hablan con sus hijos sobre sexo (...) pero si continuamos con nuestras terriblemente torcidas y voluntariamente ignorantes interpretaciones de la historia, acabaremos teniendo una generación que esté deplorablemente malinformada, y eso será culpa nuestra, advierte.

Editoriales, beneficiadas

La polémica está servida. Algo que, pese a todo, beneficiará seguramente a los editores de la nueva versión de los clásicos de Twain.

Si la publicación provoca un buen debate sobre cómo el lenguaje impacta el aprendizaje o sobre la naturaleza de la censura o el modo en que los comentarios racistas ejercen una dañina influencia, entonces nuestra misión a la hora de publicar esta nueva edición habrá sido cumplida, afirma New South Books en su presentación de la nueva obra.

El propio Twain, para quien un clásico literario era una obra que la gente alaba, pero no lee, debe estar revolviéndose de risa en su tumba con esta nueva polémica.