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Se debe fortalecer la elaboración de gasolinas y relanzar la petroquímica de Estado, dice

Nuevo régimen fiscal para Pemex y recortar exportación de crudo, plantea consejero
 
Periódico La Jornada
Martes 15 de febrero de 2011, p. 25

Fluvio Ruiz Alarcón, consejero profesional independiente de Petróleos Mexicanos (Pemex), propuso un nuevo tratamiento fiscal para la petrolera y reducir la exportación de crudo en cerca de 400 mil barriles diarios en los próximos 10 años, con el fin de destinarlos a fortalecer la elaboración de petrolíferos (gasolinas) y productos petroquímicos de mayor valor agregado.

Esto, explicó, representará dejar de percibir alrededor de 150 mil millones de pesos anuales, los que tendrán irremediablemente que ser compensados a través de una reforma fiscal profunda y una política económica orientada a fortalecer el mercado interno de manufacturas para exportación. Lo anterior, dijo, obliga a repensar el modelo fiscal de Pemex.

Para ello se requiere descargar fiscalmente a Pemex entre 15 y 20 por ciento en la próxima década. Esto, agregó, no puede darse de golpe, sino que debe ser gradual. De llevarse a cabo estas recomendaciones se estaría atacando dos problemas fundamentales: canalizar esos recursos a la inversión para garantizar mayor producción, y hacer frente al pasivo laboral del organismo, que rebasa el medio billón de pesos.

Sin embargo, estos recursos que se dejarían de captar por la reducción de las exportaciones de crudo y por la disminución de la carga fiscal (aproximadamente 300 mil millones de pesos), podrían ser compensados por una reforma hacendaria profunda y una política económica que fortalezca el mercado interno de manufacturas para exportación.

Ruíz Alarcón afirmó que la carga impositiva ahoga al organismo público: “prácticamente 65 por ciento de las ventas totales de Pemex van a parar a las arcas de la Secretaría de Hacienda (considerando a Pemex Exploración y Producción como el mayor contribuyente de las subsidiarias), mientras que, por ejemplo, Petróleo Brasileiro (Petrobras) tiene una carga fiscal de entre 37 y 39 por ciento anual. Ninguna empresa pública o privada en el mundo puede sostenerse bajo un régimen fiscal como el que padece Pemex, destacó, y exhortó al Congreso a modificar el actual esquema fiscal de la petrolera.

En contraste, planteó, Pemex debe incrementar su capacidad instalada para procesar los hidrocarburos en el país y con ello darles mayor valor agregado. El petróleo produce más riqueza donde se procesa y consume, que donde únicamente se produce y se vende como materia prima.

En ese sentido, no sólo hace falta incrementar la producción de gasolinas y demás combustibles, sino también fortalecer y relanzar la petroquímica del Estado.

Destacó que para producir más petróleo se requiere mayor inversión en exploración para la próxima década. La diferencia entre organismos y empresas de la industria petrolera internacional es el nivel de inversión.

El problema de fondo, explicó, se refiere a la extracción indiscriminada de los ingresos petroleros para sanear desequilibrios crónicos en las finanzas públicas. Las presiones ascendentes del gasto público se han satisfecho poco con impuestos y mucho con las rentas petroleras.

Esa transferencia de recursos se ha llevado al extremo de eliminar prácticamente el patrimonio contable de Pemex, comprimir más de lo razonable su gasto, debilitar su personal técnico y sus capacidades de concebir, diseñar y administrar proyectos de formación de capital.