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Presenta la UNAM libro con testimonios y opiniones de plumas reconocidas sobre la obra

Espacio Escultórico, un acontecimiento estético de primer orden a nivel mundial

Es una poderosa forma doblemente circular y concéntrica de autoría colectiva y anónima: Kassner

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El Espacio Escultórico fue inaugurado el 23 de abril de 1979 para conmemorar los 50 años del ejercicio de la autonomía de la UNAMFoto Carlos Cisneros
 
Periódico La Jornada
Jueves 6 de enero de 2011, p. 4

El Espacio Escultórico es una edificación precursora y vanguardista de primer orden en el contexto mundial de su género, escribe José Narro Robles, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), acerca de esta obra monumental, de la creación colectiva de Helen Escobedo, Manuel Felguérez, Mathías Goeritz, Hersúa, Sebastián y Federico Silva, inaugurado el 23 de abril de 1979.

El libro Espacio Escultórico (UNAM, 2009), presentado en fechas recientes, reúne testimonios de varios funcionarios universitarios responsables de su realización, así como textos poéticos, ensayos, opiniones y comentarios de notables plumas como Elena Poniatowska, Fernando del Paso, Julio Estrada, Serge Fauchereau y Eduardo Matos Moctezuma.

Este monumento contemporáneo fue edificado para conmemorar los 50 años del ejercicio de la autonomía de la Universidad Nacional, recuerda la investigadora Lily Kassner, coordinadora del volumen.

“Formalmente –escribe Kassner– todo se inició mediante un documento titulado Planteamiento del doctor Jorge Carpizo, coordinador de Humanidades, al señor rector, doctor Guillermo Soberón, sobre la posibilidad de la creación del Centro del Espacio Escultórico, al que éste último dio su anuencia y brindó todo el respaldo institucional.

El Espacio Escultórico vino a ser un acontecimiento estético de primer orden en el siglo XX mexicano, aunque por su magnitud y alcances también un hecho singular en todo el mundo. Kassner anota que la UNAM, desde su origen, ha promovido, fomentado y protegido el arte en sus diversas manifestaciones, otorgando a la pintura y la escultura, integradas a la arquitectura, un lugar prominente en la construcción de las edificaciones que conforman Ciudad Universitaria”.

Con ocasión del remozamiento del Espacio Escultórico, cuya coordinación fue encomendada a Kassner, entre otros temas encontramos el marco histórico que vivía la UNAM cuando surgió éste, así como referencias a otras creaciones similares en diversas partes del mundo, realizadas en el siglo XX y la descripción pormenorizada de técnicas y materiales utilizados, las posibles correspondencias expresivas en otras artes como la música, y atinadas interpretaciones de su significado estético y simbólico.

La especialista en escultura se refiere a la poderosa forma doblemente circular y concéntrica del Espacio Escultórico, que lo vincula con la vecina pirámide de Cuicuilco, la más antigua del Valle de Anáhuac, hasta el carácter anónimo de su autoría colectiva”.

El equipo de seis escultores acordó, “luego de intensas sesiones de trabajo, circundar una impresionante superficie de lava de solidificación dermolítica, desprovista intencionalmente de tierra y vegetación, de 92.78 metros de diámetro, con una plataforma de desplante coronada de granulado de tezontle, sobre la que se yerguen 64 módulos divididos en cuatro cuadrantes de 16 piezas cada uno, orientados a los cuatro puntos cardinales, de cemento y base rectangular, de 9 por 3 metros, con altura de cuatro metros.