Opinión
Ver día anteriorMartes 31 de mayo de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Itacate

Hierba mora

L

a familia de las solánaceas es muy extensa y está difundida en todo el país. En un itacate anterior nos referimos a la que conocen como hierba mora en la Huasteca. No es la misma que recibe este nombre en la región del Totonacapan, cuyo nombre técnico es Solanum nigrescens; forma parte de las plantas útiles que se inducen en la milpa. Se aprovechan sus hojas y tallos tiernos, y aunque tiene unos frutitos similares a los de la hierba mora, no se comen.

Se trata de una hierba de hasta 60 centímetros de altura, con flores blancas semejantes a las del jitomate o del chile; tiene cinco pétalos y su fruto, verde primero y negro al madurar, es pequeño y esférico. La hoja es lanceolada y mide hasta 10 centímetros de largo por siete de ancho. El envés o parte posterior de las hojas de esta planta, se pone morado cuando recibe los rayos del sol; de ahí su nombre.

Crece silvestre en lugares de soleados y, como ya dijimos, convive con el maíz, chile, frijol y calabaza entre otros elementos de la milpa. Es interesante señalar, como bien se precisa en el blog FitoChapingo (www.fitochapingo.com), que con la visión de la siembra comercial de monocultivos puede ser considerado como maleza, pero en la agricultura tradicional este quelite es muy apreciado y se recolecta para el consumo familiar, e incluso para su venta en los mercados locales.

Su presencia en distintos lugares del país se hace evidente por el número de nombres que recibe en distintas lenguas. Además de hierba mora, en Chiapas según la etnia, se conoce como gurita o tzunitaj; también como tzulbok. En Oaxaca le dicen vishante, pata de totol, tonchiche y tomatillo.

Las hojas deben cortarse antes de que la planta floree. En el libro Plantas comestibles silvestres, de Juan Camacho Pulido, publicado por el Instituto Mexicano del Seguro Social en 2005, hay varias recetas de hierba mora. Se come fresco, acompañando lo que se prepara en casa como itacate. También se hace en caldo como sopa cociéndolos en agua con cebolla, ajo y chile al gusto; tiene sabor similar al caldo de gallina. También se pueden preparar en caldo con recaudo de jitomate, cebolla y ajo.

Para hacerlos con huevo, las hojas se cuecen en agua con sal, se escurren y luego se agregan a cebolla picada y acitronada. Se sazonan unos minutos, y se agregan los huevos necesarios; se acompaña con frijoles de la olla.

Se considera que el caldo de las hojas y tallos hervidos es muy nutritivo, por lo que se da a niños y ancianos. Seguramente contiene estrógenos, pues también se da este caldo a las mujeres que tienen problemas menstruales y a las que dan a luz para que produzcan buena leche.